¡Feliz cumpleaños Google!

30 de septiembre, 2013 5
Consultor, value investor y autor del libro El despertar de China (Madrid: IEE, 2013). Actualmente co-fundador y socio en Reliance... [+ info]
Consultor, value investor y autor del libro El despertar... [+ info]

El pasado viernes el mayor buscador de Internet, y una de las empresas ícono de la nueva economía, cumplía 15 años. El trabajo de final de carrera de los estudiantes de Stanford Larry Page y Sergey Brain en donde preconizaban que la creación de un algoritmo sería la mejor forma de organizar los anárquicos, dinámicos y cambiantes contenidos de la red de redes tomaba forma de empresa. Desde entonces Google acumula una trayectoria meteórica y se ha convertido en la General Motors de la nueva era de la información: un nuevo paradigma económico fundamentado en el conocimiento y no en el capital.

Google –de la raíz googol: nombre que se le da al número 10 elevado a la 100 en inglés– salió a Bolsa en 2004 (el mismo año en que Zuckerberg fundó Facebook) al precio de 85 dólares por acción. Después de un tormentoso 2007, la compañía ha tenido un crecimiento sostenido hasta llegar a cotizar 876 dólares (ayer) con una cotización máxima de 924 dólares. Esto implica una capitalización bursátil de 292 miles de millones superior a la de otro gigante tecnológico como Microsoft (277). Por contextualizar: en agosto de 2005 Microsoft tenía un market cap de 287 mil millones de dólares frente a los 80 mil millones de Google.

La salida al parqué fue más bien tímida como ha ido sucediendo con compañías similares. Google ya realizaba miles demillones de búsquedas y maneja con solvencia cantidades ingentes de información pero la duda de los inversores giraba en torno a las fuentes de ingresos: “sí, muchas visitas pero: ¿y el cash?”.

I show you the money. El modelo de negocio de la compañíatiene en la innovación y en la capacidad de anticiparse, no ya al mercado, sino al mundo en general, como dos pilares fundamentales. En Mount View, donde se sitúa el Googleplex campus (base de operaciones de la compañía),  son capaces de definir hoy lo que el mundo hará mañana y, además, de hacerlo antes que nadie. Este es el factor que mejor explica la confianza de los inversores y el conjunto de analistas y que se refleja en el buen comportamiento de la acción y su precio objetivo que hoy se sitúa alrededor de los 950 dólares por acción.

Veamos algunos facts and figures. En 2012, Google facturó 50.000 millones obteniendo un beneficio contable de 10.000. En el año 2000, un poco antes de incorporar a Eric Schmidt como primer ejecutivo de la compañía, Google lanzaba Adwords: una plataforma de publicidad on line que permite cruzar los diferentes anuncios en función de la ingente cantidad de información que maneja el buscador optimizando el placementde los anunciantes. La compañía no facilita el desglose de sus ingresos pero se estima que la parte principal provienen de la publicidad, cerca de 4.000 millones provienen de Youtube (adquirido por 1.550 millones de dólares en 2006), y cerca de 6.800 millones del sistema Android lanzado en 2007.

Pero las magnitudes del negociode Google sobrepasan el perímetro de su cuenta de pérdidas y ganancias. Youtube, la apuesta audiovisual de la compañía, tiene hoy más mil millones de visitantes únicos al mes y cuenta con cerca de un millón de anunciantes. Su vídeo más visto (el celebré Gangnam Style) acumula más de 1.780 millones de visitas. Gmail, el servidor de correo electrónico de la compañía cuyo lanzamiento coincidió con su salida a bolsa en 2004, cuenta con más de 425 millones de usuarios. A día de hoy, la compañía prosigue con su estrategia de diversificación dedicando recursos a un abanico cada vez más amplio de productos, servicios y aplicaciones, manteniendo siempre la máxima de sus fundadores de que todo ello repercuta en “mejorar la vida de la gente”. Con esta estrategia de diversificación la compañía esta desarrollando un ecosistema propio, vivo, interactivo, y abierto que nace, muta y muere si es necesario en función de los dictados de la gran democracia global que es Internet. Google tiene proyectos en fase de desarrollo que van desde cartografiar por completo el planeta rojo (Google Mars), fotografiar las calles de todas las ciudades del mundo (Street View), o el desarrollo de un coche que se conduce solo y que hoy acumula un millón de kilómetros sin tener sufrir ningun accidente.

Este desarrollo no se entiende sin tener en cuenta el auge de la nueva era de la información: un nuevo paradigma económico en donde los datos y la conectividad, no el capital, son los verdaderos protagonistas. Una nueva era que trae consigo nuevos patrones de crecimiento y nuevas reglas y requiere, por tanto, también de unos nuevos valores y que demanda una nueva forma de hacer las cosas. Adiós a la General Motors y al Ford T. Adiós a la cadena de montaje y la producción en masa. Adiós al crecimiento lineal que caracterizó las empresas en el punto álgido del capitalismo industrial. Vivimos tiempos exponenciales con tecnologías disruptivas de altísimo impacto en todos los ámbitos. El cambio de un pensamiento lineal a uno exponencial tiene un impacto hoy imposible de preconizar y que abarca cambiar nuestra manera de hacer las cosas, de relacionarnos con los demás, de crear y, por supuesto, de pensar. No somos lo que tenemos, ni si quiera lo que sabemos, sino lo bien conectados que estamos. Hoy si se nos muere la batería del móvil una parte de nosotros muere también con él.

