He decido traer a este foro unas reflexiones sobre un artículo que considero muy polémico: Las diferencias tributarias de las autonomías pueden parecer injustas pero son legales .
Personalmente, considero que es una muestra fiel, excluyendo muchas otras cuestiones que lo avalan, como la Ley de Género, o los impuestos confiscatorios, de la calidad democrática de nuestro país. La base: La Constitución avala la autonomía financiera de las CCAA, al mismo tiempo que defiende la igualdad entre los españoles. Una pura contradicción.
Las diferencias entre comunidades autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales. Algo claramente vulnerado que el TC defiende bajo el argumento de que “igualdad no implica uniformidad”.
Pero, ¿Realmente existen diferencias (idiosincrasia lo llama el autor), culturales, sociales, educativas o sanitarias que justifiquen una legislación diferente en cada CCAA? Cuando esa legislación afecta a la competencia y limita el incremento de productividad. Motivo que ha impulsado, sorprendentemente, la creación de una Ley de Garantía de la Unidad de Mercado.
Pero volviendo al tema central del artículo: la fiscalidad autonómica. Se esgrime en cualquier caso que los ingresos fiscales de las CCAA están limitados en cuanto a la capacidad de crear nuevos impuestos; y que los impuestos autonómicos propios suponen solo el 2,1% de los ingresos de las CCAA.
Nos olvidamos que perciben el 50% del IVA e IRPF, los dos tributos con mayor capacidad recaudatoria además de los impuestos cedidos. Nos olvidamos también de que la voracidad recaudatoria política es infinita: cuanto más tienen, más gastan, la necesidad del gasto y los resultados son otra cuestión.
Además, el artículo reconoce que si una CCAA obtiene recursos suficientes por vías como las transferencias del estado, puede reducir el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos. ¿Eso no implica desigualdad? ¿Comunidades de régimen especial como País Vasco y Navarra están sometidas a la misma regulación? No.
Como muy correctamente indica el artículo: “la percepción de tener un sistema tributario injusto es la primera queja de los contribuyentes y una de las causas del fraude fiscal”.
El artículo indica que no se puede pretender una armonización impositiva y mantener las diferencias en competencias y servicios entre CCAA. Lo dudo, otra cuestión es us calidad. Pero volviendo a lo anterior, realmente necesitamos mantener esas diferencias?
Es evidente que la homogeneización tributaria iría en contra de la autonomía política. Pero ¿Realmente necesitamos autonomía política? ¿Las diferencias entre CCAA son tan grandes que lo requieren? No olvidemos que la política debe velar por la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos.
Poseen estos las mismas oportunidades en función de la CCAA donde residen? Evidentemente no, por eso en muchos casos votan con los pies emigrando a otras CCAA más ricas con mayores oportunidades, lo que hace desplazar la población y contribuir a la España vaciada al mismo tiempo que profundiza en las diferencias económicas entre CCAA.
Por otra parte la discusión puede derivar en si es conveniente la centralización o descentralización del poder político, ya que se argumenta que en el primer caso evita contrapesos y facilita el abuso de poder al mismo tiempo que la corrupción.
Sin embargo, el abuso de poder puede manifestarse en mayor o menos medida en función de quien esté en el poder, y en el caso de la corrupción, la descentralización favorece la descentralización de la corrupción, y más bocas para alimentar el clientelismo político.