La formación de los ciclos económicos y el Apocalipsis (parte I)

29 de mayo, 2012 0
Director de Inversiones en Metagestión. Inversor "value" y seguidor de la Escuela Austriaca de Economía.
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Estas últimas semanas hemos ido comentando, qué factores influyen más en la formación de los ciclos económicos y qué papel desempeña cada uno de ellos en este proceso. Además, caracterizamos estos factores como un determinado Jinete del Apocalipsis. 

Primero, aprendimos que el sector público es el Jinete de la Victoria. Después, que el sector bancario es elJinete de la Guerra. En un siguiente post, explicamos por qué el sector privado es el Jinete del Hambre. Y, por último, hace dos semanas conocimos al Jinete de la Muerte, que representaría a los bancos centrales.

Vamos a dedicar dos entradas del blog para explicar los ciclos económicos juntando estos cuatro factores. En la entrada de hoy, estudiaremos la parte expansiva del ciclo. Y en la siguiente, la parte contractiva, con una reflexión final sobre nuestro posible destino si no ponemos remedio antes.

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Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, Durero (1498)

Antes que nada, aclarar que la Teoría Austriaca del Ciclo Económico (que es la que voy a utilizar de manera sencilla), no es la única teoría que existe para explicar la formación de los ciclos económicos. Ni tampoco podemos considerarla una teoría libre de imperfecciones. Sin embargo, en mi humilde opinión, es la más sólida y la que más poder predictivo tiene. De ahí, que las grandes crisis del último siglo, hayan sido siempre vaticinadas por algún economista austriaco. 

Eso no quita, como digo, que otras teorías contribuyan a explicar la formación de los ciclos y puedan ser perfectamente complementarias de la que vamos a ver hoy. Efectos como la innovación tecnológica, los cambios demográficos, el movimiento de los flujos de dinero o el propio comportamiento de los agentes económicos, no pueden ni deben ser ignorados. 

En otra ocasión, hablaremos de estos efectos. Hoy vamos a afianzar lo que hemos aprendido hasta ahora.

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Es muy difícil identificar el comienzo de un ciclo económico. De hecho, hay estudios que abarcan varios siglos, que hablan de la existencia de grandes ciclos (que duran décadas), que estarían compuestos, a su vez, por ciclos de menor duración (véase Kondratieff y Schumpeter).

Aunque varias voces, como la de Marc Faber, sitúan el inicio de la actual crisis a comienzos de los 90, nosotros nos centraremos en el periodo que abarca del año 2001 hasta la actualidad. En seguida entenderán por qué podemos tomarnos esta licencia.

¿Por qué empezar en el año 2001? Porque un suceso inesperado y trágico cambió el curso natural de las economías del mundo: los atentados del 11 de septiembre.

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La economía de Estados Unidos, se encontraba aún inmersa en la purga de los excesos de la burbuja tecnológica de los 90. Por miedo a que este atentado, minorara la confianza de los ciudadanos y el país se mantuviera más tiempo en recesión, la Reserva Federal (nuestro "Jinete de la Muerte") decidió reducir aceleradamente los tipos de interés oficiales y mantenerlos, artificialmente bajos, durante varios años. 

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Este movimiento fue imitado por el resto de bancos centrales del mundo, por temor a una posible crisis de confianza global, que afectase al crecimiento de las economías. 

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Evolución tipos de interés oficiales Banco Central Europeo


Ahora bien, para recuperar la confianza (traduzcan por "animar al despilfarro") los políticos necesitaban de alguna receta mágica. Casualidad o no, en verano del 2002, el economista (y Premio Nobel) Paul Krugman, urgió a Alan Greenspan a ser más expansivo en su política monetaria, para que se formase una burbuja inmobiliaria que tomase el relevo a la tecnológica. Para el que quiera conocer más "lindezas" de este economista, le recomiendo el post que le dedicó nuestro compañero en Ferrer Invest y Director de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana, Ángel Martín

Dicho y hecho. El presidente George Bush entendió el mensaje a la primera y aprobó la creación de un fondo que ayudase a las familias a cumplir el Sueño Americano. Además, como ya vimos cuando presenté al "Jinete de la Victoria", alentó al sector financiero e inmobiliario a seguir su ejemplo para que todo el mundo pudiese ser propietario de una vivienda. 

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Como el nivel de endeudamiento de las familias era relativamente bajo en esa época, la maquinaria de la banca ("Jinete de la Guerra") se puso a funcionar a pleno rendimiento de manera inmediata. Haciendo uso del privilegio de operar con "reserva fraccionaria" (recuerde lo que ya comentamos sobre ello aquí), el sistema bancario aumentó la concesión de préstamos, primero tímidamente, y, después, de modo casi exponencial.

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Fuente: Natixis


Los tipos de interés extraordinariamente bajos y la expansión monetaria, propiciaron que proyectos de inversión de más largo plazo (por ejemplo, construcción de viviendas) se volviesen rentables. Algo que, en circunstancias normales, no se habría producido. Al mismo tiempo, las condiciones de crédito más laxas hicieron que aumentase la demanda de nueva vivienda. Como consecuencia, la actividad en el sector inmobiliario se volvió desenfrenada y, a todas luces, irracional.

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Si se fija en el gráfico superior de ventas de nuevas viviendas en Estados Unidos, notará que en el año 1991 se inicia una tendencia alcista. Esta tendencia parece agotarse a finales de esa década, coincidiendo con el pinchazo de la burbuja tecnológica. Sin embargo, la política ultra-expansiva de la Reserva Federal permitió dar un último empujón al sector, formando una burbuja inmobiliaria sin precedentes.