La humanidad genero 5.000 millones de Gigabytes desde el inicio de los tiempos hasta 2003 según una célebre estimación deEric Schmidt. En 2010 la humanidad generó ese volumen de información en 2 días. Hoy la genera cada 10 minutos. Impresiona solo de pensarlo. Somos frágiles nos avisa Taleb (Antifragile). ¡Estamos inmersos en un proceso de destrucción creativa shumpeteriana elevada al hoy famoso googol!

Google no únicamente esta sabiendo navegar con la nueva brújula que exige el nuevo escenario global, sino que está contribuyendo de forma definitoria en su formulación. Internet es el sistema nervioso del planeta: múltiples nodos recogen y filtran información los unos con los otros y la distribuyen de forma masiva a todos los demás. Cada nuevo intercambio da lugar a nuevas interacciones, a nueva información, y el ciclo se repite a medida que se suceden más y más intercambios y más y más informaciones se añaden al mundo plano que describía Thomas Friedman en 2005 (The World Is Flat). Google hace las veces de cerebro involuntario facilitando la coordinación en la red, dando lugar a un caos ordenado. Paradojas del nuevo paradigma, mejor nos vamos acostumbrando. Hoy esta plataforma global virtual tiene más de 1.200 millones de habitantes interconectados desde todos los rincones del planeta. En 2020 se espera que este número se haya incrementado hasta los 5.000 millones.

Además de su rápida adaptación a los cambios y de tener una cultura que favorece la innovación y el desarrollo en un entorno creativo y colaborativo, el éxito de Google está estrechamente ligado a su modelo de liderazgo. El liderazgo dentro de una organización, y al igual que ocurre con la (buena) gestión del talento, es un elemento que el mercado reconoce en el valor de la compañía en el largo plazo. Google cuenta con un modelo de liderazgo bicéfalo: el tándem fundador (Page y Sergey), sobre los que recae el ejercicio de la función empresarial pura (creadora), y el presidente ejecutivo de la compañía (Schmidt), sobre el que recae la responsabilidad operativa (day-to-day business).

Si el evidente éxito en la visión es de Page y Sergey, de Schmidt es el mérito de haber aunado a un buen equipo gestor que ha sabido liderar el mosaico de talento que configura Google al tiempo que ha sabido garantizar el flujo de caja necesario (año tras año) para poder llevar a cabo las sucesivas, cuantiosas y (muchas veces) arriesgadas apuestas e inversiones del tándem fundado completamente obsesionado con la innovación. Ilustrativo de lo anterior, la foto en la que se ve a un Page y Sergey en actitud relajada, sin corbata y con las manos en los bolsillos, mientras un Schmidt, con corbata, sujeta el logo de la compañía.

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En su campus de Silicon Valley, la Roma del nuevo imperio de la información, Google da a sus empleados plena libertad para dedicar una quinta parte de su tiempo a proyectos “libres” siempre y cuando se enmarquen (mínimamente) dentro de las directrices generales de la compañía. Esto ha dado lugar a un verdadero torrente de innovación: de aquí nace, por ejemplo, el servidor de correo Gmail, y se ha configurado como una de las más grandes ventajas competitivas con respecto a otros competidores que han perdido parte de esta energía innovadora por regirse por las viejas normas del ancien régimey se han obsesionado con la rentabilidad financiera en el corto plazo, la acción comercial o el desarrollo de productos. Es decir, han querido competir con Google utilizando las normas imperantes en el viejo mundo lineal.

Las implicaciones de todo lo anterior son transversales y con el tiempo irán afectando a un espectro cada vez más amplio de la economía y la sociedad. El éxito de Google nos obliga a repensar muchas ideas en todos los ámbitos, también con respecto a nuestra filosofía de inversión. En suma, la proliferación de tecnologías disruptivas nos obliga, como inversores, a revisar la manera en que analizamos el modelo de negocio que subyace a cualquier empresa: no se trata ya tanto de evaluar la idoneidad de una ventaja competitiva sino de la capacidad que pueda tener la organización en reinventar esa ventaja competitiva a lo largo del tiempo. 

Dicho esto. Una reflexión: ¿qué considera una inversión más libre de riesgo: Bonos del Reino de España o títulos de Google? 

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Este artículo tiene 5 comentarios
Nada como tener buenos amigos! :)

Aprovecho para adjuntar (como en mi último artículo) algunas de las fuentes utilizadas o que han inspirado el artículo.

The Google Story (2005) de David Vise es un buen relato sobre los inicios de la compañía, y la consolidación de Silicon Valley como el mayor high-tech cluster de esta nueva era. In The Plex (2011) de Steven Levy complementa esta primera lectura explicando la manera de pensar y de hacer las cosas de la compañía.

La lectura de Antifrágil de N. N. Taleb (académico multidisciplinar siempre interesante de leer) incorpora muchas ideas interesantes que se pueden aplicar a muchos ámbitos y que explican, a mi juicio, en gran medida el éxito económico y el alto impacto social de Google. El artículo también cita la obra ya clásica de Thomas Friedman, The World Is Flat (2007) da algunos elementos (que en su día tuvieron gran valor) que ayudan a entender los primeros años del siglo XXI.

The Long Tail (2008) de Chris Anderson (editor de la revista Wired) resulta también una lectura del todo recomendable.

Saludos!
30/09/2013 17:27
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