La formación de los ciclos y El Apocalipsis (IV): finales de 2008

22 de agosto, 2012 0
Director de Inversiones en Metagestión. Inversor "value" y seguidor de la Escuela Austriaca de Economía.
Director de Inversiones en Metagestión. Inversor... [+ info]

En la última entrada del blog, asistimos a los devastadores acontecimientos que fueron sucediéndose en los primeros seis meses del año 2008: caídas bursátiles de más del 7% atribuidas a una sola persona, serios indicios de que la banca de inversión presentaba preocupantes problemas de solvencia, la caída y "rescate" de Bear Stearns por JP Morgan con el aval de la Reserva Federal y la burbuja de las materias primas.

También anunciamos que, pese a todo lo comentado, el segundo semestre del 2008 nos haría pronto olvidar lo malo que fue el anterior. Por desgracia para el mundo, no porque la segunda mitad del año fuese más benigna, si no por todo lo contrario. Desde luego, si hay una lección que podemos extraer de ese periodo, es que siempre se puede ir a peor...

Imagen
"Lo siento, no sé qué pasa más abajo"


Al poco de comenzar este segundo semestre de 2008, el banco hipotecario IndyMac protagonizaría uno de los mayores colapsos bancarios en los Estados Unidos desde los años 80. Esta entidad, que originalmente formaba parte de Countrywide (otra entidad hipotecaria que ya presentamos en la entrada dedicada al 2007), se centraba en la concesión de hipotecas y en el "empaquetamiento" de éstas, para venderlas a otros inversores. Estas hipotecas, como sigue siendo la norma hoy en día, vencían pasados varios años y, por tanto, presentaban una liquidez baja. Es decir, se trataba de productos (activos) de largo plazo. Sin embargo, como sucedió con Bear Stearns y el resto de bancos, IndyMac se financiaba (pasivos) a un plazo mucho menor, con dinero que le prestaban otras entidades financieras o que depositaban en ella sus clientes (recuerde lo que hemos comentado, en otras ocasiones, de la reserva fraccionaria). 

Como aprendimos en anteriores entradas del blog, con el inicio del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, calcular el valor real de los activos de los bancos se convierte en una quimera. Además, muchos de estos activos, generalmente productos estructurados (paquetes de paquetes de paquetes de hipotecas...) se vuelven totalmente ilíquidos. La desconfianza se instala en el sistema y el mercado interbancario se cierra. En el momento en que esto sucedió, IndyMac fue incapaz de seguir financiándose. El miedo llevó a que sus clientes, iniciasen una masiva retirada de dinero depositado en el banco, exacerbando aún más sus problemas de liquidez. Finalmente, como suele suceder en estos casos, un problema de liquidez se convirtió en uno de solvencia, e IndyMac, terminaría siendo intervenido el 13 de julio de 2008. El banco perdería el 99% de su valor en bolsa...

Imagen

Pocos días después, dos entidades de nombre similar, Fannie Mae y Freddie Mac, se hicieron con todas las papeletas para ser las próximas en caer. En este caso, se trataban de dos entidades públicas, cuya función consistía enmejorar la liquidez del mercado hipotecario y facilitar el acceso de los ciudadanos a una vivienda en propiedad. Aunque suene muy bonito, lo que, en realidad, hacían estas entidades, era comprar y empaquetarlas hipotecas concedidas por los bancos para venderlas a inversores de todo el mundo.  A cambio, recibían una comisión de los bancos a los que compraban las hipotecas. Para poder adquirir estas hipotecas, emitían deuda que les resultaba fácil colocar, al tratarse de entidades respaldadas por el gobierno (dinero público). 

