Si uno se aproxima a analizar los retornos de los mercados emergentes, debe tener muy en cuenta la importancia del efecto divisa. Marca la diferencia como se muestra en los dos siguientes gráficos.
Si uno mira al índice de la bolsa rusa en divisa local (MOEX), verá que está cotizando en máximos históricos (área azul). Algo que seguramente le extrañará. Pero si se observa el índice que incluye la evolución del rublo o el ETF de la bolsa rusa, la imagen es muy muy distinta. En los últimos 8 años la diferencia en rentabilidad es de unos 85 puntos porcentuales.
Tomemos otro caso, el de Brasil. Últimamente habrá escuchado sobre lo bien que lo está haciendo este mercado, ante el optimismo de los inversores por el cambio político y la relativa fortaleza macro. El Bovespa (índice brasileiro divisa local) también está en máximos históricos (área azul), pero igualmente, incluyendo el efecto divisa la cosa cambia mucho. Sí, el rebote del ETF Brasil ha sido interesante en los últimos meses, pero aun ni siquiera ha superado el máximo de comienzos de 2018 y se sitúa un 40% por debajo de los máximos históricos en 2008 antes de que estallara la Gran Crisis Financiera, y un 30% por debajo de los máximos de 2011.
Así pues, si eres un inversor cuya divisa principal no es la del mercado emergente en cuestión, este aspecto hay que considerarlo. Los gráficos y retornos pueden variar significativamente dependiendo de si se incluye o no el efecto divisa. Para bien o para mal.