La Reforma Fiscal Estadounidense y sus Efectos Globales

10 de marzo, 2017 2
Inversor particular. Autor del libro: "El Camino hacia el Sol: Economía, Energía, Medio Ambiente y Sociedad"
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La llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump ha supuesto una revolución mediática que se ha caracterizado por el anuncio de determinadas medidas económicas y fiscales entre las que se encuentra la reducción del impuesto de sociedades (corporate tax) y la implantación del “border adjustment tax” (BAT).

La aplicación de este último supondría una modificación de los impuestos aplicados al comercio exterior, implicando subsidios a las exportaciones a través de exenciones fiscales al mismo tiempo que penalizaría las importaciones al evitar su deducibilidad fiscal, afectando ambas medidas significativamente al resultado del impuesto de sociedades.

Los defensores de estas medidas argumentan que este cambio promovería la producción doméstica, la inversión y el empleo al mismo tiempo que mejoraría la balanza comercial. . Sin embargo, las bondades de la medida propuesta son discutibles, tanto por los efectos de la propia medida, como porque iría asociada a otras modificaciones fiscales que provocarían distorsiones tanto en la economía estadounidense como global.

Martin Feldstein clasifica las medidas en cuatro grupos:

1.-Menor tipo impositivo sobre sociedades, que podría situarse en el 15-20%. La medida podría incentivar la inversión, pero simultáneamente reduciría los ingresos públicos del “corporate tax” a prácticamente la mitad (2% a 1% del PIB o 190.000 mill $), que podría ser compensada parcialmente con un mayor crecimiento de la economía.

La medida podría entenderse como la pretensión de convertir a U.S. en una especie de paraíso fiscal. Sin embargo, su análisis merece contextualizarse dentro de la economía mundial, ya que debemos tener en cuenta que U.S. es el país con un tipo marginal mayor sobre el impuesto de sociedades (38,92%) de la OCDE, y el tercero mayor del mundo. Y que además, en los últimos años el diferencial del “corporate tax” con el resto del mundo se ha ampliado como resultado de la reducción de tipos en otros países; lo que ha mermado la capacidad estadounidense para atraer inversión, debido a que el tipo impositivo sobre sociedades es uno de los factores determinantes que condiciona los flujos de inversión.

Esta medida se vería acompañada por la modificación de la tributación correspondiente a la repatriación de beneficios de filiales extranjeras, que tributan al mismo tipo que los beneficios domésticos pero solo cuando se produce su repatriación, lo que la desincentiva; de tal forma que la reducción de tipos promovería flujos de inversión hacia U.S. que impulsarían el crecimiento.

Al mismo tiempo, la medida puede perjudicar a determinados países europeos como Irlanda, ya que la menor tributación estadounidense podría desincentivar la deslocalización de las multinacionales estadounidenses.

2.-Un impuesto de sociedades basado en un criterio de caja, que permitiese la deducción inmediata de las inversiones en lugar de llevar a cabo un proceso de amortización a lo largo de la vida útil del bien.

3.-Se eliminaría la deducibilidad de costes financieros de la nueva deuda, lo que desincentivaría asumir mayor riesgo derivado de un excesivo apalancamiento, igualando el tratamiento de capital y deuda como recurso de financiación.

4.-Se implantaría un “border tax adjustment” (BAT). El sistema consiste en tratar fiscalmente de forma distinta las importaciones y las exportaciones, de tal forma que suponiendo un tipo impositivo del 20%, las empresas importadoras no podrían deducirse fiscalmente el gasto de las importaciones, lo que equivale a una tasa sobre las importaciones igual al 20%. Y por el contrario, dejar exentos de tributación los beneficios correspondientes a las exportaciones, lo que equivaldría a una subvención a las exportaciones por un importe equivalente al 20% de las mismas.

Este tipo de medidas en realidad equivalen a una devaluación competitiva y ya han sido propuestas en otras ocasiones a lo largo de la historia. Keynes propuso en el estudio Macmillan de 1931 al Parlamento Británico que una tarifa a las importaciones debería ser acompañada de una subvención a las exportaciones, lo que sería similar a una devaluación pero manteniendo la paridad con el oro.