De ahí que Marc Faber (y otros) situase el inicio del ciclo a principios de los 90. Porque, en realidad, lo sucedido a parir del 2001, no fue más que una prolongación insana y artificial del ciclo económico que debería haberse cerrado con el fin de la burbuja tecnológica. No obstante, esta prolongación sigue perfectamente la pauta de ciclo económico austriaco. Es por ello que he preferido situar su inicio en el año 2001.

Finalizado este inciso, tenemos que destacar que la "exuberancia irracional" del sector de la vivienda, se dio también en otras zonas del mundo (recuerde que la bajada de tipos fue general). Destacando por encima del resto, España e Irlanda. 

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España: Licencias (azul) y construcciones iniciadas de nueva vivienda (rojo). Fuente: GMO (2011)
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¿Por qué se prolonga tanto este proceso auto-destructivo? Porque como ya aprendimos cuando hablamos del "Jinete del Hambre", aunque el nuevo dinero (crédito) se concentre en un sector, termina filtrándose por el resto de la economía. 

Primero, la demanda de productos de consumo aumenta. Esto hace, que crezcan los beneficios de las empresas. Aumenta la confianza de los empresarios, lo que les lleva a iniciar importantes planes de expansión de negocio. Ahora bien, para expandir el negocio se necesitan recursos (manos de obra, materias primas...). Con lo que las empresas inician una competencia por los recursos de la economía. Esta competencia suele acrecentarse por las mayores facilidades de crédito del periodo.

Para mantener a un trabajador (o "robárselo" a otra empresa) se hace necesario subir los salarios. Los ciudadanos, animados por los mayores salarios y por el mayor precio de las viviendas, se vuelven irresponsables. La tasa de ahorro cada vez es menor e, incluso, llega a ser negativa en Estados Unidos (ver siguiente gráfico). 

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Fuente: http://www.goldonomic.com/bond_fundamentals.htm


Mientras que el endeudamiento de ciudadanos y empresas aumenta sin descanso. 

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Por otro lado, los mayores salarios de los ciudadanos, el aumento del consumo y de los beneficios empresariales, hacen crecer los ingresos fiscales del sector público

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Fuente: Instituto Juan de Mariana (2012)


Como siempre, los gobernantes prefieren gastar (derrochar) ese dinero adicional que entra en sus presupuestos. En su defensa (y puede ser de las pocas veces que me vean hacer algo así), tengo que decir que sería raro que los ciudadanos, incitados por los sindicatos y resto de partidos políticos, no demandasen este aumento de gasto público al ver tanto dinero "ocioso".

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El mayor consumo, el aumento de inversiones y de gasto público, se traducen en tasas de crecimiento del PIB mayores de las habituales. La mayoría de economías alcanzan el "pleno empleo". 

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Tasa de desempleo en España (blanco), Estados Unidos (amarillo) e Irlanda (verde)


Las acciones de las empresas cotizadas en bolsa, recogen con importantes alzas esta "buena" marcha de la economía. Los mayores beneficios empresariales permiten un mayor pago de dividendo a los accionistas. Conforme avanza el ciclo, se hacen más habituales movimientos corporativos (fusiones, OPA's, salidas a bolsa...). Y las bolsas suben y suben.

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Por si no fuera suficiente, los bancos idean nuevas fórmulas para que la "música siga sonando". Se conceden hipotecas desorbitadas a ciudadanos, incluso aunque se encuentren desempleados. Además, se crean nuevos productos de inversión que "empaquetan" todo tipo de préstamos hipotecarios. Estos nuevos productos se venden como si fueran activos sin riesgo. Los fondos de bajo riesgo de todo el mundo se lanzan a invertir en ellos, por dar una rentabilidad mayor que los "clásicos" valores de renta fija. Con lo que los ingresos de los inversores también aumentan por esta vía. Mientras que los bancos engordan más y más sus cuentas de resultados, lo que les anima a conceder más préstamos y diseñar productos cada vez más complejos que vender.

El siguiente diagrama, pretende explicar cómo funcionan estos productos, conocidos como CDO's, MBS, CLO's, RMBS y un largo etcétera de siglas. No se preocupe si no entiende el diagrama. Le aseguro que no es un problema con el inglés. No lo entiende nadie.

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La espiral de mayor deuda-consumo-beneficio-salario suele mantenerse unos cuantos años. Se extiende la creencia de que "los precios de las casas nunca bajan" o que "las bolsas siempre suben". Y si alguna voz intenta avisar de que el crecimiento económico tiene una base débil e insostenible, es silenciado rápidamente por alguna autoridad política o económica (véase Bernanke). 

Sin embargo, las subidas salariales y de materias primas, terminan traduciéndose en mayor inflación a nivel agregado. Los banqueros centrales de todo el mundo, incapaces de ver la burbuja inmobiliaria y bursátil de esos años, reaccionan entonces subiendo los tipos de interés para "enfriar" las economías. Con lo que la inversión en proyectos más alejados del consumo presente se vuelven, primero menos atractivos y, finalmente, no rentables.

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Tipos de interés oficiales de la Reserva Federal (amarillo) y del Banco Central Europeo (blanco)


En algún momento, comienzan los primeros impagos de hipotecas, al no soportar la subida de tipos de interés. En el verano de 2007, algunos hedge funds anuncian su cierre, por su elevada exposición a productos vinculados a estas hipotecas. De repente, los bancos empiezan a desconfiar unos de otros. El mercado de crédito se colapsa. Y el castillo de naipes, inicia su desmoronamiento... 

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