El
intercambio de bienes y servicios, el comercio, es uno de los pilares fundamentales del
desarrollo económico. El intercambio permite la especialización y la
división del trabajo y por tanto alcanzar unas cotas de coordinación
social, productividad y bienestar que serían impensables para grupos sociales autárquicos que apenas intercambien.
El intercambio existe, evidentemente, antes de que exista ningún
poder político. Es un acto espontáneo que surge de abajo hacia arriba, no lo inventa el poder político. El poder político como mucho lo puede copiar o promover una vez la sociedad lo descubre. El intercambio existe incluso entre los animales. El mero reparto
de tareas en un núcleo familiar o en una tribu ya supone intercambiar o comerciar, que
además suele ir asociado a una especialización que se potencia en función de las distintas características
físicas y habilidades de cada individuo, es decir, gracias a nuestra desigualdad.
Una vez el ser humano comienza a intercambiar, hay ciertas
mercancías que por el hecho de ser más duraderas, transportables, relativamente
escasas, divisibles, etc. destacan de forma espontánea como más útiles
para el acto del intercambio. Y se demandan y atesoran en gran parte solo para
eso, no para consumirlas sino para intercambiarlas. Históricamente hay
muchos ejemplos como es el caso del cacao, el ganado o la sal.
Esto sigue pasando hoy día en Estados con sistemas monetarios fallidos, donde
la moneda es tan ilíquida (nadie la quiere) por culpa de la hiperinflación, que
los agentes pueden llegar a preferir atesorar una lavadora para su
posterior reventa antes que la moneda en cuestión. Mercancías tan
ilíquidas como las lavadoras son más líquidas que estas monedas fallidas.
Hay otros ejemplos anecdóticos como los cigarrillos en las cárceles, pero sin
duda el ejemplo histórico más claro es el uso de los metales preciosos
hasta bien entrado el siglo XX.
Cuando una moneda falla, la descoordinación es enorme. Pues
una de las consecuencias de utilizar unas pocas mercancías o una sola como
medio de intercambio generalizado, es que la costumbre de poder expresar
los precios en términos de una misma mercancía, simplifica enormemente el
sistema de precios y por tanto el cálculo económico, dejando atrás el
ineficientísimo sistema de intercambio directo o trueque. El trueque no escala más allá de un grupo muy reducido de personas y por tanto apenas se utilizó de forma extendida en ninguna economía mínimamente desarrollada. Es más, toda economía mínimamente desarrollada precisamente lo es porque utiliza algún medio de intercambio indirecto. Las escasas evidencias antropológicas del trueque al contado (otro tema es el trueque diferido o a crédito) se deben a que cuando el trueque es la única posibilidad para intercambiar, normalmente no hay intercambio porque sus costes son mayores al beneficio que se obtiene del intercambio.
El oro o la plata ya se utilizaban en bruto como dinero,
pesándose las cantidades en cada intercambio. La acuñación de monedas no fue
más que un invento técnico para homogeneizar sus unidades, independientemente
de quien acuñara y emitiera fuera una entidad privada o el poder político. El mero
acto de acuñar una moneda de plata no confiere valor a la plata. La
prueba irrefutable es el rechazo sistemático vía inflación por parte del
mercado a cualquier intento de dilución o envilecimiento de la
moneda por parte del emisor.
Pero para que el comercio fluya, no solo hacen falta buenos
instrumentos de intercambio, también hace falta un entorno social que lo
facilite. Es decir, una sociedad que utilice contratos y leyes y que
además estos se cumplan. Hacen falta leyes de propiedad privada, pues el intercambio no es
otra cosa que el cambio de propietario de bienes, y también contratos que instrumenten
todo tipo de intercambios.
