Llevamos un tiempo preocupados por los efectos que sobre la economía y la inversión tendrán los problemas políticos (o más bien creados por los políticos). Últimamente nos están inquietando con las dudas del Brexit, los nacionalismos e independentismos, las batallas arancelarias y demás asuntos geopolíticos.
Ahora bien, situaciones parecidas siempre han existido. En el ámbito político, la mala gestión, los conflictos público-privados, la mediocridad y la falta de ética no son nuevos. En todas las épocas históricas la sociedad se ha tenido que enfrentar con problemas muchas veces creados por intereses particulares. Pero la sociedad, a pesar de todo, siempre ha salido adelante. La economía seguirá avanzando porque millones de hombres seguirán día a día luchando por mejorar, por progresar en sus vidas, y eso no se puede frenar.
Es verdad, que si tuviéramos una gestión más eficiente y mejores dirigentes, todo sería más fácil. Pero las personas estamos hechos para afrontar los problemas. Las sociedades han seguido progresando en momentos difíciles, buscando soluciones inteligentes a las trabas planteadas. Hemos estado con crisis, sin gobiernos, sin presupuestos, con guerras, revoluciones, carestías, y al tiempo salimos. Incluso los grandes colapsos, como las Guerras Mundiales, no han conseguido detenernos. Al tiempo, la sociedad emerge de nuevo con más fuerza.
Ahora mismo es cierto que nos encontramos en una tesitura complicada, la nueva forma de entender las relaciones entre las distintas regiones del mundo, los nuevos paradigmas económicos y tecnológicos, a los que Europa les está costando adaptarse, la velocidad de todo y la inestabilidad de lo que parecía fijo, nos meten el miedo en el cuerpo.
Pero al igual que la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU. no supuso la debacle pronosticada, las relaciones con Corea del Norte se han suavizado y el Brexit encontrará alguna solución final.O en el ámbito doméstico, con nuestros típicos trompicones, también conseguiremos avanzar. Los nacionalismos e independentismos, (algo por otro lado nada nuevo) se irán apagando, dejando eso sí por el camino un importante grupo de personas defraudadas y dolidas en sus expectativas; igualmente la tan temida crisis demográfica y su efecto sobre las pensiones será sobrellevado gracias a los avances tecnológicos y su reflejo sobre la producción. A cada cuestión le será dada una respuesta.
El conflicto y las dudas son algo connatural al Hombre, pero también lo es encontrar soluciones. Así que aparte de los temores naturales que todos tenemos, no debemos tomarnos demasiado en serio el ruido de la Historia al avanzar, no sea que nos quedemos paralizados y no nos montemos en el tren de la Vida por miedo a lo que corre.
¡ Qué bien lo cuentas, Andrés !
Dado que teóricamente todos rechazamos la inmovilidad y la parálisis, no queda otra que focalizar en aprender a moverse. Sin parar. S2.
Gran artículo, ¡Enhorabuena!
Nos aterra la incertidumbre y siempre hay motivos para el pesimismo.
Vivo en UK y el runrun del Brexit es un horror. Pero miras a la historia... Londres bajo bombardeos, las líneas de suministro desde USA atacadas por submarinos... Esto no es ni remotamente comparable.
En respuesta a Impassive Wealth
La diferencia entre las situaciones y acontecimientos históricos que citas y el Brexit actual es que de los anteriores hablamos de oídas. ¿Quién perdería en bolsa si no fuera por las emociones? S2.
La diferencia que quería resaltar era otra :-) La diferencia en la gravedad de ambas situaciones. Nos ahogamos en una pinta de agua.
En respuesta a Impassive Wealth
No sé que decirte. Dinámicas y tendencias iniciadas por una locura, una chorrada o un gilipollas - Cameron, Zapatero, Mas Puigdemont Torra - se sabe cuándo empiezan, pero no cuánto cuestan ni cuando terminan. Las tendencias las carga el diablo. -))
To er mundo e güeno.
Naif.