La opinión de Fisher Investments España sobre la influencia de la política en el entorno bursátil

18 de abril, 2021 1
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Nota: los comentarios de naturaleza política de Fisher Investments España son deliberadamente neutrales. No favorecemos a ningún político ni afiliación política y evaluamos los acontecimientos políticos únicamente por su posible impacto en el entorno económico y bursátil. 

Cuando se acercan elecciones, sea cual sea el país, en Fisher Investments España observamos una avalancha de opiniones señalando que los resultados influirán, para bien o para mal, en el entorno bursátil. Muchos de esos análisis se centran en la personalidad de los principales candidatos y en típicos sesgos sobre si un determinado partido inherentemente favorece u oprime a la renta variable. Lo vimos en las pasadas elecciones presidenciales de EE. UU. y lo vemos en la cobertura mediática sobre la batería de elecciones europeas que se celebrarán en este ejercicio. Sin embargo, en nuestra opinión, estos pronósticos pasan por alto un punto clave que puede llevar a los inversores por el camino equivocado: a los mercados les preocupan las políticas que puedan aplicarse (y no los candidatos) y el grado en que estas reformas son mejores o peores de lo esperado.

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En nuestra opinión, la larga serie de datos históricos bursátiles de EE. UU. es la mejor prueba de ello, dado que permiten evaluar la evolución de los parqués durante el año de elecciones y el primer año de legislatura de 24 mandatos presidenciales. De acuerdo con nuestros análisis, en los años de elecciones, los mercados suelen reflejar las esperanzas y temores sobre el próximo mandatario, mientras que en el primer año de mandato presidencial es cuando la realidad tiende a materializarse. Según nuestra experiencia, aproximadamente dos tercios de los inversores estadounidenses son votantes típicamente republicanos y temen que la figura de un demócrata ponga en marcha políticas que supongan un lastre para las bolsas. Y eso es lo que hace que, en nuestra opinión, en los años en los que un republicano sale ganador, los parqués arrojen, de media, una rentabilidad anual del 15,2 %. En cambio, en los años en los que los demócratas se hacen con la presidencia, creemos que el miedo hace acto de presencia, por lo que los mercados suelen reportar unas rentabilidades anuales más modestas, de solo un 7,4 % de media (en este análisis se excluye 2020, dado que todavía no se dispone de los datos correspondientes al primer año de mandato de Biden). 

Es en el primer año de mandato de un presidente en el que creemos que la realidad se impone. Todos los presidentes, sean del partido que sean, son, al fin y al cabo, políticos. Además de que, por lo general, están forzados a negociar y moderar sus promesas anunciadas en campaña si quieren que se aprueben nuevas piezas legislativas, lo cierto es que incluso muchas de estas iniciativas terminan en papel mojado. Creemos que esta es la razón por la que, en el primer año de mandato de un presidente republicano, las bolsas solo suelen subir, de media, un 2,6 % (dado que, a nuestro juicio, los parqués reflejan la decepción de los inversores respecto a las expectativas previas). En cambio, en el primer año de mandato de un presidente demócrata, suelen dispararse un 16,2 % de media, en lo que creemos que es un efecto de alivio y mejora de la incertidumbre que provocaba el candidato. No obstante, en este período de dos años, no parece observarse una gran diferencia en cuanto a las rentabilidades registradas bajo ambos partidos: la rentabilidad media es del 18,0 % bajo presidencias republicanas y del 23,4 % bajo mandatos demócratas. Aunque podría ser tentador darle sentido a esta diferencia, no creemos que sea un ejercicio útil, ya que la política es solo es uno de los factores que influyen en el mercado. La gran mayoría de la actividad económica de EE. UU. y de la Europa desarrollada procede del sector privado, por lo que los factores económicos juegan el papel más importante en estos mercados.

Aun así, creemos que los retornos históricos registrados por ambos partidos sugieren un aspecto fundamental: los sesgos políticos no suelen coincidir con la realidad. Nuestros análisis indican que ningún partido político en este mundo inherentemente beneficia o damnifica a las bolsas. Ninguno ha demostrado tener el monopolio de las políticas que favorecen o perjudican a las cotizadas y a la economía en general. Por ejemplo, en EE.UU., algunas de las leyes que consideramos más perjudiciales para las bolsas contaron con el apoyo de ambos partidos, como la Ley Arancelaria de 1930, que aumentó significativamente los aranceles y contribuyó a que el comercio global declinara con fuerza; o la Ley Sarbanes-Oxley de 2002, que incrementó drásticamente las restricciones y regulaciones sobre las empresas cotizadas. Tanto los republicanos como los demócratas han aprobado y derogado regulaciones y han subido y bajado impuestos. Nuestros análisis de la historia británica arrojan resultados similares. Históricamente, los parqués británicos han tenido periodos de auge y caída, tanto bajo gobiernos laboristas como conservadores.

Por todo ello, en lugar de llevar a cabo análisis en torno al partido (o partidos) en el poder, creemos que es más útil deshacerse de los sesgos y pensar en las políticas. A nuestro juicio, a los mercados no les suele gustar el aumento de la incertidumbre y les encanta la reducción de la misma. Cuando hablamos de política, creemos que las bolsas unos niveles más altos de volatilidad cuando la incertidumbre legislativa se dispara. En consecuencia, un gobierno muy activo, independientemente de su ideología, es el principal riesgo político para los parqués. Por consiguiente, creemos que el escenario más positivo para las bolsas es el bloqueo político, el cual mantiene el riesgo legislativo y la incertidumbre bajo control. 

