Siempre es muy complicado tomar decisiones de inversión a medio plazo en las carteras, pero el momento actual es uno de los más complicados. Normalmente, hay que tener en cartera una oportuna diversificación de activos, pero siempre hay que tener un sesgo hacia el movimiento más probable esperado. Podemos tener más sesgo a renta variable pero tener algo de renta fija a modo de cobertura, o un sesgo mayor a una determinada zona geográfica, o a un sector, etc…, pero algún sesgo hay que tener.
Pero en la situación actual los inversores parecen encontrarse en una dicotomía como no recuerdo en muchísimo tiempo. Tras las elecciones, el mercado parece querer ofrecernos los siguientes escenarios más probables de la economía global:
- - La victoria de Trump podría desencadenar en una nueva desaceleración de la economía global motivada porque el proteccionismo del nuevo gobierno reducirá fuertemente el comercio internacional. Además, el mayor endeudamiento de las economías para aumentar el gasto público incremente aún más los riesgos actuales de una crisis de crédito similar a la ocurrida en el 2007.
- - La victoria de Trump pudiera evitar la desaceleración de la economía global que se estimaba hace unos meses. El aumento del gasto público y reducción de impuestos en Estados Unidos provocará incremento del consumo en Estados Unidos y mejoría del crecimiento del PIB de la principal economía mundial. Es verdad que el comercio mundial se vería lastrado pero, tal y como vimos ayer, las divisas juegan un papel importante para reducir este efecto. Las divisas emergentes corrigen rápidamente mejorando la competitividad. Además, los gobiernos de la Eurozona, para evitar el crecimiento del populismo, incrementarán sus políticas fiscales, por lo que también contribuirán al mayor crecimiento de la economía global.
Vistos estos dos escenarios tan contrapuestos, Los inversores se encuentran ante esta dicotomía:
- - Apostar por el primer escenario y tener carteras muy defensivas. Los valores de sectores defensivos han corregido fuertemente estos días y la rentabilidad de los bonos también ha repuntado estos días. La cartera tendría que tener algo de renta variable con sesgo defensivo, algo de deuda y sobre todo, bastante liquidez.
- - Apostar por el segundo escenario las carteras y tener carteras muy agresivas. Sobreponderar valores de renta variable con sesgo a sectores ligados al ciclo económico, deuda corporativa a corto plazo, liquidez y cierto sesgo a países desarrollados.
Parece más evidente que, tanto en uno como en otro escenario, los activos de renta fija a "largo plazo" serían los más perjudicados. Tanto si se cumple las expectativas de mayor crecimiento global con repunte de inflación y el incremento de la pendiente de la curva, como si pensamos que los países incrementarán su déficit y no conseguirán una aceleración de la economía global.
Pero nunca deberíamos jugárnoslo todo a rojo o negro. Debe haber escala de grises. Tal y como vimos ayer, donde unos ven riesgos, otros ven oportunidades. Los valores defensivos han corregido tanto que ahí se pueden encontrar magníficas oportunidades. Hay que tener, por tanto, exposición a este tipo de activo de renta variable, sobre todo porque si finalmente se da el primer escenario, estos valores se comportarán mucho mejor que los índices. En el siguiente gráfico podemos ver el comportamiento desde el Brexit de las compañías del S&P500 de corte defensivo (en rojo las acciones de baja volatilidad) frente a las acciones más agresivas (en blanco las acciones de mayor beta).
La diferencia del comportamiento de unos y otros valores se ha acelerado con la victoria de Trump, pero es un movimiento que se inició ya tras el Brexit, por lo que ya lleva mucho camino andado. Concretamente, hay casi un 30% de diferencial en el comportamiento de unos y otros valores. Si se cumple el segundo escenario, los valores más cíclicos y, por tanto, más arriesgados seguirán teniendo un mejor comportamiento con una gran probabilidad, aunque evidentemente en las fases de dudas (que las habrá) corrijan más. Pero en una cartera actual hay que tener también valores con sesgo al ciclo económico.
En cuanto a zonas geográficas, a priori Estados Unidos será el principal beneficiado del cambio de sesgo en las carteras de los inversores. Ya se ha iniciado el movimiento llevando a los índices principales a máximos históricos, por lo que al igual que pasa con los sectores, quizás apostar sólo a Estados Unidos hoy es arriesgado. Debemos pensar que si Europa copia el modelo antes de que vengan nuevos gobiernos que lo terminarán copiando sí o sí, hay que adelantarse y apostar en nuestras carteras por renta variable europea. En cuanto a emergentes, muy castigados estos días y con sus divisas más baratas que hace unas semanas, y con mejores datos macro que a principios de año, todo apunta a que algo deberíamos tener en cartera.
Por tanto, seguimos insistiendo en que lo mejor es siempre tener carteras muy diversificadas, incluso en un escenario tan dicotómico como el actual. Precisamente por ser posible el escenario negativo, habrá inversores sobre todo institucionales que aprovechen la corrección de las últimas semanas en los valores de sesgo defensivo y también en los bonos que más han corregido (incluso la deuda a largo plazo). Y los que acertaron con los valores más cíclicos y vendiendo deuda, en cuanto los mercados se frenen, harán caja en estos activos, por lo que en cualquier momento se pueden corregir momentáneamente las divergencias de las últimas semanas. Es verdad que la deuda pública a largo plazo parece el activo más perjudicado en el escenario actual y el mejor candidato a reducir en cartera, pero en el resto de activos es muy complicado ver un "claro perdedor" a corto plazo.
Insistimos en el mensaje de ayer de tener precaución y no ir corriendo detrás del mercado y comprar el activo de moda, ya que puede llevarnos a entrar justo en el peor momento. Hay que ser conscientes de que la ecuación está cambiando, eso sí, pero hay que mantener prudencia y no cambiar radicalmente el sesgo de una cartera prudentemente diversificada.