Nos encontramos en un momento en el que los eventos electorales teóricamente imposibles se hacen realidad, como es el caso del Brexit y de Donald Trump. El próximo se encuentra a la vuelta de la esquina y cada vez pisa más fuerte, su nombre es Marine Le Pen, la líder del partido político de la ultraderecha francesa.
Las elecciones tendrán lugar el próximo 23 de abril en primera ronda, y el 7 de Mayo en segunda ronda, y está generando una gran incertidumbre en los mercados debido a que la victoria de Le Pen empieza a considerarse como una posibilidad real. Los inversores comienzan a incluirlo en sus valoraciones.
Ahora bien, para poder entender esta incertidumbre que se está generando en el mercado es necesario conocer las propuestas que propone la líder de la ultraderecha, la viabilidad para que dichas propuestas se cumplan, y cómo está digiriendo el mercado la situación.
El pasado 4 y 5 de febrero Le Pen reveló los “144 compromisos” que constituyen su programa electoral con los que busca una Francia “libre”, “segura”, “próspera”, “justa”, “orgullosa”, “potente” y “sostenible”, y entre los cuáles destacamos dos de sus promesas. En primer lugar dice que reducirá drásticamente la migración, expulsará a todos los inmigrantes ilegales y restringirá ciertos derechos ahora disponibles para todos los residentes, incluida la educación gratuita.
En palabras de Marine Le Pen, “Considero que la solidaridad nacional debe dirigirse a los franceses. No tengo nada en contra de los extranjeros, pero les digo: `Si vienen a nuestro país, no esperen ser curados, o que sus hijos sean educados de forma gratuita, se acabó´”. Con esto quiere impedir que los niños de migrantes en situación irregular puedan acceder a la escuela pública en Francia. Además quiere limitar el saldo migratorio entre entradas y salidas del país a 10.000 personas.
En segundo lugar Le Pen tiene planeado sacar a Francia de la eurozona, siguiendo los pasos de Reino Unido. Su intención es realizar un referéndum sobre la adhesión del país a la Unión Europea para escuchar a los ciudadanos sobre su opinión de si abandonar o no la UE.
Pues lo que hace unos meses parecía totalmente inviable, parece estar cogiendo otro rumbo muy distinto. En los últimos sondeos electorales hemos podido obtener los datos de que en primera ronda Le Pen obtendría el 27% de los votos (dos puntos más que hace un mes), y Emmanuel Macron el 25% de los votos (cuatro puntos más que hace un mes). En la segunda vuelta los datos cambiarían y Macron se impondría a Le Pen con el 58% de los votos frente al 42% de los ultraderechistas.
Este sondeo fue realizado al día siguiente de que Emmanuel Macron recibiera el apoyo del centrista François Bayrou, a quien los sondeos le otorgaban alrededor de un 5% de los votos. Bayrou considera que Francia vive "una situación de riesgo inmenso" por la pujanza del Frente Nacional y dispersar votos constituye un peligro. Se trata de un golpe de efecto que reanima la candidatura de Macron, en descenso estos últimos días.
Aún así estos datos no dejan de ser sondeos de intención de votos, y la intranquilidad e incertidumbre que generan estas elecciones está presente en los mercados, aunque sí que es cierto que muchos expertos coinciden en que aunque Le Pen ganase las elecciones es muy improbable que cumpla su promesa más preocupante.
En el caso de dejar de pertenecer a la moneda común también se quedaría fuera de las compras masivas del Banco Central Europeo, lo cual puede hacer que se disparen los costes de financiación del país y dificultar los pagos con sus acreedores. Además una salida del euro requeriría un cambio constitucional, y es bastante difícil que el Frente Nacional tenga mayoría en el parlamento.
Lo que está claro es que al mercado no le gusta Marine Le Pen, no le gustan sus políticas, sus planteamientos de salida de la eurozona y por encima de todo, su posible llegada a la presidencia de Francia.
La primera muestra de ello la podemos ver en la deuda pública francesa, que ha disparado su rentabilidad hasta su nivel más alto desde septiembre de 2012 debido a las fuertes ventas de bonos franceses que los inversores están llevando a cabo, y que ha hecho que la deuda gala entre en el club de los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), término utilizado para nombrar en la crisis económica a los países periféricos de Europa que más problemas tuvieron. De momento este dato no es tan preocupante, pero en caso de producirse el triunfo final de Le Pen, la deuda de los países periféricos podría sufrir mucho.
En este gráfico podemos observar claramente como la rentabilidad de los bonos de Francia a 10 años se incrementó notablemente debido a la incertidumbre, y se puede observar una leve caída final de la rentabilidad que hace referencia a la alianza entre Emmanuel Macron y François Bayrou que ha dado algo más de tranquilidad al mercado.
Su prima de riesgo ha repuntado hasta los 78 puntos desde los 20 puntos que tenía hace escasos seis meses, tocando máximos de cuatro años. De hecho su prima de riesgo llegó incluso a superar a la de la rescatada Irlanda, y su distancia con respecto a España ha llegado a ser la menor en cinco años.
En el gráfico podemos ver el incremento anteriormente descrito de la prima de riesgo de Francia comparado con la de Irlanda, España e Italia, que junto con Grecia y Portugal forman los llamados PIIGS.
Además la probabilidad de que Francia abandone la moneda única ha aumentado, pasando del 5,7% al 8,4%, el nivel más alto registrado en Francia. En el siguiente gráfico se puede ver esa probabilidad, junto con la de Italia.
Por último existe un índice que mide el riesgo de contagio en caso de que algún país salga de la eurozona, y dicho índice se ha disparado notablemente por encima del 45% por primera vez desde 2012, cuando la viabilidad de Europa se llegó a poner en duda al desatarse la crisis de deuda periférica.