Me ha llamado la atención un artículo de Carlos Sánchez en el Confidencial. La peor clase política de la democracia en el peor momento , que creo que merece un comentario, ya que creo que se queda corto en sus apreciaciones.
La economía no es todo, pero lo es casi todo, ya que la creación de riqueza es pilar básico de la financiación de los distintos servicios que presta el estado, incluido estado de bienestar, así como de la calidad de vida de los ciudadanos.
Como indica el artículo, el PIB per cápita español se ha reducido, aunque se compara con un PIB/cápita inflado por la burbuja inmobiliaria. Hecho que no excluye que la política económica española haya sido un fracaso rotundo, en parte debido a la debilidad institucional del país.
Las instituciones independientes son un pilar básico de una auténtica democracia, y España se caracteriza por lo opuesto. Además de tener un estado de derecho basado en una Constitución contradictoria que además es manipulada por la política, contribuyendo a degradar la democracia .
Como dice C Sánchez, la política es la culpable, pero nosotros tenemos gran parte de culpa. España es populista. Los partidos adaptan los programas a lo que pide la gente. Y la gente pide que le resuelvan los problemas con el menor esfuerzo posible, lo que equivale a decir, a costa de los demás.
Por tanto, hemos abandonado la cultura del esfuerzo y a responsabilidad para dejar nuestras vidas dependiendo del estado. La iniciativa privada y el emprendimiento han sido olvidados si alguna vez existieron. Nos dedicamos a actividades de bajo valor añadido que impulsan los salarios a la baja alimentando la pobreza.
No nos hemos dado cuenta que la calidad de vida y el estado de bienestar exige esfuerzo, y que blindar la calidad de vida depende del crecimiento económico, no del BOE. Hecho que no excluye que los estímulos fiscales hoy no sean esenciales , lo que por otra parte no excluye la necesidad de reformas estructurales .
Pero en el escenario actual, de crisis sanitaria y económica, en lugar de resolver los problemas del país y los ciudadanos, los políticos se dedican a luchar por el sillón olvidándose de la población.
Cabe quizá recordar ciertos principios. Cuanto más pequeño sea el tamaño del estado y menos atribuciones tenga, menos impuestos deberían pagarse contribuyendo a impulsar el crecimiento económico.
Por tanto, de lo que se trata es de que el estado sea pequeño, pero por un motivo esencial, porque no se necesite. Indudablemente esta situación es utópica, pero siéndolo, no implica que no sea deseable tender a ella sin excluir la ayuda de la sociedad a aquellos que lo necesiten. Pero tratando de que lo necesite una parte de población lo menor posible.
Y para que no lo necesiten, es necesario luchar por la igualdad de oportunidades, siendo en este sentido básica la educación, que hay que financiar, y el principal motivo que justifica la existencia de impuestos.
Pero llegando a la conclusión de que es mejor un estado pequeño ¿cuando no se necesita un estado grande? Cuando los ciudadanos pueden proveerse de lo que necesitan de forma individual sin extraerlo de terceros, que es lo que realmente ocurre a través de las políticas llamadas del estado de bienestar.
Es decir, el tamaño del estado de bienestar es un reflejo del fracaso del estado de hacer a los ciudadanos independientes, en nuestro país caracterizado por la incapacidad de crear empleo y salarios dignos.
Por tanto, se trata de que los ciudadanos no necesiten ser “salvados” por el estado. Es necesario que tengan independencia personal para llevar a cabo actividades económicas que generen riqueza, lo que incrementaría la propia independencia del individuo y generaría un efecto dominó sobre el conjunto de la sociedad, de modo similar a la “mano invisible” de Adam Smith.
Una verdadera democracia requiere 2 aspectos básicos: educación, para discernir y valorar la actividad política; e independencia económica, para eludir los populismos que terminan en políticas de compra de votos. Siendo ambas facetas esenciales para lograr una verdadera democracia, encontrándose España muy lejos de esta situación idílica.