Imagen
"Pensé que sólo estábamos comprando una casa"


Este es un aspecto clave para entender cómo pudo desmadrarse y complicarse tanto, desde el punto de vista financiero, el mercado hipotecario. Los bancos tenían un incentivo mayúsculo para conceder hipotecas sin ningún miramiento, ya que gran parte de estas hipotecas era comprada por estas entidades, que inundaban de liquidez el sistema bancario para que siguiesen concediendo más hipotecas (antes de caer, Freddie Mac y Fannie Mae tenían en su poder más de la mitad del total de hipotecas concedidas en Estados Unidos). Si a esto sumamos, el empujón que el presidente George Bush quiso dar a este mercado (recuerde al Jinete de la Victoria), es más fácil entender la expansión crediticia de los años de burbuja inmobiliaria. Con esto, no estoy excusando ni mucho menos al sector bancario, ni al ciudadano que decidió hipotecarse de por vida. Simplemente, quiero llamar la atención sobre la posibilidad de que una medida pública, aparentemente positiva, pueda originar un monstruo imposible de controlar. Aunque sigue pasando bastante inadvertido, algo similar está sucediendo con los préstamos concedidos a los estudiantes en Estados Unidos. Pero de eso, hablaremos en otra entrada futura.

Imagen

Como era de esperar, el colapso del mercado inmobiliario terminaría por destruir el balance de Freddie Mac y Fannie Mae, al dispararse los impagos de hipotecas y carecer de fondos suficientes para cubrir estos impagos. Finalmente, el 7 de septiembre serían intervenidas y rescatadas por el gobierno. Perderían también el 99% de su valor en bolsa.

Imagen
Evolución desde junio 2003 hasta cierre 2008 de Freddie Mac (amarillo) y Fannie Mae (azul)

Tras un agosto relativamente tranquilo, en el que lo "único" destacable fue la caída del 2% del PIB de la Eurozona (nunca antes había caído), en Septiembre se desataría la verdadera tormenta. El continuo deterioro del mercado inmobiliario, las caídas y rescates de gigantes hipotecarios y el derrumbe de las bolsas, alimentaba una espiral de desconfianza (justificada) acerca de la solvencia del sistema bancario. Y, en especial, de la banca de inversión.

De nuevo, como ya sucediera a principios de ese año, Lehman Brothers volvió a liderar las caídas del sector. Su modelo de negocio, muy similar al de Bear Stearns, sembraba serias dudas sobre su capacidad para sobrevivir a la crisis. Ya en mayo, David Einhorn (genial inversor y mejor analista, del que hablaremos otro día), avisó sobre los indicios de dudosa fiabilidad de las cuentas presentadas por Lehman Brothers. 

Les dejo una entrevista (en inglés) que la presentadora de la CNBC, Maria Bartiromo, le hizo a Einhorn para que este inversor expusiera su tesis. Nótese el tono agresivo de Bartiromo durante la entrevista. Está claro que hablar mal de una empresa no está muy bien visto.

Pese a los infantiles intentos de los altos cargos de Lehman por desmentir los "ataques" de Einhorn, el valor continuó desplomándose. Otros ilustres del sector, como Goldman Sachs, también sufrieron severas caídas. Caídas que, en varias ocasiones, superaron el 30% en un único día.

Las semanas anteriores a su quiebra, Lehman Brothers mantuvo reuniones con entidades interesadas en comprar alguna división del banco. Sin embargo, según las malas lenguas, Richard Fuld, el CEO de Lehman en esos momentos, quería "colocar" a estos potenciales compradores los activos tóxicos del banco. Lo que, como es de esperar, propició la ruptura de toda negociación. Lehman se estaba quedando sin cartuchos.

En un intento desesperado por salvar la situación, Henry Paulson, el Secretario del Tesoro de EE.UU, intentó forzar un acuerdo con los principales bancos del país para que rescataran a Lehman. Sin embargo, ningún banco estaba por la labor. Para colmo de males, Merrill Lynch (otro banco de inversión) entraba también en el club de posibles quiebras.

Finalmente, tras un fin de semana de infarto, Bank of America compró Merrill Lynch y Lehman Brothers  anunció su bancarrota. 

