La Bolsa de China ha cerrado hoy con un retroceso del -7,7% en su principal índice de referencia, el Shanghai Composite, siendo ésta su mayor caída desde 2008. Esto es consecuencia de la medida llevada a cabo el viernes pasado día 16 de enero por Pekín, de prohibir los préstamos de valores o de dinero a inversores de pequeño tamaño (cantidades menores a 80.000 dólares), para operar a corto plazo, dado que habían observado irregularidades en algunos brokers.
La medida busca frenar la especulación en el mercado, pero la consecuencia a corto plazo ha sido el desplome del Shangai Composite Index, puesto que estas operaciones dotan de una gran liquidez al mercado, haciendo que éste se mueva.
Las tres entidades más penalizadas han sido Citic Securities, Haitong Securities y Guotai Junan Securities, que no podrán abrir cuentas para nuevos clientes durante los próximos tres meses.
Ese mismo día se tomaron además otras medidas de apoyo a su economía tras unos datos que reflejaban una caída de los préstamos bancarios y una ralentización del crecimiento de la inversión extranjera, a cifras mínimas en dos años.
El banco central dijo que prestaría 50.000 millones de yuanes (8.100 millones de dólares) a los bancos a precios de descuento para que puedan volver a prestar el dinero a los agricultores y pequeños negocios.
En medio de todo este revuelo, el Gobierno de China publicará mañana los datos del crecimiento interior bruto (PIB) del año 2014. Se prevé que estos datos sean inferiores al crecimiento registrado en 2013 que situó el PIB en el 7,7%, e incluso que esté por debajo del objetivo de crecimiento fijado por el Gobierno de 7,5%.
Entidades como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo sitúan en torno al 7,4%. El gigante asiático continúa sufriendo los efectos de un mercado inmobiliario lastrado por el exceso de oferta y la caída de las exportaciones, en el contexto de una economía mundial a la baja.
Aunque el crecimiento de su economía sea de forma más lenta, hay que asumirlo con normalidad, no significando necesariamente un signo de debilidad de la segunda economía del mundo.
Por lo tanto, seguimos manteniendo posiciones en China en las carteras donde no ocupan más del 5% del global. Si en algún momento, se producen correcciones mucho más abultadas, barajaríamos la posibilidad de reducir ponderaciones en el país para volver a entrar más adelante, una vez que se haya reducido la volatilidad.