A finales de noviembre de 2018, teníamos la primera portada donde Donald Trump después de meses de asedio a China, brindaba briznas de esperanza de un acuerdo comercial. En la actualidad, hemos vivido ya unos 3 periodos así contando el de la portada. Una estrategia de agresividad constante con frialdad y sin miramientos, seguida de una amabilidad y una actitud de brazo a torcer. ¡Una mezcla explosiva vamos!
Fuente: Expansión
Ese día conocimos que tanto Trump como Xi Jinping mantendrían una cena de trabajo aprovechando la visita a Argentina en la cumbre del G-20. En este momento del tiempo, nos encontrábamos con la siguiente amenaza latente y no cumplida, una posible subida de aranceles al 25% para bienes por valor de 200.000 millones de dólares importados de China, y aranceles sobre bienes estadounidenses valorados en 60.000 millones de dólares, por parte de Pekín.
Sin embargo, en ese mes las actas de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) anticipaban una nueva subida de los tipos de interés en diciembre 2018. Esto contrariaba con las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la FED. En las que por fin reflejaba las preocupaciones de la Guerra Comercial y de sus expectativas de variación de tipos. Desde mayo de 2018, sentía una gran preocupación ante la actitud pasiva de la FED por no frenar la subida de tipos. La Guerra Comercial estaba agudizando, y en el aquel momento no podía reflejarse aún en ciertos indicadores macro para que ellos actuaran en consecuencia. Solamente, el hecho de ver como USA y China se lanzaban aranceles millonarios, era para haber pausado sobre 1,75%-2%, en mi opinión.
La cumbre del G-20 nos traía grandes evoluciones dentro del acuerdo, todo pintaba muy positivo. La verdad, es que llegué a pensar que todo se solucionaría a principios de 2019, pero fui un iluso integral.
Bueno, adentrémonos en lo que toca y en los puntos importantes de aquel acuerdo parcial:
- 90 días de tregua, en las que USA suspendería la subida del 25% a 200.000 millones de dólares hasta que finalizase.
- China aceptó “recortar y suprimir” los aranceles a las importaciones de automóviles de USA. Aranceles que rondan el 40%, por lo que es un gol por toda la escuadra para el equipo estadounidense. Finalmente lo bajaron al 15%. Las importaciones por parte de China a USA en vehículos, fue de 280.200 en el año 2017.
- China se comprometió a aumentar “sustancialmente” las compras en productos agrícolas, energéticos, industriales y de otros tipos procedentes de Estados Unidos. Otro gol, pero que no ha llegado hasta hace pocos meses dado que el equipo chino ha faroleado con este compromiso desde diciembre 2018.
Fuente: El Confidencial
Fue sorprendente observar como el déficit comercial de USA continuaba subiendo en diciembre al 1,7%, aun haciendo todo lo posible el equipo americano por penalizar a las importaciones, se alcanzó un récord en las susodichas y las exportaciones descendieron. Todo un golpe moral para el equipo comercial y sobre todo para Trump que veía lejos su promesa de reducir el déficit comercial. No fue un simple déficit, se trató del mayor déficit comercial de EE.UU registrado en un mes desde octubre de 2008. Un dato para tener en cuenta.
Una situación grave ocurrió al inicio de diciembre, casualidad o no este relacionado con la Guerra Comercial. El gobierno de USA perjuró que era por temas de Seguridad Nacional. El hecho es que fue detenida en Canadá el 01/12/2018, la directora financiera e hija del fundador de Huawei, Meng Wanzhou. Quedó retenida a la espera de si le concedían la libertad bajo fianza, mientras USA estudiaba su extradición, por una supuesta violación de las sanciones impuestas contra Irán. El primer ministro canadiense desligó de todo el suceso a su gobierno, reafirmando la independencia del sistema judicial canadiense. No entendía para nada como iba ayudar esto a la negociación y la tregua cuando se estaba deteniendo a la hija de uno de los empresarios más importantes de China.