Imagen
Evolución desde junio 2003 hasta cierre 2008 de Lehman Brothers (amarillo) y Merrill Lynch (blanco)

Tras estos acontecimientos, vivimos unas jornadas de subidas bursátiles espectaculares, con algunos bancos anotándose más de un 60% en una sola sesión. Sin embargo, poco duró la alegría. Otra pieza del dominó estaba a punto de caer. Se trataba de la aseguradora AIG.

Veamos cómo encajaba esta entidad en el laberinto hipotecario. Como hemos visto antes, Freddie Mac y Fannie Mae, compraban un sinfín de hipotecas a los bancos, para inyectarles liquidez y que siguiesen concediendo más hipotecas. A su vez, estas dos entidades empaquetaban estas hipotecas, creando productos estructurados que posteriormente vendían a los bancos de inversión. Los estructurados funcionaban como un bono de renta fija. El interés pagado por el hipotecado, era el interés cobrado por el comprador del estructurado. Igual que si uno compra un Bono del Tesoro Español, recibe unos intereses periódicos y la devolución de su inversión (principal) al vencimiento.

Por otro lado, los bancos de inversión adquirían estos productos estructurados de Freddie Mac y Fannie Mae y los mantenían como inversión o los revendían a otros inversores. En otras ocasiones, creaban sus propios productos estructurados para, igualmente, venderlos. Ahora bien, los bancos conocían el riesgo de estos productos. La calidad de las hipotecas que formaban estos estructurados, cada vez era menor. Entonces, para cubrir parte o todo el riesgo de estos productos, contrataban un seguro con AIG. La aseguradora, a cambio de una prima, se hacía responsable de las hipotecas impagadas que se encontraban en los productos estructurados asegurados. Así los bancos, podían hacer frente a los pagos de intereses y de principal que esperaba recibir el comprador del estructurado.

Mientras el mercado inmobiliario fuera bien, AIG se anotaba cuantiosos beneficios en formas de primas. El problema surgió cuando lo "inesperado" pasó, y el precio de la vivienda comenzó su corrección. Las familias menos pudientes, no encontraron refinanciación y comenzaron los impagos hipotecarios. AIG, que aseguraba estructurados de medio mundo, se vio incapaz de hacer frente a sus obligaciones financieras, poniendo en jaque al sistema bancario del mundo entero. La famosa frase "too big to fail" (demasiado grande para caer) acababa de encontrar su significado en AIG. 

Imagen
Evolución precio de AIG desde mediados de 2003 hasta cierre 2008

De nuevo, el Tesoro Americano decidió intervenir, respaldando la concesión de un préstamo para AIG  de 84.000 millones de dólares, con dinero de la Reserva Federal. Sin embargo, la desconfianza dentro del sistema financiero global no encontraba alivio, extendiéndose a otras empresas muy dependientes de la evolución del crédito.

Especialmente dolorosa era la situación del sector del automóvil en Estados Unidos. Los gigantes General Motors, Chrysler y Ford, se encontraban en situación crítica. Con las ventas desplomándose y los balances muy endeudados (fundamentalmente por cuantiosos planes de pensiones de sus propios empleados), pronto los inversores comenzaron a huir de estas empresas, haciendo desplomar las cotizaciones de sus acciones.

Imagen
Evolución precio de Ford (amarillo) y General Motors (blanco) desde junio 2003 hasta cierre 2008


Finalmente, el 3 de octubre de 2008, el gobierno de Estados Unidos (tras duras negociaciones con la oposición) aprobaría la creación de un fondo de rescate de miles de millones de dólares. Lo bautizaron como TARP(Troubled Asset Relief Program). En castellano, algo así como "Programa de Ayuda para Activos Problemáticos". Entre otras cosas, el dinero de esto fondo se destinaría para la compra directa de acciones de bancos, ayudar a gigantes industriales como General Electric y rescatar y reestructurar el ineficiente y sobredimensionado sector del automóvil.

