Según Manuel Lagares (El Mundo, hoy), la única causa digna de consideración de la desviación del déficit público en 2015 ha sido el exceso de gasto de las CCAA, con una aumento en un año de 3802 millones. Todos los demás integrantes de las AAPP han reducido o mantenido su gasto respecto al año anterior, incluso la Seguridad Social, a la que se ha apuntado en los medios de corresponsable.
Manuel Lagares, Catedrático de Hacienda Pública y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO:
"Establecida la causa de la corta reducción del déficit público en 2015 -el incremento de los gastos públicos en lugar de su disminución- la siguiente pregunta que hay que hacerse es la de quienes han sido los principales causantes de ese aumento. Las cuentas públicas señalan que en 2015 el Estado ha reducido sus gastos netos -es decir, sus gastos no consolidados excluidas las transferencias a otras Administraciones públicas- en unos 487 millones respecto a 2014; que los organismos de la Administración central han aumentado sus gastos netos en unos 169 millones; que las Administraciones regionales (las comunidades autónomas) los han aumentado en 3.802 millones; que las corporaciones locales también los han aumentado, aunque sólo en 302 millones, y que la Seguridad Social ha disminuido sus gastos netos en 765 millones. Han sido, por tanto, las comunidades autónomas junto con las corporaciones locales, aunque éstas últimas en mucha menor medida, las principales causantes del aumento en 2015 de los gastos netos de transferencias a otras Administraciones públicas.
"Es evidente, por otra parte, que no se han cumplido en 2015 los compromisos de déficit con la UE y que eso nos obligará en 2016 a un esfuerzo mayor respecto a tales objetivos, pues el déficit constituye una bomba de relojería para países tan endeudados exteriormente como España, cuya explosión depende en gran medida del final de la fuerte expansión monetaria que mantiene hoy el Banco Central Europeo. Cualesquiera que sean los problemas de financiación de las comunidades autónomas -problemas que hasta hoy parecen influir negativamente sobre sus déficits y no tanto sobre sus decisiones de gasto-, éstas han constituido el principal motor del crecimiento de los gastos públicos, dificultando el cumplimiento de los objetivos pactados con la Unión Europea.
"La sorprendente reacción de la mayoría de los grupos políticos ante estos hechos ha consistido en acusar de falsedad al Gobierno de forma intempestiva y rotunda, olvidando que esas cuentas son producto de muchas horas de trabajo del Instituto Nacional de Estadística y de la Intervención General de la Administración del Estado, que están directamente controladas por Eurostat como las recientes modificaciones demuestran; que en este país y en todos los demás del planeta pueden contener errores y que, además, ni el Gobierno ni nadie suele conocer sus resultados hasta casi el momento en que se publican. Causa estupor que ninguno de esos grupos haya cambiado sustancialmente sus enfebrecidos programas de mayores gastos públicos, de mayores grados de autonomía en el gasto de las comunidades autónomas y de aumentos espectaculares de impuestos que nadie sabe quiénes terminarán pagándolos realmente, aunque todos sospechamos que serán las sufridas clases medias. Es decir, que ninguno de esos grupos se haya hecho cargo de las auténticas raíces del déficit público, que no son otras que el exceso de gastos sobre los previsibles ingresos y la actual organización territorial del Estado. Una organización que financiera y políticamente urge reformar."