"No discutas nunca con un idiota: te llevaría su terreno y ahí te ganaría por experiencia".
( Meme que circula por Whatsapp).
Días atrás el corresponsal de El País se ponía de parte del director del FBI desde su primera crónica sobre la destitución de este por parte de Trump. "Los directores del FBI, elegidos por los presidentes y refrendados por el Senado, gozan de un mandato de 10 años y de una inmensa autonomía. Sólo uno en 109 años de historia había sido destituido. Fue con Bill Clinton y por motivos éticos". La primera crónica sobre el asunto fue sencillamente vomitiva; as primeras correcciones, a los pocos minutos; las siguientes, unos pocos después. Y así hasta hoy.
El empleado de Cebrián, desnudo de talento alguno y fiel hasta su ahorcamiento diario negro sobre blanco, es probable que desde su cuchitril grasiento y lúgubre en Washington no haya hecho menos de quinientas correcciones, ampliaciones, modificaciones, rectificaciones, remodificaciones, reampliaciones, rerrectificaciones y requetecorrecciones desde el día de los hechos hasta ahora. De hecho, puede Vd. jurar que estará en este mismo instante retocando su siempre inacabada obra. "James Comey perdió el puesto el mismo día en que reconoció los errores de su comparecencia bajo juramento ante el Comité Judicial del Senado. En su declaración de la semana pasada señaló que el FBI había encontrado el pasado otoño miles de correos de Huma Abedin, la mano derecha de Clinton, en la computadora de su marido, Anthony Weiner. Este hallazgo, según el director del FBI, propició, a falta de 11 días para el fin de la campaña electoral, la reapertura de la explosiva investigación por los emails de la ex secretaria de Estado (2009-2013).
“Abedin seguía una práctica rutinaria de reenviar correos electrónicos a él, creo que era para que los imprimiera y para que ella se lo pudiera entregar a la secretaria de Estado. Abedin reenvió cientos y miles de correos, algunos de los cuales contenían información clasificada”, testificó Comey. Estas afirmaciones, sin embargo, resultaron falsas y el propio FBI tuvo que desmentirlas el martes en una carta pública. Los investigadores determinaron que Abedin, lejos de los miles de correos citados por Comey, solo reenvió ocasionalmente unos pocos emails a su marido. Tampoco se trataba de una práctica rutinaria. Y ninguna de las misivas llegó a ser considerada entonces como secreto, aunque posteriormente se determinó que un pequeño número de ellos contenía información clasificada.
Este reconocimiento de un error mayúsculo en un caso de tanta trascendencia política suponía una bomba de relojería. Si el director del FBI había faltado a la verdad, su polémica decisión de reabrir el caso quedaba en entredicho. Comey volvía a estar en el ojo del huracán. Lo que nadie se esperaba es que fuera esa misma tarde".
Concluyendo. Que el pringado del director del FBI reconoce "haber cometido errores en su declaración bajo juramento en el Senado"; y que el pringado del periódico reconoce de facto haber entendido lo que pasó: "el director del FBI había faltado a la verdad en el Senado y sus afirmaciones habían resultado ser falsas"; y que este tipo de pringados a sueldo son los que se meriendan día sí día también personas como Trump; y que en definitiva y a la vez, este tipo de pringados, dirigidos por sus mentores los Cebrianes y Pedrojotas de turno, son los que todos los días y desde sus altavoces mediáticos no intentan otra cosa que generar para nosotros universos de ausencia ética y pringadismo de cuñado. Como comprenderán, con fundamentales así caer en su red es errar, discutir con ellos, perder, y mandarles a tomar por el culo, un placer. Lo demás es experiencia.
¡¡ No se me limiten, carajo !!
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