La forma óptima de relacionarse económica y socialmente es descubierta descentralizadamente
por parte de la Sociedad en un proceso continuo de prueba y error y se
interioriza culturalmente. El poder político no es el origen ni la causa de esa
cultura, sino un instrumento del que se sirve esa cultura para funcionar. El poder político es necesario en este contexto porque la Sociedad descubrió los contratos
y las leyes, y para su cumplimiento en última instancia hace falta alguien
supuestamente neutral que tenga el monopolio de la violencia, y resulta práctico y conveniente que sea el
poder político quien desempeñe esa función. Pero tiene que haber un convencimiento generalizado en el respeto hacia los contratos y las leyes porque esto solo
funciona si una ínfima parte de las interacciones sociales o económicas acaban en litigio.
Por muy neutral y y por mucho monopolio de la violencia que tenga un poder político, es inviable que tenga que intervenir en una parte mínimamente significativa de los intercambios. Esto aplicaría igualmente a un sistema de justicia privado como es el caso de muchos contratos de comercio internacional. No se puede estar continuamente en los tribunales, es absolutamente necesaria una cultura de cooperación y predisposición al cumplimiento de los contratos. El conflicto y el litigio debe ser lo excepcional.
Y esta función de árbitro de última instancia de las relaciones
sociales y económicas no se lleva a cabo de manera más eficaz o
eficiente por el hecho de que el poder político sea más
autoritario, violento, fuerte o con más peso relativo en la
economía. No veo yo que este tipo de Estados (Corea del Norte, Cuba)
sean más prósperos que los estados más débiles o con menor peso relativo
(Suiza, Singapur). También hay estados débiles muy pobres (Somalia) y
estados fuertes muy prósperos (Francia). Vamos, que no hay ninguna
correlación ni en un sentido ni en el otro.
Sin embargo, si veo que la prosperidad tiene relación con el
respeto hacia la ley y con el cumplimiento de los contratos. Si por ejemplo el
Estado de Haití impusiera tal cual y desde arriba el ordenamiento jurídico suizo,
¿los ciudadanos de Haití se comportarían social y económicamente igual que los
suizos? Lo dudo mucho. Tiene que haber una cultura, esto
funciona de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo.
¿Qué tiene que ver Bitcoin con todo esto? Pues que Bitcoin no es un bien físico ni tampoco es un bien contractual (en el sentido de que no
es la obligación ni una contrapartida de nadie) y que el mecanismo nativo para
determinar la posesión de Bitcoin es distinto al de cualquier
otro bien. Depende muy poco de las leyes y del monopolio de la violencia y
mucho del cumplimiento voluntario por parte de sus usuarios de un conjunto de reglas que no necesitan ser sancionadas por ningún poder político neutral. El sistema está diseñado para funcionar “desde
abajo” o "espontáneamente" de forma que el interés económico de los usuarios sea
siempre cumplir dichas reglas.
Esto
tiene dos implicaciones importantes. Una
implicación económica y otra implicación política.
La
implicación económica es que como sistema de propiedad es más barato y eficiente. La propiedad privada de lo físico o
contractual requiere un desarrollo cultural y material que se alcanza después de
emplear mucho tiempo y recursos. Incluso
dando por desarrollado materialmente e interiorizado culturalmente el ordenamiento
jurídico, la seguridad jurídica necesita además de una infraestructura legal con costes de mantenimiento muy elevados (cámaras legislativas, políticos, tribunales, jueces, procuradores, abogados, policía, sistema
penitenciario, etc). Evidentemente esta
infraestructura es necesaria al margen de Bitcoin y también al margen de la moneda fiat, pero a lo que voy es que
Bitcoin necesita hacer poco o ningún uso de dicha infraestructura.
Por
otro lado, el tan cacareado coste energético de Bitcoin además de ser totalmente determinable y transparente, es muy
inferior al de los sistemas monetarios tradicionales y también muy inferior al
coste energético de otros activos de utilidad similar como es el caso del oro. Pero es que además, los bienes físicos como
el oro y los bienes contractuales como los pasivos bancarios tienen un coste
indirecto adicional al hacer uso de la infraestructura legal. Es un coste energético
y no energético muy relevante. Y es un coste
necesario, pues por ejemplo los activos que respaldan un pasivo bancario como
hipotecas o préstamos necesitan ser ejecutables en última instancia para tener
valor, y para eso hace falta una buena infraestructura jurídica, y las buenas infraestructuras
jurídicas son caras.