Otro tipo de políticas semejantes sería promover incrementos de IVA acompañados de reducciones de la carga impositiva sobre payroll taxes (seguridad social, desempleo y enfermedad) . Esta política de intercambio de impuestos o “tax-swap” ya se ha llevado a cabo por países sometidos a tipos fijos de cambio como en el caso del euro en Alemania(2006) y Francia (2012). . Esta es una estrategia similar a la del BAT, pero la diferencia estriba en que U.S. presenta tipos de cambio flotantes, de tal forma que una revalorización podría anular el efecto de las medidas fiscales.

Se podría pensar que el BAT puede afectar a importaciones y exportaciones y al saldo comercial. Sin embargo, la teoría económica nos indica que la balanza comercial depende de la tasa de ahorro y la inversión domésticas, por lo que si el BAT no cambia estas, no cambiaría el volumen de intercambios comerciales con el exterior, lo que sucede como consecuencia de que simultáneamente se produciría una revalorización del dólar que compensaría sus efectos.

Esta revalorización sería consecuencia del incremento de las exportaciones resultado de los incentivos de las empresas estadounidenses para exportar, que incrementaría la demanda de dólares para hacer frente a estas compras; como por la reducción de importaciones, que restringiría la oferta de dólares al resto del mundo.

Sin embargo, a pesar de la teoría, existen numerosos escépticos que dudan que el ajuste de tipo de cambio sea lo suficientemente rápido y compense totalmente el efecto del BAT, ya que además de los efectos cualitativos debemos valorar los cuantitativos.

Si el ajuste de tipos de cambio es parcial, las exportaciones podrían incrementarse y las importaciones reducirse, disminuyendo el déficit comercial. Al mismo tiempo, la inflación podría elevarse afectando en mayor medida a la población con menos ingresos, que consumen más productos importados, reduciendo su poder adquisitivo. Problema agravado por el hecho de que al mismo tiempo la reducción del impuesto de sociedades beneficia al segmento de población de mayores ingresos dando lugar a un incremento de la desigualdad social.

Pero además, el incremento de la inflación hace más probable subidas de tipos de interés, lo que contribuiría a su vez a fortalecer todavía más el dólar y como resultado reducir las tasas de crecimiento de la economía estadounidense, tanto por su efecto sobre la demanda agregada y la inversión como por la pérdida de competitividad de las exportaciones.

A su vez, el menor crecimiento económico se vería reflejado en una disminución de los ingresos públicos, que ya se verían mermados por la reducción de impuesto de sociedades y por unas importaciones menores de las estimadas que reducirían los ingresos procedentes de la tasa a las importaciones.

De todo ello se deduce que uno de los efectos importantes de estas medidas es la evolución del tipo de cambio del dólar, que se revalorizaría por el BAT, las subidas de tipos de interés y la reducción del tipo de impuesto de sociedades. Siendo esta revalorización potenciada por el hecho de que contribuiría a incrementar el flujo de inversiones hacia esta divisa al producirse ajustes en las carteras de inversión internacionales.

El ajuste del tipo de cambio, a su vez, podría generar muchos efectos colaterales de resultado incierto en la economía estadounidense y mundial. Uno de los efectos destacados sobre la economía U.S. sería la reducción de su “Posición deInversión Internacional Neta” (PIIN) , ya que un 85% de los pasivos y un 70% de los activos estadounidenses están nominados en $, suponiendo estos respectivamente un 180% y un 140% del PIB.

Y entre los efectos globales, podríamos indicar que se restringiría el flujo de dólares hacia terceras economías al reducir el importe cobrado por las economías que exportan a U.S.. La reducción del volumen de dólares en circulación dificultaría a los países endeudados en esta divisa la capacidad de hacer frente al servicio de sus pasivos financieros, lo que incrementaría las probabilidades de problemas financieros en estos países e incluso crisis económicas que podrían tener un efecto dominó con repercusión global.