A la luz de nuestra experiencia, esto puede ser difícil de entender para muchos inversores, ya que los prejuicios políticos tiñen nuestros pensamientos. Muchos inversores favorecedores de un determinado partido, querrían, lógicamente, que cumpliera la agenda para la que fue votado. Los políticos suelen vender sus políticas mostrando los aspectos positivos, pero lo que observamos históricamente es que toda nueva legislación crea tanto ganadores como perdedores. Esto provoca que entren en juego efectos psicológicos. Los científicos que estudian el comportamiento humano han demostrado que, a la hora de sufrir pérdidas y ganancias, los perdedores sienten el dolor de una pérdida de manera mucho más intensa que la alegría por una ganancia de una cuantía idéntica. Por lo tanto, si un ciclo legislativo es muy activo, creemos que la incertidumbre que lo acompaña puede pesar en el sentimiento inversor. 

Pero todo esto no desencadena el registro de rentabilidades negativas de forma automática, tal y como demuestra la historia bursátil. Si los inversores generalmente temen la aprobación de una nueva batería legislativa, y sea lo que sea que se apruebe acaba moderándose con respecto a lo que se esperaba, creemos que eso puede ser más que suficiente para sorprender al alza a los mercados. Lo vimos en Estados Unidos en el año 2010, cuando el presidente Barack Obama consiguió que se aprobaran reformas sanitarias y financieras que muchos temían. Ambas eran reformas de gran envergadura, pero no tan radicales como proponían muchos legisladores. Si los comentarios financieros de aquella época son indicativos de algo, los inversores respiraron aliviados al ver el resultado final, y creemos que fue un factor positivo que contribuyó al buen desempeño del mercado en aquel año.

En la opinión de Fisher Investments España, el bloqueo político también explica por qué varios países europeos disfrutaron de rentabilidades positivas estos últimos años, incluso con la entrada de partidos populistas en sus gobiernos. Eso incluye a Italia, cuyo gobierno de coalición, formado por el partido antisistema Movimiento 5 Estrellas y el nacionalista Liga Norte, hizo que saltaran todas las alarmas de los analistas financieros sobre la posibilidad de que el país pudiera tomar decisiones radicales de tipo económico y forzara la salida del país de la eurozona. Sin embargo, el gobierno de coalición se pasó dos años discutiendo sin realmente conseguir nada, lo que, en nuestra opinión, benefició a las acciones italianas gracias a la caída de la incertidumbre. 

En España también saltaron las alarmas cuando el partido populista de izquierdas Podemos entró a formar parte del gobierno de coalición liderado por el partido de centroizquierda PSOE en enero de 2020. Pero tampoco han conseguido promulgar muchos anteproyectos de ley. Solo recientemente el gobierno aprobó sus primeros presupuestos generales, los cuales se aplacaron significativamente en comparación con las propuestas lanzadas inicialmente. Las subidas de impuestos fueron menores de lo anunciado y el gobierno dejó de lado sus planes para establecer un suelo mínimo en el impuesto de sociedades. De cara al futuro, a medida que la pandemia se disipe, creemos que la caída de la incertidumbre constituirá un factor alcista para los mercados españoles a medida que los inversores se den cuenta de las debilidades del gobierno de coalición. 

Ahora bien, en nuestra opinión, el análisis realizado en este artículo también es cierto para la mayoría de países desarrollados. En los mercados emergentes, donde a menudo hay una mayor injerencia del Estado en la economía y los mercados de capitales son menos maduros, la opinión de Fisher Investments España es que los gobiernos activos y reformistas pueden ser factores positivos para los mercados y que, por contra, el bloqueo legislativo suele decepcionar. Por lo tanto, creemos que el análisis de los factores políticos en esa categoría de inversión requiere muchos más matices. Pero en los países desarrollados de Asia, Europa y América del Norte, creemos que el bloqueo político generalmente ayuda a mantener el statu quo que los mercados han sabido lidiar durante décadas, por lo que los parqués tienen una cosa menos de la que preocuparse en estos países.

Fisher Investments España es el nombre comercial utilizado por la sucursal en España de Fisher Investments Ireland Limited,   (“Fisher Investments España”). Fisher Investments España está inscrita con domicilio social en calle Junta de Castilla y León, 8, 28660 Boadilla del Monte (Madrid), con NIF W0074497I, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, en el tomo 39501, folio 110, inscripción 1, hoja M-701327, y en el Registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Empresas de Servicios de Inversión del Espacio Económico Europeo con Sucursal en España, con el número 126.
El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments España y Fisher Investments Europe, y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal, ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No existe garantía alguna de que Fisher Investments España o Fisher Investments Europe sigan sosteniendo estas opiniones, que pueden cambiar en cualquier momento a partir de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información aquí contenida no pretende ser una recomendación o pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en este documento. Invertir en los mercados financieros implica un riesgo de pérdida, y no hay garantías de que todo o parte del capital invertido sea reembolsado. La rentabilidad pasada no garantiza ni indica los resultados futuros de manera fiable. El valor de las inversiones y los ingresos procedentes de ellas están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales.

Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 1 comentario
antiguo usuario
Es terrible que en este país siempre haya que pedir perdón antes de opinar de política en público.
18/04/2021 11:14
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