Jerga (definición):
1. Modalidad lingüística especial de un determinado grupo social o profesional cuyos hablantes usan solo en cuanto miembros de ese grupo. "jerga médica; jerga cuartelaria; las jergas, tanto profesionales como de grupos marginales, cobran su idiosincrasia especialmente en el plano expresivo de sus voces"
sinónimos: argot
2. Jerigonza, lenguaje difícil de entender. "el niño habla mucho, pero en su jerga, así que casi no lo entendemos"
Desde hace ya varios años llevo pensando en las motivaciones de muchos comentaristas o analistas que les llevan a expresarse con términos en inglés cuando hablan en español. Cuando hablamos/escribimos en español no tiene sentido decir ‘cash flow’ cuando el término utilizado en español es bien claro y ampliamente extendido: ‘flujo de caja’. Tampoco tiene sentido hablar de ‘growth’ cuando la traducción es también clara y extendida: ‘crecimiento’. Hay numerosos ejemplos de este tipo, y partiendo de la base de que todos conocemos el concepto en español, no veo ningún motivo para dirigirse a una audiencia amplia con estos términos (blogs, Twitter, etc). Es más comprensible utilizar la jerga entre personas del mundillo, aunque a veces llega a ser confuso. En algunas ocasiones tengo preguntar por los términos incluso no teniendo problemas con el inglés, ya que se acuñan nuevos términos en los que, aún conociendo las palabras y la traducción, no sabemos de qué se está hablando.
Como bien señala la traducción que aporté al comienzo del artículo, estamos ante un fenómeno claro de ‘jerga’. Aquí hay que diferenciar entre el uso de conceptos con un significado claro que a veces no conoce el lector. Por ejemplo, ‘resultado operativo’ es un concepto establecido en español con un significado muy claro, que podríamos resumir como el resultado de una empresa tras las operaciones ordinarias en el negocio. A lo mejor, el lector no conoce el concepto y su desconocimiento supone una barrera comunicativa entre el emisor y el receptor. Aquellos que nos dedicamos a publicar contenido y dirigirnos a un público amplio tenemos que decidir cuánto espacio dedicamos a explicar estos conceptos que utilizamos en los artículos, y dependiendo de a quién nos dirijamos, podemos exponer con más amplitud o menos. A menudo realizo un esfuerzo adicional explicando al comienzo un concepto que va a ser repetido varias veces durante el artículo.
La jerga innecesaria actúa en sentido contrario. Pretende levantar barreras entre el comunicador y el receptor, complicando lo que en su origen es muy claro y sencillo. Colocar una abreviatura PnL en medio de un artículo sin explicación previa o utilizar anglicismos de forma sistemática sin motivo especial pueden expulsar al lector. Muchos no acaban de entender de qué se está hablando, pero muy pocos preguntan por los conceptos para evitar parecer ignorantes (o simplemente para no perder su tiempo).
Desde mi punto de vista, esta actitud tiene como objetivo simplemente intentar mostrar que uno controla mucho sobre el tema. Si usa conceptos tan complicados en apariencia, algo sabrá pensarán muchos. Es una búsqueda de estatus, no de transmitir información, ideas o conocimientos. También hay algo de comportamiento gregario, un código que entienden solo las personas de determinado grupo y no el resto. Obviamente, quienes lo usan aparentan pertenecer a ese grupo o élite. Incluso considero que no es una actitud consciente, sino un comportamiento que se reproduce porque ha funcionado, y muchos lo imitan.
En otras ocasiones también se intenta evitar que se cuestione la exposición del analista, después de todo, si no tenemos claro de qué está hablando, ¡¿cómo vamos a señalar un error o cuestionar los puntos de la tesis inicial?! Esto abunda mucho en los mercados, un mundo donde la capacidad de evaluación de una gran masa de clientes es muy limitada, y funciona como sustitutivo la percepción de estatus o jerarquía (importa quién es quién y no quién tiene razón en la argumentación). En consecuencia, muchos profesionales dedican más tiempo a sus estrategias de diferenciación o búsqueda de estatus en vez de mejorar las exposiciones, el canal de comunicación y la pedagogía a los clientes.
Otro problema que lleva a este tipo de prácticas tiene que ver con tocar o hacerse eco de los temas que más se comentan en los medios de comunicación. No es ningún secreto lo que les gusta a los periodistas hacer juegos de palabras y acuñar nuevos términos, de los cuales muchos acaban siendo tremendamente populares y sirven para redactar titulares cortos. Así, no importa que haya a la izquierda o derecha de ‘Brexit’, solo con incluir esa palabra ya genera algo de atención entre algunos lectores. Obviamente, no tiene sentido traducir esta palabra de nueva creación, pero con el tiempo se van acumulando numerosos términos como taper tantrum o fiscal cliff. El interés de esta última queda bien representado en Google Trends:
Muy relacionado está el tema de los gráficos virales que se comparten en redes sociales y blogs de mercados. Una gran parte de ellos no proceden de fuentes oficiales y son una herramienta perfecta para muchos profesionales para hacer ver que no están equivocados (cuando sí lo están). Hay cientos de variables macro y gráficos en todas las direcciones y con todas las formas. Incluso con una misma variable se pueden sacar varios gráficos con diferentes formas, jugando con las derivadas (datos absolutos, primera derivada y segunda derivada). No resulta difícil escoger el que a uno le interesa para mostrar que lo que venía diciendo es correcto. La solución para evitar este problema es establecer de antemano las variables relevantes para contrastar la tesis.
Si la tesis es que la economía norteamericana va a entrar en recesión, podemos fijarnos a partir de ahora en los datos oficiales de producción industrial, empleo y permisos de construcción. Lo que no tiene sentido es decir cinco meses después es que sí hay recesión porque el New York Empire State Index (índice de actividad económica en el estado de Nueva York) está en terreno negativo, que bajo ningún concepto es representativo de nada.
Observo una gran relación entre estas últimas prácticas y el uso de la jerga, que para mí representa un afán por la apariencia y reputación más que por una actitud de añadir valor o aportar buena información/análisis. Creo que el siguiente párrafo de José Penso de la Vega ilustra a la perfección el vacío que hay detrás de esta actitud de diferenciación:
Vino el hijo de un mísero Ginovez de las escuelas de Pavia y pidiéndole el padre algunos indicios de lo que havia aprendido en las escuelas, le respondió el joven haver aprendido tanta sutileza que le provaria que los dos huebos que estava comiendo eran quatro, porque siendo el dos número binario y conteniendo todo el numero binario dos unidades, juntando estas dos unidades al numero binario quedarian haziendo quatro por ser quatro dos vezes dos; quedó absorto el viejo de oír las sophísticas y inútiles agudezas en que havia gastado el tiempo, la meditacion y el dinero; y queriéndole mostrar que mas valia lo rustico de su entendimiento que lo delgado de su silogismo, sorbió los dos huebos, diziendo: Yo como los dos que puso la gallina, come tu agora los otros dos que formó la dialéctica.
José Penso de la Vega - Confusión de Confusiones
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