En el blog Abnormal Returns tuvieron un interesante intercambio de opiniones sobre qué inversiones podrían ser mejores en la próxima década que el S&P 500. Las sugerencias de los bloggers invitados son variadas y creativas, y vale la pena echarles un vistazo. Sin embargo, me gustaría añadir una o dos sugerencias propias.
Mi primera sugerencia es tener en cuenta la consistencia en el tiempo de las acciones del sector del tabaco. El año pasado, traté este tema en profundidad, así que no hay necesidad de repetirlo aquí. Para los interesados, mi artículo sobre la elección de la compañía Altria como una acción a tener durante los próximos veinte años se puede encontrar aquí.
Mi segunda sugerencia es similar en el sentido de que sigue una temática de enfoque defensivo. Un atributo clave de una inversión exitosa es obviamente no sólo su potencial para superar el rendimiento de las alternativas (como el S&P 500), sino también la probabilidad de que un inversor consiga realmente ese rendimiento superior. Mi teoría aquí es que un inversor es menos propenso a vender una buena inversión si sus retornos son consistentes y no demasiado volátiles, por lo que esta consideración influyó en esta opinión. En segundo lugar, en una fase en la que casi todos los segmentos del mercado mundial de renta variable están, en el mejor de los casos, justamente valorados, los próximos diez años traen consigo bastante incertidumbre, tanto para la economía en su conjunto como para el mercado en particular. Por lo tanto, creo que una decisión consciente de sobreponderar un sector o una inversión sobre el mercado en general debería tener en cuenta estos factores.
Dicho esto, creo que el argumento a favor de las acciones del sector de cuidados de la salud es bastante sólido. Por un lado, desde que los datos comenzaron a finales de 1989, este sector dentro del S&P 500 ha superado con facilidad en rentabilidad al índice general, 11,8% frente al 9,6%, y lo ha hecho con una volatilidad prácticamente igual...
...y drawdowns (caídas de máximos a mínimos) menos profundos:
Además, a fecha del 30 de septiembre, el sector de la asistencia sanitaria del S&P 500 cotizaba con un ligero descuento respecto a sus veinte años de historia, tanto si se tienen en cuenta los múltiplos PER (precio/beneficio) con los beneficios pasados (trailing) como si se tienen en cuenta las estimaciones de futuro (forward). Esto contrasta con el índice S&P 500, que actualmente cotiza a un nivel superior a sus veinte años de historia según ambas métricas de valoración:
Parecería que las valoraciones, entonces, son actualmente favorables, aunque levemente, y ya he demostrado que las acciones de este sector han disfrutado, históricamente, de un perfil de riesgo favorable en comparación con el mercado más amplio. Esto deja la cuestión de cómo se comportarán las acciones de cuidados sanitarios durante unos próximos 10 años de posible incertidumbre económica.
Me atrevería a suponer que las acciones de salud tienen una oportunidad razonable de mantener su ventaja cuando se trata de un perfil de riesgo favorable. Considere este gráfico de Chris Pavese, que muestra que los márgenes de beneficio para las acciones del sector han sido notablemente estables en los últimos veinte años, un período que abarca dos recesiones, una de las cuales fue muy severa:
En segundo lugar, un estudio de anteriores recesiones realizado por McKinsey & Company mostró que, junto con los productos básicos y las utilities, el sector de la atención de la salud ha sufrido, en general, una caída mucho menor de los ingresos durante las recesiones. Por ejemplo, el gasto de los consumidores en salud fue la única área del gasto de los hogares que experimentó un aumento en los años 2007-2010, el período generalmente asociado con la Gran Crisis Financiera. Parece poco probable que esta tendencia cambie, ya que la demografía garantiza el envejecimiento de la población, con una tasa necesariamente más elevada de gasto en atención sanitaria.
Si le han parecido convincentes estos argumentos y se decide a invertir en el sector de la salud, la mejor manera de hacerlo en el largo plazo sería a través de una cartera equi-ponderada (equal-weight), donde todas las empresas tienen un mismo peso, en lugar de hacerlo directamente en el índice del sector donde los pesos son según su tamaño de mercado. Desde principios de 1990, el sector de la atención de la salud con igual ponderación del S&P 500 (14,3% CAGR, es decir, tasa de crecimiento anual compuesta) ha superado tanto al índice general S&P 500 como al sector salud con ponderación según capitalización bursátil, al tiempo que ha sufrido drawdowns menos severos:
De manera similar, tal vez debido al reequilibrio implícito en la ponderación equitativa, que se traduce en una inclinación hacia el factor "value" y las pequeñas empresas, la cartera de empresas de atención de la salud con igual ponderación ha dado rendimientos positivos de manera más consistente que el S&P más amplio y que el índice del sector con ponderación según market cap:
En resumen, dadas las valoraciones levemente favorables y lo que históricamente han sido características de riesgo-recompensa favorables, una apuesta a largo plazo sobre las acciones de salud parece tan buena como ninguna. Sin duda, hay riesgos potenciales como el político, especialmente cuando la reforma del sistema de salud ha sido el tema de años de debate político. Sin embargo, existen riesgos idiosincrásicos asociados a la sobreponderación de cualquier sector o inversión particular sobre el mercado más amplio. Los riesgos asociados a la asistencia sanitaria no parecen más graves que los que afectan a otros sectores del mercado.
[Nota: Este artículo se publicó originalmente en inglés, en el blog de Fortune Financial Advisors. El lector puede seguir al autor en Twitter. Traducción realizada por la edición de inBestia]