La
implicación política es que los Estados son actualmente los encargados de
desarrollar y aplicar las leyes, y por tanto son capaces de controlar bastante
bien todo aquello que necesite de las leyes para funcionar de forma
correcta. Pero Bitcoin no necesita de una infraestructura
legal para tener valor, y por tanto escapa de su control. Un ejemplo real de esto que estoy mencionando es lo fácilmente que se le cortó el grifo de donaciones a wikileaks porque los Estados podían obligar a Visa, Mastercard o Paypal a cortarle el grifo, cosa que no se pudo hacer con Bitcoin. Como podemos ver, estas cuestiones se tornan particularmente relevantes cuando el
poder político abusa del ciudadano, bien sea por totalitarismo, inflación
monetaria o impuestos confiscatorios. Ningún Estado, ni siquiera los más democráticos, está
exento de caer en alguno de estos problemas en el futuro. Especialmente en el problema de los impuestos confiscatorios viendo el
endeudamiento mórbido en el que están incurriendo los Estados occidentales .
Bitcoin
no es más que una manifestación concreta más de la filosofía cypherpunk de los
años 90, que pretende sustituir leyes por software. Un objetivo que parecía extremadamente
ingenuo o fantasioso, como esta declaración de independencia del ciberespacio escrita por John Perry Barlow, pero que sorprendentemente y afortunadamente se ha alcanzado en
algunos ámbitos como en el caso las crypto wars, donde el criptógrafo Daniel J. Bernstein logró que los tribunales eliminaran las leyes que hasta entonces
regulaban los algoritmos criptográficos como armas, igual que las bombas o los lanzallamas. Los tribunales, anticipándose ya a la inane pretensión de ponerle puertas al campo, sentenciaron que el software es una forma de
libertad de expresión y que por tanto estaba protegido por la primera enmienda
de la constitución de los Estados Unidos. De forma análoga, Bitcoin es un activo real basado únicamente en software (activo real en el sentido de que no es el pasivo de nadie).
Quizá
Bitcoin no pueda funcionar nunca como moneda pues su oferta fija muy posiblemente
impida su estabilidad a largo plazo. Aunque
si podría funcionar como medio de intercambio alternativo o como reserva de
valor más eficiente y barato que los existentes hasta ahora en las situaciones donde precisamente este
tipo de instrumentos son extremadamente necesarios, es decir, cuando
los Estados abusan, tiranizan o fallan al ciudadano. Estas características especiales que resisten a estos contextos jurídicos y económicos tan adversos son lo verdaderamente útil y relevante de Bitcoin. Incluso si Bitcoin fracasara y su precio cayera a cero, todas estas consideraciones seguirían siendo igualmente importantes, pues si Bitcoin no consigue funcionar en estas situaciones aun seguiría siendo útil que otro instrumento distinto si lo consiguiera. Invertir o especular en Bitcoin y fijarse en su precio podrá ser más o menos lucrativo, yo desde luego no se lo recomiendo a nadie, y además en mi opinión es lo menos interesante de Bitcoin.
El respeto a las leyes tiene un importante componente genético, pero estos sería calificado como racista o algo así, por los socialistas y sus amigos de podemos.
Otro elemente de suma importancia para que se respeten las leyes, es que haya maneras legales de conseguir aquellas cosas más alabadas por la sociedad, por ejemplo, la riqueza.
En cuanto al Bitcoin, le comento la siguiente anécdota Mister Manuel, ayer en el país del Domingo, en las páginas salmón venía un artículo sobre los planes del BCE para luchar contra el blanqueo. Una de las cosas que me llamó la atención, y que de momento es solo una PROPUESTA, es que quieren hacer un registro obligatorio de todos aquellos que tengan criptomonedas.
Ya se verá en los próximos meses en que se queda la cosa.
Por cierto, el BCE pretende también tener acceso a todas las cuentas y obligar a los Bancos a meterse en nuevos y farragosos procesos para la supuesta lucha contra el blanqueo de dinero.
