La necesidad de superar los prejuicios tecnófobos

1 de agosto, 2016 10
Inversión en compañías cotizadas. Interesado en la historia del pensamiento económico y los ciclos económicos.
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Sigue latente en nuestros días una idea errónea sobre las compañías tecnológicas, partiendo de la base de que este tipo de empresas son más arriesgadas porque los negocios de estos sectores son muy cambiantes. La tecnofobia sigue manifestándose en comentarios y análisis bursátiles, mientras que un gran público sigue confiando en la estabilidad de compañías tradicionales como Telefónica, Santander o Iberdrola. Muchas personas no conciben que Telefónica pueda dejar de ser un jugador clave en el mercado.

La idea principal que mantiene a muchos inversores fuera de este tipo de empresas es que la tecnología es muy cambiante y estas compañías no gozan de estabilidad para realizar proyecciones de beneficios, la cual sí tienen otras compañías tradicionales. Siempre se ponen ejemplos de la burbuja tecnológica que pinchó en el año 2001, así como casos concretos de empresas cuyo negocio se ha derrumbado enseguida tras un éxito inicial.

Esta idea es equivocada y proviene de una época en la cuales estos negocios estaban en una fase inicial de desarrollo, donde los fracasos son frecuentes y queda aún mucho camino para que se consolide una nueva estructura empresarial en los nuevos sectores. Pero tras más de dos décadas de la irrupción de internet, muchos de estos sectores se han consolidado con el tiempo, y los grandes triunfadores no solo gozan de una estabilidad para proyectar cifras de ingresos en el futuro, sino que tienen un gran poder para golpear a empresas tradicionales.

Son casi todos los negocios tradicionales los que están entredicho y no Google o Facebook. Estos gigantes tecnológicos y otros que emergen amenazan casi a cualquier negocio tradicional tal y como lo hemos conocido. Muchas de las líneas de negocio que tiene Telefónica han sido ya sustituidas o están en el punto de mira de nuevos competidores. Nadie envía ya SMS en España con el coste que suponía, Whatsapp y otras empresas de mensajería le han robado la cartera por completo a las compañías tradicionales de telecomunicaciones en ese aspecto. Cada vez son más baratos los servicios de pagos y transferencias gracias a las nuevas plataformas online como Paypal, negocio en el cual los bancos tradicionales abusaban de sus clientes. Sus ingresos por comisiones se verán claramente limitados de ahora en adelante. La televisión es cada vez menos importante (Mediaset, Atresmedia), y siguen ganando importancia los proveedores de contenidos online como Netflix. Al mismo tiempo, muchas empresas prefieren anunciarse a través de Google Adsense, siendo cada vez menos importante la publicidad en las cadenas de televisión tradicionales. Amazon se ha hecho con una gran parte del mercado de venta de libros, en detrimento de las librerías tradicionales y de las editoriales que controlaban el mercado de publicaciones. Hoy es muy sencillo publicar un nuevo libro sin tener que contactar con una editorial tradicional, al igual que es muy fácil realizar una promoción de ventas sin realizar grandes inversiones en los canales publicitarios tradicionales. Hay numerosos ejemplos de cómo las nuevas empresas que emergen revolucionan sectores tradicionales a una velocidad de vértigo.

El fondo de la cuestión es sencillo. El sector tecnológico no es un sector en sí mismo. La mayoría de estas empresas simplemente han encontrado una forma de ofrecer servicios de toda la vida de forma mucho más eficiente o en diferentes soportes. Eso es todo. Allí donde hay un negocio tradicional, hay nuevos empresarios pensando en cómo organizar la misma actividad de forma mucho más eficiente, eliminando en la medida de lo posible toda infraestructura física, reduciendo así importantes costes fijos y ampliando las posibilidades de expansión rápida.

De esto se dio cuenta Peter Lynch después de haberse mostrado tecnófobo en diversas ocasiones. Declaraba no invertir en negocios que no entendía y por lo tanto excluía la mayor parte de las compañías tecnológicas de su época. Pero posteriormente entendió que algunos de estos negocios tan solo son servicios y productos tradicionales con una nueva estructura de costes. Esto es lo que decía sobre Amazon una vez que ya había perdido el tren de las grandes subidas de la cotización en 1998:

