Como
se descontaba, la FED ha subido tipos por segunda vez pasados doce
meses, situándolos desde ahora en el rango de 0.50-0.75%. La sorpresa ha
estado en las proyecciones futuras de los miembros de la Reserva
Federal, los cuales pronostican tres subidas más durante el próximo año,
acabando el año 2017 alrededor del 1.4%, lo que supone un fuerte
incremento desde el 1.1% que pronosticaron hace tan solo tres meses en
su reunión de septiembre.
Los
miembros de la FED han incrementado sus previsiones de inflación para
este año y la sitúan en 1.5%, algo inferior al 1.7% en el que se
encuentra en estos momentos. Sin embargo no hay variaciones de cara al
próximo año, ya que estiman que quedará en el 1.9%, muy cerca del
objetivo de largo plazo marcado tanto por la Reserva Federal como por el
Banco Central Europeo (2%).
*Fuente: Reserva Federal
El
mercado ha estado todo el año bastante nervioso elevando y reduciendo
la probabilidad de subida de tipos en cada reunión de la Reserva
Federal, desvaneciéndose esta posibilidad pocos días antes de cada cita.
Esto
ha provocado bastante volatilidad en la renta fija durante el año,
viendo finalmente durante el último mes fuertes caídas en este tipo de
activos con la previsión de que en esta ocasión no habría dudas en
cuanto a la subida de las tasas de interés. Aunque debido a la fortaleza
de los datos macroeconómicos ya era previsible que se produjese la
subida, la sorprendente victoria de Donald Trump en las elecciones de
Estados Unidos el pasado día 8 de noviembre provocó que los analistas
dieran por prácticamente asegurado que la FED elevaría las tasas.
Aunque
Janet Yellen se ha negado a decirlo públicamente, tanto la decisión de
ayer como la previsión de subidas para 2017 son tomadas para
contrarrestar las esperadas políticas económicas y fiscales del nuevo
presidente Donald Trump, que buscará mediante políticas
“reflaccionistas” impulsar el crecimiento económico, pudiendo provocar
un fuerte repunte de la inflación.
Dichas
políticas están basadas en gasto público y en bajadas de impuestos
(sociedades e IRPF) fundamentalmente. El gasto en infraestructuras puede
impulsar la actividad, pero dicho gasto se financia con recursos que se
deben restar del consumo presente, por lo que el efecto final en la
inflación podría ser reducido.
Además el paro está ya en niveles
de casi pleno empleo por lo que algunas medidas indicadas por el nuevo
presidente podrían no ser necesarias ni implementadas. En noviembre el
desempleo cayó hasta el 4.6%, el nivel más bajo desde agosto de 2007, y
prevén terminar el año 2016 con el paro en el 4.7% y el 2017 en el 4.5%.
Por otro lado la economía da síntomas de crecimiento y fortalecimiento,
y en el tercer trimestre creció a un ritmo del 3.2%, aunque tras la
publicación de ayer sobre las ventas minoristas algunos analistas
expresan sus dudas sobre si este crecimiento podrá mantenerse los
próximos meses. Como podemos ver en el siguiente gráfico, por el momento
se mantiene la media trimestral de las ventas minoristas en el 0.4%.
Las
previsiones de crecimiento del PIB se han aumentado tanto para este año
como para el que viene, situándolas en un 1.9% y un 2.1%
respectivamente.
*Fuente: Reserva Federal
MERCADOS
En
cuanto a los mercados tanto de renta fija como de renta variable no
tenemos la bola de cristal para adivinar su posible recorrido en el año
2017, en un entorno político con mucha incertidumbre y con unos mercados
europeos que irán reduciendo sus medidas expansivas desde el próximo
mes de marzo.
Nuestra
expectativa, tras la última subida de tipos y las que se esperan para
el año 2017 según la FED, es que mucho inversor salga de la renta fija
produciéndose un trasvase de capital hacia la renta variable que goza
por el momento de bastante optimismo inversor. Esto provocaría unos
mercados de renta variable que continuarían su actual tendencia alcista,
por lo que en conclusión somos optimistas en renta variable sobre todo
europea.
Dado
el perfil de Donald Trump, los sectores que se podrían ver más
beneficiados serían los más cíclicos como el industrial y el financiero,
aunque como se puede observar en el gráfico del sector bancario
norteamericano los inversores ya pusieron en precio este movimiento:
*Fuente: tradingview.com
La
sorpresa de la FED de planear tres subidas de tipos durante el próximo
año ha provocado que el Dólar se revalorizase alcanzando niveles frente
al Euro no vistos desde 2003, y encaminándose sin más niveles de
referencia hacia la paridad.
Este
movimiento ha lanzado a los mercados de renta variable europeos en el
día de hoy, destacando los sectores que se benefician más de un Euro
débil como las exportadoras, además del sector financiero por las
expectativas de que los tipos se elevaran más rápido de lo esperado.
*Fuente: Investing.com
El siguiente gráfico es del par EURO-DÓLAR:
*Fuente: tradingview.com
Además
esta revalorización de la divisa norteamericana no se ha producido
únicamente frente al Euro, sino que ha llegado a máximos de hace 14 años
con respecto a las demás divisas principales.
Algo
sorprendente es la diferencia del movimiento realizado en esta ocasión
frente a la escasa revalorización que se produjo el año pasado en la
primera subida de tipos post-crisis, lo que nos permite pensar que la
confianza en los planes de la FED es bastante más fuerte en esta
ocasión.
Primero
queremos dejar claro que nunca debemos saltarnos el perfil de riesgo de
los clientes, ya que el mercado puede reaccionar de forma irracional en
el momento menos esperado. Sin embargo, desde nuestro punto de vista,
en el momento actual y en el corto/medio plazo no confiamos en ver una
recuperación de los activos de renta fija, viéndose más afectados los de
larga duración, y por ello confiando en este momento en plazos de deuda
más cortos y en bonos ligados a la inflación.
Es
un momento difícil para los clientes más conservadores, pero el
objetivo debe estar marcado en el medio plazo, y manteniendo el perfil
de riesgo se verán recompensadas las carteras en el binomio
Rentabilidad/Riesgo.
Un cordial saludo.