Al fin me he decidido a escribir. La verdad es que la pereza me lo ha impedido más de una vez. Es mucho más cómodo leer. Pero bueno, espero que estos pensamientos que voy a exponer os resulten interesantes.
Hoy día estamos pendientes y preocupados por los próximos acontecimientos. Parece que se avecinan tiempos difíciles para todos y más para los inversores. La recesión se ve próxima, Europa no se aclara, la bolsa de EEUU está cara y además se vislumbran posibles conflictos comerciales.
Digamos que tenemos muchos elementos en contra a la hora de mostrarnos valientes y seguir invirtiendo. Parece que el sentido común nos dicta que nos apartemos y esperemos a que las cosas se aclaren. El peligro acecha y nos puede golpear.
El principio de cualquier buen inversor es la prudencia, debemos alejarnos de la temeridad y también de la cobardía, en el justo medio tenemos la virtud. Por ello, ¿debemos seguir invirtiendo, o por el contrario, mejor apartarnos a un lado y dejar pasar el tiempo?.
Ante ese dilema voy a aportar mi punto de vista para consideración del que guste. Es uno más como cualquier otro y puede estar equivocado pero en la inversión el criterio propio es esencial. Yo creo que todavía podemos aprovechar oportunidades. Es verdad que tenemos muchas incertidumbres y que el miedo está con nosotros. pero seamos sinceros, jamás vamos a tener la seguridad absoluta en la inversión, ni en la vida. Las cosas no funcionan así. Lo único que podemos hacer es manejar la incertidumbre e intentar utilizar la razón y los conocimientos y tener esperanzas de que la suerte eche una mano.
Ahora mismo, aunque con dificultad el mundo está creciendo. Es verdad, que hay mucha población mayor pero también millones de jóvenes. Países que hasta hace poco apenas contaban se han incorporado. Jamás hemos tenido tanto capital humano disponible, millones de personas con talento en todo el planeta están buscando una mejora. El desarrollo humano está creciendo de manera exponencial. Surgen conflictos sociales y luchas entre grupos, pero eso forma parte de nuestra naturaleza y nos permite la evolución social. Los conflictos nacen y los vamos solucionando, eso sí a veces con sufrimiento.
El planeta es finito y estamos utilizando sus recursos pero a la vez la tecnología y los conocimientos nos permiten descubrir nuevos yacimientos y mejores formas de extracción. Ensuciamos pero a la vez limpiamos; con cada nuevo problema aparece su respuesta.
Tenemos deuda pero los tipos de interés se mantienen bajos y están controlados por los bancos centrales. La inflación aún está bajo control.
Por lo tanto, ¿mantenerse al margen?. Pues en principio, utilizando la prudencia y el sentido común podemos seguir eligiendo empresas que hagan negocios que entendamos fácilmente, bien asentadas, que el mercado no aprecie y no estén de moda y coticen a buenos precios. ¿Que tendremos nuevas caídas? Pudiera ser, pero mantenernos apartados te aleja del juego y si no estás participando te perderás las oportunidades.
Todo esto con las reservas clásicas del sentido común aplicables a la inversión. Que el capital empleado no sea necesario para las actividades básicas de la vida. Que puedas mantener un tiempo prolongado la inversión y que emocionalmente estés preparado. No sirve de nada participar en el juego si no lo vas a disfrutar. Esto es un reto intelectual que debes comprender y aceptar sus reglas. Si no te va a a permitir dormir o te va a afectar en la salud o en las relaciones con los demás es mejor que operes hasta donde estés cómodo. Pero si disfrutas con el reto y la incertidumbre controlas los riesgos y utilizas el sentido común, estos tiempos pueden ser buenos para la inversión.
En fin, que mucha suerte a todos los que os aventuréis en este inquietante pero a la vez excitante mundo.