All along I’ve been technophobic. My experience shows you don’t have to be trendy to succeed as an investor. In fact, most great investors I know (Warren Buffett, for starters) are technophobes. They don’t own what they don’t understand, and neither do I. I understand Dunkin’ Donuts and Chrysler, which is why both inhabited my portfolio. I understand banks, savings-and-loans , and their close relative, Fannie Mae. I don’t visit the Web. I’ve never surfed on it or chatted across it. Without expert help (from my wife or my children, for instance) I couldn’t find the Web.
[...]
Later on you’ll read how I discovered some of my best stocks through eating or shopping, sometimes long before other professional stock hounds came across them. Since Amazon existed in cyberspace, and not in suburban mall space , I ignored it. Amazon wasn’t beyond my comprehension— the business was as understandable as a dry cleaner’s. Also, in 1997 it was reasonably priced relative to its prospects, and it was well-financed. But I wasn’t flexible enough to see opportunity in this new guise. Had I bothered to do the research, I would have seen the huge market for this sort of shopping and Amazon’s ability to capture it. Alas, I didn’t. Meanwhile, Amazon was up tenfold (a “tenbagger” in Lynch parlance ) in 1998 alone.
Durante todo este tiempo he permanecido tecnófobo. Mi experiencia me dice que no tienes que estar a la vanguardia para tener éxito como inversor. De hecho, la mayoría de grandes inversores que conozco (Warren Buffett para los iniciados) son tecnófobos. No compran lo que no entienden y yo tampoco lo hago. Yo comprendo Dunkin’ Donuts y Chrysler, y esa es la razón por la que ambas permanecieron en mi cartera. Comprendo el negocio de los bancos, las sociedades de préstamos y depósitos y su relativo más cercano, Fannie Mae. No visito la web, nunca he navegado a través de Internet. Sin la ayuda de un experto (como mi mujer o mis hijos por ejemplo), ni siquiera podría encontrar la web.
[...]
Más adelante verá como descubrí algunas de mis mejores ideas de inversión mientras comía o iba de compras, a veces mucho antes de que otros inversores profesionales las conociesen. Como Amazon solo existía en el ciberespacio y no en el centro comercial de un suburbio, lo ignoré por completo. Amazon no estaba fuera de mi comprensión, el negocio era tan sencillo como una tintorería. Pero no fui lo suficientemente flexible para ver la oportunidad en este nuevo entorno. Si me hubiese molestado en realizar la correspondiente investigación, habría visto el gran mercado para este tipo de compras y la habilidad de Amazon para capturarlo. Sin embargo, no lo hice. Mientras tanto, Amazon había multiplicado por 10 (una teenbagger en la jerga de Lynch) solo en 1998.

Cotización de Amazon.png

Desde luego las cuestiones que rondan estas nuevas estructuras empresariales no son nada sencillas, pero no tiene mucho sentido excluir la búsqueda de ideas de inversión en estos nuevos negocios por un simple prejuicio tecnófobo. Estas nuevas empresas serán cada vez más importantes e irán sustituyendo a los negocio tradicionales si estos no son capaces de adaptarse. Es más estable Google en su negocio que Telefónica, basta con echar un vistazo a la evolución de los ingresos.

Otro de los fenómenos frecuentes con este tipo de compañías es ver a inversores quejarse de que estas empresas están caras continuamente, siempre desde el punto de vista del enfoque tradicional de valoración. Algunas de ellas descuentan expectativas excesivamente optimistas, pero otras siguen pareciendo caras incluso cuando su potencial está claramente infravalorado. El enfoque tradicional de valoración se fija demasiado en el PER o múltiplo sobre beneficios, tomando como punto de partida el beneficio contable que presenta a día de hoy. Para valorar bien estas empresas hay que volver a la cuestión de fondo en la que se basa la inversión en valor: intentar aproximar cuánto puede ganar la compañía en el futuro. Un vistazo de cerca sobre este tipo de negocios arroja luz enseguida sobre el hecho de que estos negocios están claramente penalizados por las normas contables para contabilizar sus beneficios, como bien expliqué en un artículo anterior.

Con este artículo no pretendo decir que haya que invertir en el Nasdaq o en compañías tecnológicas en este preciso momento, ni tampoco lo contrario. De hecho, llevo elaborando una cartera tecnológica durante más de dos años y medio y no pretendo subirme tarde al tren tras las últimas subidas en el Nasdaq. Tan solo quiero explicar por qué es necesario para los inversores en valor superar este prejuicio tecnófobo y comenzar a investigar compañías que protagonizan la nueva realidad. Muchos inversores siguen limitando la búsqueda de ideas de inversión al mercado español, ignorando por completo a los nuevos jugadores del mercado que están golpeando de forma significativa a muchos negocios tradicionales que no han sabido adaptarse.

Google es para mí la compañía con la ventaja competitiva más potente a nivel mundial, a la hora de comparar otros negocios es útil conocer hasta qué punto puede ser poderosa la ventaja competitiva de su buscador o de su sistema operativo Android. Siendo conscientes de las nuevas magnitudes del poder de mercado de un negocio como este, es más sencillo calibrar las posibilidades de otras ideas de inversión. Entender estas nuevas estructuras empresariales ayuda a entender también las tradicionales, es un proceso que enriquece el mapa de negocios que tiene el inversor en su mente, reconociendo nuevos grados de ventajas competitivas que han surgido en el nuevo entorno.

