Lo que las acciones de la eurozona (no) necesitan para revalorizarse

20 de febrero, 2018 Incluye: SXXP 1
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La falta de «catalizadores» no debería ser un lastre para los mercados de la eurozona en 2018.

Las acciones de la eurozona se apreciaron un 12,5% en 2017, más de lo que esperaba el consenso al empezar el año. Sin embargo, el escepticismo continúa, y muchos consideran que 2017 ha sido el mejor año de la eurozona desde 2013, un pequeño boom alcista irrepetible. Por ejemplo, muchos atribuyen ese rendimiento superior al esperado a factores como una política monetaria supuestamente acomodaticia, el crecimiento de los beneficios empresariales y el freno al populismo en el viejo continente. Algunos temen que estos aspectos positivos hayan terminado y se preguntan cuáles ocuparán su lugar, por temor a que las acciones no puedan subir sin nuevos catalizadores. En nuestra opinión, esto es una mala interpretación del funcionamiento de los mercados. Las acciones no necesitan catalizadores para subir. Si la realidad corporativa y económica demuestra ser mejor que las expectativas de los inversores a lo largo del año, las acciones subirán.

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Para ser claros, algunos de los motivos que impulsaron las ganancias de 2017 aún persisten. Observemos, por ejemplo, la caída de la incertidumbre política, que comenzó con el fracaso de los partidos de extrema derecha, que no pudieron obtener un poder político significativo en Francia, Austria, Alemania y otros lugares. Hoy, con Alemania todavía tratando de formar un gobierno, España sigue enfrentándose al movimiento independentista de Cataluña, y está previsto que Italia vaya a las urnas en marzo (con el Movimiento antisistema Cinco Estrellas al frente en las encuestas), todavía queda mucho margen para que los temores políticos se desvanezcan, lo que puede mejorar el sentimiento de los inversores sobre la eurozona. Además, los beneficios no parece que estén a punto de caer en picado: los analistas siguen estimando un fuerte crecimiento de los beneficios en este 2018. Si el crecimiento de éstos persiste, los catalizadores aún en marcha ya mencionados, podrían ayudar a que las acciones de la eurozona suban este año. Pero decir que los catalizadores son indispensables sí o sí, o que las acciones no pueden subir sin esos catalizadores, es un error.

Ser propietario de una acción significa poseer una parte de las futuras ganancias de una empresa. Un crecimiento económico constante sin grandes noticias es positivo para las ganancias corporativas. Por lo tanto, una economía que fluya sin incidentes es, por lo general, positivo  para las acciones. Hay muchas razones para esperar que el crecimiento económico siga su marcha en la eurozona en 2018. Las encuestas sobre la actividad económica e industrial de la eurozona apuntan a una mayor expansión. Los principales índices económicos, como el indicador líder de la Conference Board para la eurozona, se encuentran en una tendencia alcista clara (ya van 15 aumentos mensuales consecutivos hasta noviembre). En la mayor parte de la eurozona, la pendiente de la curva de tipos (la diferencia entre tipos de interés a corto y a largo plazo) se amplió en 2017, impulsando los márgenes de los préstamos bancarios (los bancos piden préstamos con tipos a corto plazo, los conceden con tipos a largo y obtienen un beneficio por la diferencia). Esto ayuda al crecimiento de los préstamos, lo que aumenta la oferta monetaria y el crecimiento económico.

La mejora del sentimiento inversor tampoco precisa catalizadores. A medida que el mercado alcista madura, los inversores ganan confianza y las acciones suben. Por esta razón, muchos mercados alcistas generan fuertes revalorizaciones en sus últimos años. Si el sentimiento necesitara grandes catalizadores, este fenómeno no se llamaría «instinto animal», tendría un nombre diferente y una explicación más concreta. A medida que pasa más tiempo desde el último mercado bajista, es natural que el miedo a perderse los beneficios sustituya al miedo a las pérdidas. Las personas ven que a otros les va bien con las acciones, y eso les anima.

En la actualidad, la aversión al riesgo no ha desaparecido, lo que implica que el sentimiento positivo de los inversores tiene mucho margen para crecer. La búsqueda de catalizadores o nuevas razones para que las acciones suban, nos indica que las expectativas siguen siendo bastante pesimistas. La idea de una expansión económica y bursátil que no dependa de factores externos, como los estímulos monetarios del BCE, sigue siendo extraña para muchos. Esto se puede apreciar en los temores generalizados sobre la reducción de la flexibilización cuantitativa (QE). La gente no se da cuenta de que el buen 2017 de la eurozona coincidió con una disminución de QE: las acciones pueden comportarse bien sin el gran catalizador del «estímulo» monetario. Los bancos están en buena forma y bien posicionados para seguir prestando más, financiando el gasto y la inversión, y ayudando a que la economía de la eurozona continúe avanzando. Todo es normal y puede durar bastante tiempo, normalmente hasta que el banco central se equivoque y se invierta la curva de tipos. El BCE está muy lejos de eso a día de hoy.

Con el sentimiento de los inversores bajo control, el listón de las expectativas está bajo, por lo que creemos que la realidad las superará. Eso es alcista para las acciones, que pueden seguir subiendo hasta que el sentimiento se dispare de verdad. Cuando los inversores no solo dejan de buscar razones por las que las acciones pueden subir, sino que comienzan a ignorar las razones por las que podrían caer, eso podría señalar que el sentimiento positivo es extremo. Ese momento no ha llegado todavía.

En general, centrarse en los catalizadores nos parece no tener una gran amplitud de miras. Mientras que los medios se centran en las noticias de que las acciones «necesitan» para subir, los inversores deberían fijarse en el panorama general: los mercados y las economías son cíclicos. No se mueven al unísono, pero en épocas de crecimiento económico, los mercados suelen subir. Por lo tanto, los inversores deberían preguntarse a sí mismos: ¿La economía global está creciendo en general? Si la respuesta es sí, como parece ser actualmente, poseer acciones puede que tenga sentido para la mayoría. La alternativa, a la espera de que el catalizador impulse las acciones al alza, puede provocar que los inversores dejen de obtener las ganancias que ofrecen los mercados.

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1. Fuente: FactSet, a fecha de 3/1/2018. MSCI Unión Económica y Monetaria Europea (UEM) en euros con dividendos netos, 31/12/2016 – 31/12/2017.
2.Fuente: FactSet, a fecha de 17/1/2018.
3.Fuente: FactSet, a fecha de 17/1/2018. El crecimiento estimado de las ganancias del MSCI EMU 2018 para todo el año es actualmente del 9,0%.
4. Fuente: FactSet, a fecha de 17/1/2018. Rendimiento del Tesoro a 10 años menos tipo de refinanciación principal del BCE, 31/12/2016 y 31/12/2017. Los países seleccionados fueron Alemania, Francia, España, Italia, Países Bajos y Bélgica.
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