Soy portador de buenas y malas noticias. ¿Por dónde empiezo? Parece el típico chiste o la típica situación más o menos grave en la que alguien quiere hacerse el graciosillo, pero no es ni una cosa ni la otra: es la pura realidad. Empezaremos por las malas noticias.
Todo trader está indisolublemente unido a una persona. De hecho, es persona antes que trader. Y, precisamente por ello, tiene un carácter y una forma de desenvolverse por la vida que le caracterizan como persona y le influyen como trader. Espero que no haya dudas a este respecto.
Hace ya bastantes años descubrí que mi personalidad, mi forma de ser, mi forma de reaccionar ante los imprevistos, hacen de mí auténtica carne de cañón en el mercado. Me tengo por inteligente y me gusta llevar razón, pero eso en el mercado no sirve absolutamente para nada. De hecho, te suele dar la razón pero primero te arruina. De otra parte, soy impulsivo, lo que no es tampoco una cualidad muy aconsejable para estar en el mercado.
Será por eso que el mercado me revolcaba con mayor asiduidad de lo que lo hacía la propia vida. Por la vida puedes ir con unas aptitudes y en el mercado tendrás que ir, obligatoriamente, con otras. En la vida puedes ir con ideas, con amigos, con inteligencia y con perseverancia. Y te puede ir bien con todo ello. De hecho, son muy apreciadas las personas con opinión, con “visión de la jugada”.
Sin embargo, en el mercado puedes tener todo eso y no te servirá de nada. Tus resultados como persona inteligente, con ideas, con perseverancia, con opinión formada y visión de la jugada serán exactamente los mismos que los de un lerdo si no tienes un sistema que se haya comprobado que funcione. Es más, si el lerdo tiene ese mismo sistema, es posible que él gane más que tú.
Me preguntaréis por qué va a ganar más con el mismo sistema. Sencillo. No se hará preguntas. Actuará cada vez como le dice el sistema sin importarle que antes de ayer pareciera que esto se iba a cielo y ayer al infierno para dar paso a un hoy en el que todo hijo de vecino anda despistado.
Y ahora las buenas noticias. No lo pondré en plural porque no sé si vosotros lo tenéis o no, pero YO TENGO UN SISTEMA. Y lo aplico. Y aunque analizo las cosas, no me preocupan mucho los resultados de los análisis. Unas veces llevaré razón y otras no, pero lo único que tengo claro es que el sistema gana dinero y que el mundo está lleno de gente que llevaba razón y no ha llegado a ninguna parte y de lerdos que han construido auténticas fortunas. Y si el sistema gana dinero, ese es el criterio en el que me apoyo, con independencia de mi propia opinión.
Y mi sistema viene diciendo desde hace tiempo, exactamente desde que escribí aquello de ¿Pauta terminal en el SP500? que podíamos estar en la antesala de la corrección. Luego dijo que el subidón hacía posible una entrada al alza de corto plazo que ha resultado cortísimo.
¿Y qué opino yo? Pues es absolutamente irrelevante, porque el que tiene criterio es el sistema. Las opiniones son cambiantes y no sabemos si con ellas se gana o se pierde dinero (yo sí sé lo que pasa con las mías, pero no debo generalizar porque supongo que soy el más tonto del lugar y habrá mucha gente por aquí que se ha forrado gracias a sus opiniones). El criterio del sistema puede ser cambiante o no pero es ganador, que es lo que importa.