El BCE no se entera de nada, le pasa lo mismo que a los socialistas con la digitalización.
Cuanto mayor es la digitalización, mayores son las cantidades de dinero que se pueden blanquear.
En respuesta a el Pavito
"que haya maneras legales de conseguir aquellas cosas más alabadas por la sociedad"
Cuando el Estado controla las leyes, lo que es legal o ilegal lo decide el Estado. Y muchas veces lo inmoral es perfectamente legal (esclavitud, leyes de Nurenberg, etc).
No es nada raro que tecnologías que inicialmente se inventan para escapar a la tiranía, acaben saliendo como un tiro por la culata y las acabe utilizando el tirano en su beneficio. No voy a esconder que para mi sería una lástima que Bitcoin acabará así, pero ciertamente es una posibilidad, que como digo, espero que no llegue a darse.
Con respecto al control de las criptomonedas pr parte de los Estados y los Bancos Centrales, yo creo que podrán limitar o prohibir o alternativas a sus sistemas monetarios siempre y cuando su propia moneda sea lo suficientemente buena. La prohibición puede funcionar a corto plazo, pero a largo plazo lo que funciona es ofrecerle al mercado algo que funcione razonablemente bien.
La sensación de riqueza la provoca la desigualdad pero no es que haya más riqueza...
Si los turistas dejan de venir y se van a otro sitio dejan esa riqueza en otro sitio pero esa riqueza no se ha destruido a cambiado de sitio y en el sitio en cuestión dirán que están creando riqueza y en el otro dirán que se destruye ,
La sensación de riqueza es más producto de una desigualdad,
Si Amazon se carga negocios en España o dejan de ser más rentables a costa de una gran rentabilidad de Amazon no se a creado riqueza simplemente a cambiado de barrio y encima Hacienda recauda menos porque Amazon no paga impuestos. Porque son más listos...jajajs
La riqueza es la ciencia y el progreso y España vive a espaldas y la riqueza es cosa de cuatro contables de poca monta...jajajs
Polavieja: no hay orden espontáneo, en cuanto hay una agrupación hay jerarquía. Eso es el orden natural. Ahora bien, eso de un grupo de humanos intercambiando pacíficamente sus productos, no existe si no hay estado protector. Lo que hay es conflicto y guerra, y el aplastamiento del más fuerte sobre el más débil.
A ver cuando os enteráis los El orden espontáneo es una ficción tan bonita como Blanca Nieves.
En respuesta a Miguel Navascues
Entonces dos tribus totalmente independientes entre si, sin ninguna jerarquía por encima en común solo pudieron pelearse continuamente, nunca comerciaron. El comercio internacional tampoco existe, los paises, o no se relacionan comercialmente o están en guerra.
Yo no tengo esa visión tan patética del ser humano que solo llega a acuerdos con la amenaza de la violencia, ya sea unos contra otros o llamando del primo de zumosol. No, afortunadamente hemos ido descubriendo que es más beneficioso cooperar con el prójimo que robarle.
Polavieja: no hay orden espontáneo, en cuanto hay una agrupación hay jerarquía. Eso es el orden natural. Ahora bien, eso de un grupo de humanos intercambiando pacíficamente sus productos, no existe si no hay estado protector. Lo que hay es conflicto y guerra, y el aplastamiento del más fuerte sobre el más débil.
A ver cuando os enteráis los marianistas! El orden espontáneo es una ficción tan bonita como Blanca Nieves.
Quizás todos los que compran bicones son austriacos...
y si fuera así lD. Miguel loos austriacos están tomando el mundo ...jajHs
Hay una película española de culto en la que Toni Leblanc cambiaba estampitas por dinero ,el bicon es igual cambias estampitas por dinero, la diferencia es que hay muchos implicados y nunca reconocerán que son estampitas ...jajajs
En respuesta a Pepe Mary Fer
Superior, l imagen de Toni Leblanc como Marianista con bitcoins jajajajaja