Pero unos días más tarde, Pekín fue más allá suspendiendo durante tres meses los aranceles adicionales del 25% que iba a imponer a USA a la importación de componentes y piezas para vehículos. China obliga a que al menos el 60% de los componentes utilizados en coches de fabricación local estén producidos en el país. De lo contrario, los importadores pagan un arancel adicional del 15%.
Fuente: CBS News
Mientras tanto, como si fuera en otra dimensión de nuestro universo, entraba en vigor el TPP11, la que sería la nueva jugada contra el proteccionismo. Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, es el nombre oficial y liberalizará el comercio de unos 500 millones de personas. Incluye un producto interior bruto (PIB) global de 10 billones de dólares y un intercambio comercial de 5 billones de dólares. Estos sucesos son ejemplos de por que me gusta escribir sobre economía. El tratado es la versión actualizada del TPP, firmado el 4 de febrero de 2016, pero que entró en crisis a raíz de la decisión del presidente de USA, retirando a su país de esa iniciativa en 2017.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo “como portador de la bandera del libre comercio, Japón continuará promoviendo una zona económica libre, justa y basada en reglas para un mundo global”.
El tratado une a once naciones (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), pero está abierta a quienes quieran incorporarse posteriormente, incluido USA, si de nuevo lo decide.
Entramos ya en 2019, el año empezó con el peor registro del PIB Chino desde 1990. Para que los lectores asimilen esta información, deben saber que China lleva creciendo a tasas medias del 10% las últimas décadas, y que desde 2010 su PIB ha ido descendiendo por la desaceleración del sector industrial. La tasa de 6,6% alcanzada en 2018, es de las más altas del mundo, pero eso no importa si el rango que han estimado para 2019 es rebasado por debajo del 6%. Es posible, que si eso ocurre podría ser muy bajista en el medio plazo hasta que pudieran contenerlo, y eso por ahora es imposible a no ser que parara la Guerra Comercial Z.
Por otra parte, el plan de estimular la demanda interna, aprovechando que han logrado afianzar la consolidación de la clase media a través de una mayor disponibilidad de fondos para los ciudadanos, y de un sector servicios que se hace fuerte cada año, está ayudando a paliar la desaceleración industrial. Estamos ante un país de 1.400 millones de personas y el plan de demanda interna sólo lleva un 30% completado.
A raíz de dos sucesos, comencé a oler a chamuscado en referencia a la tregua y las negociaciones de paz comercial:
- El 28 de enero de 2019, el Gobierno chino logró en segunda instancia que el Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC), abriera una investigación de los aranceles impuestos por USA a sus importaciones. Todo esto se dio en medio de la tregua, sin saber el final de las negociaciones, por lo que era muy sospechoso. Lo curioso fue que muchos países perjudicados de esta “Guerra Comercial Z” pidieron participar como tercera parte en la instancia de China. La Unión Europea, Japón, Rusia…etc. Pero sin sed de venganza ni nada.
- Lo segundo fue las declaraciones oficiales de la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en el que Geng Shuang, nos reveló una serie de resentimientos que seguían sin corresponderse a un periodo de tregua. “China está muy preocupada por la demanda penal presentada por el Departamento de Justicia de EE.UU contra Huawei y su directora financiera, Meng Wanzhou”. “Durante un tiempo, EE.UU ha utilizado los poderes públicos para desacreditar y castigar a las empresas chinas, en un intento de asfixiar su operativa legítima”. Y de nuevo escuchamos una frase que se convertirá en mítica y declarada por varios miembros del Gobierno chino. “China defenderá con determinación los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”.
Queridos lectores, evidentemente, después de estas declaraciones mi actitud del mercado pasó de “alcista comprometido” a “defensivo”. La supuesta tregua no era más que una artimaña para poder subir el tono de las negociaciones a puerta a cerrada con un posible desenlace agrío en el cuál nos encaminaría a batallas muy dolorosas para el bienestar de nuestro planeta.
Continuará...