Empezamos un año que promete de cara a la actualidad económica. Un año que supone el octavo año de crisis económica en Europa y en España, pero un año que llega con las expectativas por todo lo alto (por fundadas o infundadas razones). Pero un año en el que, desde luego, empieza a ser cada vez más importante dejar de echar la vista atrás y centrarse en el futuro.
Pese a ello, hoy quería dejar unas líneas sobre el libro que nos ha regalado mi admirado amigo Droblo, Especulando con la crisis. Precisamente porque supone una reflexión (especulación) amena sobre estos ocho años de crisis a nivel global. Pero también porque Droblo hace el ejercicio intelectual de plantear lo que, en su opinión, son las medidas a adoptar para evitar un colapso sintético como el que estamos sufriendo. Ejercicio que se agradece porque le obliga a abrir el horizonte temporal (ampliándolo desde el detalle del abandono del Patrón Oro, la Gran Estabilización de Greenspan, el nacimiento de la Eurozona y los riesgos estructurales futuros, como la demografía o el estado del medioambiente a escala mundial).
Lo que más me gusta de las reflexiones que nos lanza Droblo es el palpable argumento de economía monetaria que subyace en la gran mayoría de sus explicaciones. De manera muy didáctica, explicativa y, como ya hemos comentado, amena, nos habla de la crisis económica como un escenario donde la liquidez (excesiva primero, escasa después), las devaluaciones y las actuaciones del BCE, el BoE, el BoJ y la Fed han sido protagonistas. Y no sólo los bancos centrales, si no la política monetaria en general (con las devaluaciones en particular, como se ve en las páginas 44 y 45 cuando compara la relación peseta-franco desde el nacimiento de la peseta hasta el surgir del euro).
Sin embargo, no puedo evitar al menos traer dos reflexiones sobre su visión sobre el papel de las entidades financieras y su visión sobre el proyecto herido de la Unión Europea:
- 1. Sobre el papel de las entidades financieras, ya hemos comentado que Droblo utiliza la liquidez para explicar cómo contribuyó enormemente a la degradación de la calidad crediticia así como ayudó a inflar el precio de muchos activos durante los años 2001-2007. Sin embargo, no parece que Droblo termine de confiar (como yo sí que hago) en que pueda resurgir pronto la banca. Tal vez su profundo conocimiento del interbancario (y el observar que éste continúa seco en España todavía en 2014) le hace ser más pesimista, o tal vez simplemente siga pensando que el sistema de reserva fraccionaria irremediablemente nos lleve a estas situaciones de exceso de liquidez.
- 2. Sobre la Eurozona, y creo que tal vez movido por su faceta de historiador, Droblo es tremendamente más europeísta de lo que la Unión Europea, y la Zona Euro, permite que otros muchos seamos. Afirma que "si no existiera Unión Europea, habría que inventarla", y pese a identificar los fallos que la UE ha ido acumulando los últimos años según su marco teórico (endeudamiento público, falta de entendimiento político, falta de unión fiscal y bancaria, etc).
En estos días en el que todo el mundo está haciendo balance de 2014 y preguntándose qué nos traerá el 2015 (como mi amigo Ángel Martín hizo aquí hace unos pocos días) no vienen mal las palabras de Droblo. Que en ocasiones puedan recordarnos a Bernanke con sus reflexiones sobre las políticas de flexibilización cuantitativa o del papel del BCE. Pero también, Droblo resulta un jarro de agua fría por su prudencia y su desconfianza ante la capacidad de evitar futuros contragolpes. Y desconfianza porque las medidas que propone para evitar que en España una persona de 50 años deje de vivir una crisis dura cada 15 años son las siguientes:
- a) Desconfiar de la ética de la población española en conjunto. Lo cual puede entrañar sus riesgos cuando un sistema capitalista asentado en el crédito se basa en la confianza para seguir funcionando;
- b) Reducir impuestos;
- c) Mayor libertad comercial y del consumidor;
- d) Reducir la obsesión por el crecimiento crediticio (buen punto aquí, sobre todo más orientado al ahorro / inversión que al despilfarro a crédito);
- e) Legalización de determinadas actividades comerciales en España para abrir más mercados de bienes demandados por la población;
- f) Reducir el "mimo" a la banca (aquí vuelve a incidir en el coeficiente de caja pero comenta que la reforma de la ley concursal les beneficia, cuando creo que el riesgo de homologación puede ser más perjudicial para el sistema financiero que beneficioso, pese a el control que le da con el sistema de quitas y canjes sobre las empresas "zombies");
- g) Reformar el sistema de pensiones;
- h) Cambiar la estructura política;
- i) Solucionar el problema catalán;
- j) Aumentar el empleo; y
- k) Controlar el posible surgir de populismos políticos en España.
El listado de propuestas de Droblo es, cuanto menos, ambicioso. Y casi irrealizable. El binomio banca-Estado es cada día más difícil de romper, y más cuando la UE va adquiriendo competencias en esta materia. Las pensiones sólo serán reformadas con parches según vaya sucumbiendo el sistema a la pirámide poblacional y la reducción impositiva es casi un imposible con un gobierno atrapado por promesas electorales.
En cualquier caso, y dado que todos los lectores de inBestia conocemos a Droblo y le leemos de manera habitual, os invito a todos a leer el libro. No es un mero libro descriptivo, ni es tan subjetivo como anticipa Droblo en el prólogo (ya que es muy racional y está muy bien construido argumentativamente) y aunque para aquellos que ya tenéis conocimientos de economía, finanzas y/o mercados financieros algunas páginas os puedan parecer muy básicas, son necesarias refrescarlas y se compensan con creces con todas las reflexiones de Droblo (especialmente importantes las del capítulo sobre los límites).
Una buena forma, desde luego, de empezar el año 2015 es precisamente conociendo qué nos ha llevado hasta aquí para, así, afrontar el nuevo año que económicamente promete con las pilas cargadas.
¡Feliz 2015!