En la Cartera Value no hay prejuicios, todo lo que sea susceptible de ser una idea de inversión interesante es investigado, no importa si está relacionado con las nuevas tecnologías, los tradicionales monopolios estatales o la venta de detergentes.

Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías desde una perspectiva de largo plazo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value

Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 10 comentarios
antiguo usuario
Me temo que los prejuicios seguirán existiendo.
01/08/2016 12:34
antiguo usuario
Y si al final todo termina siendo de la marca ACME,
Jajaja
01/08/2016 18:20
Un libro que a mi me sirvió mucho para entender a Google antes de comprar sus acciones a principios de 2015 fue el de Hypercompetition (http://amzn.to/2avg5s2).

Se lo recomendé a Pabrai y por la respuesta que recibí de su asistente parece que le interesó.

Creo que existe el mito de que Buffett o Munger no invierten en empresas tecnológicas porque no las entienden. La verdad es que las entienden mucho mejor que la mayoría. En el libro de Yefei Lu se explica que Buffett llevaba leyendo los reportes anuales de IBM durante mas de una década y lo que le llevó a invertir en ella fue que al consultar con todas las subsidiarias de BRK se dio cuenta de la importancia en muchos de los procesos y de lo "sticky" que era.

Yo creo que es la tasa de cambio (red queen effect) dentro de ese tipo de industrias lo que no les convence, pero apuesto a que ellos que no usan Whatsapp entienden mejor las dinámicas que yo que sí lo uso.

Saludos

Saludos
02/08/2016 00:15
En respuesta a Gaspar JGF
Se han perdido todo el mercado tecnológico, de hecho, los mejores años de Buffett frente al benchmark no son los últimos 15 precisamente. Obviamente, a veces invierten en IBM, Intel, Microsoft, etc, pero no es una apuesta fuerte y nunca lo hacen descontando un gran crecimiento.

Quizás no tengan una ventaja de análisis en este tipo de empresas, al final cada uno hace lo que domina, y se puede seguir ganando dinero con las marcas de consumo y los negocios tradicionales.

Un saludo.
02/08/2016 09:02
En respuesta a Gaspar JGF
Un inversor más abierto a estas ideas ha sido Ken Fisher. En su libro Superstocks de 1984 hay varias ideas de inversión en negocios jóvenes relacionados con la innovación, además es el primer libro donde se establece un marco adecuado para analizar los datos financieros de estas empresas que invierten mucho en I+D.
02/08/2016 09:04
Buenas a todos.

Reproduzco un párrafo de la carta de AzValor a sus participes de hace unos días... Si no está permitido reproducirlo ruego lo eliminéis.

Un ejemplo: Tesla, que hace coches, vale US 30bln y no gana dinero.
Hyundai, que hace coches, es gratis en bolsa. Algunos tratarán de
complicar este enunciado, argumentando que Tesla se hará con el
dominio del mercado futuro de baterías para coches eléctricos (Tesla
vendió 50 mil coches en 2015 y perdió casi 900 millones de USD); y que
Hyundai es una empresa trasnochada que va en declive (Hyundai
vende casi 6mn de coches en todo el mundo y en 2015 ganó 4mil
millones de USD)… ¡Hagan juego señores!

Supongo que esto es un ejemplo exagerado de lo que ocurre en el mercado en el sector tecnológico...

¿¿¿Detectas algo de tecnofofia Enrique???
06/08/2016 11:07
En respuesta a Antonio Medina
No veo tecnofobia en el texto. Tesla es una empresa muy arriesgada en mi opinión.una gestión del capital un tanto dudosa.

Los fabricantes de coches pueden incorporar nuevas tecnologías y en general se ponen las pilas, al igual que samsung hizo con los móviles.

En este caso no apostaría por Tesla, sino por los fabricantes de componentes de alto valor añadido para automóviles.

Un saludi
06/08/2016 12:18
En respuesta a Enrique García Sáez
Gracias por contestar.

Coincido contigo en más del 90%... Mi única duda me la plantea el precio de las acciones que no termina de caer y uno tiene la duda de si hay algo que no tiene en consideración y se me está pasando.

Buen verano.
06/08/2016 12:55
Aaaah y resultados muy buenos es Activision... Que estaban descontados en el precio de la acción ya que tras ellos las acciones cayeron.

Y enhorabuena con Ubiquity, yo que seguido mucho el tema del robo de los WIFIs, se que los aparatos de Ubiquity tienen muy buena fama.

Gracias.
06/08/2016 12:58
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