En el resto del mundo, los gobiernos y bancos centrales también intervendrían, concediendo ayudas a bancos, aseguradoras y sector del automóvil. Estos rescates quedan perfectamente ilustrados en el "salto" que se aprecia en el balance de los bancos centrales.

Imagen

A estas alturas, no se sorprenderá si le digo que 2008 nos depararía unas pocas "sorpresas" más. No se preocupe, vamos a verlas sin entrar en demasiado detalle. 

Empecemos por la más llamativa: la caída de Islandia. Este país, hasta entonces más famoso por sus enormes volcanes, sería el primer país en sufrir las consecuencias de la crisis inmobiliaria. Su modelo de crecimiento, basado puramente en el expansión crediticia global de sus bancos y apoyado en una divisa artificialmente inflada, se vino abajo cuando la crisis de liquidez global, acrecentada por la caída de Lehman Brothers, llevó a los inversores y ahorradores a cerrar sus cuentas en esta divisa.  Obligando al Banco de Islandia, a depreciar su moneda de manera acelerada.

Imagen
Evolución corona islandesa contra el euro desde junio 2007 hasta cierre 2008


Los bancos principales del país se declararon en quiebra y el Estado tomó el control sobre ellos. Los ciudadanos, acostumbrados al crédito fácil y a una divisa fuerte, vieron cómo su poder adquisitivo se hundía. La bolsa se desplomó, llegando a caer un 65% en un solo día...

Imagen

Para el que quiera conocer más detalles sobre cómo Islandia llegó a esta situación y qué sucedió después, le recomiendo este artículo de Juan Ramón Rallo. Si quieren profundizar algo más, háganse con un ejemplar de "Deep Freeze: Iceland's Economic Collapse", de Philipp Bagus. No se arrepentirán.

La segunda "sorpresa" que nos queda para cerrar el año, fue el anuncio, a finales de octubre, de una posiblenacionalización de los planes de pensiones privados en Argentina. Medida que afectaba directamente al BBVA. Como suele suceder ante este tipo de anuncios, todas las empresas con exposición a América Latina, sufrieron caídas importantes en bolsa. Y en nuestro país, tenemos varias que cumplen ese requisito. En noviembre de ese mismo año, se confirmaría la nacionalización.

Imagen
Evolución 2º sem. 2008 de Repsol (amarillo), Telefónica (verde), BBVA (rojo) y Santander (morado)


Y, por fin, llegamos al último acontecimiento destacable de un año que nunca olvidaremos: el fraude de Bernard Madoff

Imagen
Bernard Madoff


Bernard Madoff, ex presidente de Nasdaq, gestionaba un fondo de inversión con una trayectoria envidiable. El fondo, no sólo batía a la mayoría de competidores e índices bursátiles, si no que, además, lo hacía con una volatilidad mínima. En el siguiente gráfico puede ver la evolución del fondo desde los años 90.

Imagen
Fuente: http://marketsci.wordpress.com


Pues bien, había un pequeño detalle que pasó desapercibido durante casi 20 años para los auditores y entes reguladores: ¡no había ningún fondo de inversión!. En realidad, se trataba de uno de los mayores fraudes piramidales de la historia. Madoff, sencillamente pagaba a sus antiguos clientes con el dinero que ingresaban sus nuevos clientes. Con la llegada de la crisis, muchos clientes pidieron reembolsar su dinero, desmontando el esquema ponzi. Miles de familias perdieron todo lo invertido en el fondo de Madoff. 

Imagen
Funcionamiento de un fraude piramidal


Y así, ponemos fin a un año convulso y devastador, que no dejó indiferente a nadie. En la próxima entrada, veremos la recuperación histórica de los índices bursátiles, la contracción económica global y cómo reaccionaron los distintos gobiernos a la crisis. Esto último es básico para poder entender nuestra actual situación.


Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo no tiene comentarios
Escriba un nuevo comentario

Identifíquese ó regístrese para comentar el artículo.