Pero las consecuencias del BAT y la revalorización del dólar no acaban aquí. Otro aspecto importante a considerar es cómo afectaría a los presupuestos públicos estadounidenses. Ciñéndonos a la teoría económica, en que el BAT no provocaría cambios en el saldo exterior, tendríamos un incremento de ingresos como resultado de la aplicación de la tasa a las importaciones.

En este sentido, los datos del U.S. Census Bureau nos indican que en el año 2016 las exportaciones de bienes U.S supusieron 1,46 bill $, y las importaciones 2,21 bill $, dando lugar a un déficit de 750.074 mill $. Lo que implicaría, aplicando una tasa del 20%, unos ingresos de 150.014 mill $, de tal forma que si el PIB estadounidense en 2016 fue de 18,56 bill $ , la tasa implicaría unos ingresos del 0,8% del PIB y supondría reducir el déficit federal actual del 3,16%hasta un 25%.

Sin embargo, realmente estos ingresos vendrían a compensar parcialmente la rebaja del impuesto de sociedades, que en principio podrían reducirse menos de lo esperado al desanimar los procesos de deslocalización empresarial incrementando los ingresos tributarios por este concepto. Aunque la situación también presenta su lado negativo, ya que la revalorización del dólar reduciría los beneficios de las empresas estadounidenses en esta divisa procedentes de filiales extranjeras, mermando los ingresos por el impuesto de sociedades en el caso de repatriación de beneficios.


RESUMEN Y CONCLUSIONES

La elección de D Trump en Estados Unidos ha dado lugar a que el país se encuentre inmerso en una situación incierta desde la perspectiva fiscal, ya que se han anunciado modificaciones tributarias que supondrían la reducción del impuesto de sociedades y la implantación de un “border adjustment tax” (BAT) que modificaría sustancialmente la fiscalidad de los intercambios con el exterior.

La reducción del impuesto de sociedades contribuiría a una revalorización del dólar, persistiendo la duda de los efectos de la implantación del BAT, ya que mientras la teoría económica nos dice que tendría un efecto neutro, es un hecho pendiente de comprobar, surgiendo muchas dudas al respecto.

El incumplimiento de dicha teoría contribuiría a un incremento de inflación a través del encarecimiento de las importaciones, que además de contribuir a incrementar la desigualdad social, podría inducir subidas de tipos de interés que revalorizarían más el dólar y ralentizarían el crecimiento económico.

La situación generada también tendría su repercusión sobre los presupuestos federales, ya que el BAT incrementaría los ingresos y pero la reducción del “corporate tax” los reduciría. Si bien el análisis cualitativo está claro, el análisis cuantitativo de la evolución de estas variables es más incierta y en ellas influiría el grado de modificación del tipo de cambio y su repercusión sobre el crecimiento económico.

Una revalorización menor de la esperada del dólar reducirá las importaciones y los ingresos asociados a su tasa, y una subida de tipos podría reducir el crecimiento económico y con ello reducir los ingresos tributarios.

Los ingresos procedentes del “corporate tax”, reducidos como consecuencia de la rebaja de tipos, podrían ser compensados parcialmente por una menor deslocalización empresarial y por los ingresos derivados de la repatriación de beneficios de filiales extranjeras, pero por otra parte, estos últimos se reducirían en términos de dólar como resultado de la apreciación de la divisa.

Pero los efectos de la revalorización del dólar son amplios, y también daría lugar a la reducción de la posición de inversión internacional neta (PIIN) estadounidense e incrementaría el valor de los pasivos de países endeudados en esta divisa dificultándoles hacer frente al servicio de la deuda, efecto que se podría ver incrementado por la escasez de dólares en circulación provocada por el BAT, lo que podría tener repercusiones sobre la economía mundial.

Como resumen podríamos indicar que el cuadro resultante de las modificaciones fiscales propuestas es muy incierto, con un abanico importante de derivadas que podrían afectar tanto a la economía estadounidense como a la economía global generando inestabilidad, lo que indudablemente repercutirá sobre los mercados.



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