Prácticamente todos los mercados se han situado en zonas donde lo que ocurra en los próximos días puede marcar el devenir de los próximos 5 meses. Lo que está claro es que el próximo movimiento puede ser fuerte. Tanto para bien, como para mal. En estas situaciones lo importante es ser muy flexible y ser capaz de cambiar de opinión y estrategia en pocos días.
¿Qué podemos vigilar para saber si las cosas van a ir a mal? La subida de los tipos de interés de largo plazo se tiene que frenar al igual que la subida en el sector financiero o en empresas muy afectadas por la deuda como GE. La razón más fuerte para que este escenario se dé ahora mismo viene de la mano del extremo posicionamiento corto en los Treasuries de largo plazo.
Por el lado positivo, si el dólar consigue romper los mínimos del 1 de septiembre podemos estar ante la confirmación de un cambio de tendencia de largo plazo en la divisa. Lo que puede cambiar el flujo del dinero hacia sectores muy castigados como el energético o el bancario, además de favorecer a los países emergentes. Una verdadera rotación entre sectores en renta variable que curiosamente puede hacer que los índices no avancen mucho debido al peso de las tech.
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