En los últimos años, el comercio internacional ha crecido con fuerza, con una reducción en paralelo de los aranceles, siendo especialmente bajos en bienes de capital y materias primas y más elevados en los bienes de consumo. Entre 2002 y 2015, según datos del Banco Mundial, los aranceles en los distintos productos se redujeron a la mitad. Según datos de Eurostat, en 2015, un 70% de los productos importados en Europa se importaron sin aranceles o con aranceles casi nulos.
En este contexto, la bandera de Trump, "America First", cae como un jarro de agua fría, sobre todo en la UE, que es una de las mayores potencias exportadoras del mundo, con una cuota de las exportaciones de bienes en torno al 16% en el mundo, con unas tasas de crecimiento relevantes, sobre todo a raíz de la crisis financiera (tal como vemos en el gráfico inferior derecho).
EEUU es, desde un punto de vista comercial, especialmente relevante para la UE, pues de las exportaciones de bienes fuera del área comunitaria, EEUU es el primer destino, con un 20%. De los 1,8 billones de euros que se exportaron fuera del área comunitaria en 2017, 375.000 M.EUR se dirigieron a EEUU (importe un 45% superior al registrado en 2007).
El primer envite de EEUU -imposición de aranceles al aluminio y acero- preocupa gravemente a la UE, no tanto por las implicaciones económicas, que no son muy relevantes, sino por las reacciones posteriores a este primer "ataque". Próximamente, entrará en vigor la réplica arancelaria impuesta a productos estadounidenses (afectando entre otros a vaqueros o bourbon) y Trump ya ha respondido amenazado con imponer nuevos aranceles a los Autos. Si esta amenaza llegara a cumplirse, sí podría dar en la línea de flotación europea y, más concretamente, alemana.
La industria del automóvil de la UE representa una cuarta parte del total mundial de vehículos de motor y, en Alemania, representa un 20% del conjunto de la industria manufacturera del país, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
En 2016, EEUU seguía siendo el primer socio para las exportaciones extracomunitarias en el sector Autos, con una cuota del 25%, seguido de China (donde está creciendo la cuota), con un 16% y de Turquía con un 7%, Suiza y Japón (ambos con un 5%).
Alemania es la que más exportaciones realiza a EEUU en el sector Autos, seguida de Reino Unido, tal como vemos en el gráfico de la derecha. Para Alemania, estas exportaciones suponen un 20% de su comercio exterior total. España, que en el gráfico figura con un 5% de las exportaciones de Autos extra comunitarias, se verá quizá más afectada de lo que presenta el gráfico, porque gran parte de lo que produce lo exporta a Alemania (y quizá posteriormente se exporta a EEUU desde allí).
Como muestra de la diferencia que representaría el "golpe" arancelario a la industria del automóvil vs. industria del acero señalamos que la industria del acero emplea a menos del 2% del total de la fuerza laboral de la industria manufacturera europea (estudio de 2018 de Oxford economics), mientras que la industria del automóvil emplea un 11% del total de la industria manufacturera según datos de la Asociación Europea de Fabricantes del Automóvil.
La industria alemana del automóvilestá negociando con el embajador estadounidense en Alemania, ofreciéndole la eliminación de los aranceles (2,5%) e impuestos (10%) a las importaciones estadounidenses de autos, con la condición de que Trump retire la amenaza de imponer aranceles del 25% a las exportaciones de autos de la UE. El embajador se muestra confiado en que esta propuesta prospere, pero no parece tan fácil, pues hasta ahora la Administración de la Casa Blanca ha mostrado poco interés en escuchar propuestas similares. Además, Alemania no tiene capacidad para negociar de forma unilateral acuerdos comerciales y tendría que unir sus fuerzas con el resto de la UE, encontrando previsiblemente oposición en Francia, que hasta el momento se ha mostrado más dura a la hora de liberalizar el comercio. Además, Peugeot y Renault tienen una escasa exposición en EEUU (entre el 4 y 5% de las ventas vs. entre el 15 y el 25% de las ventas en las grandes compañías alemanas).
Una de las líneas de negociación que podría prosperar, pero que no es probable que sea suficientemente satisfactoria para Trump, es la de demostrar que EEUU no puede imponer los aranceles apelando a la seguridad nacional (la Comisión de Comercio en EEUU está estudiando este extremo), considerando el fomento de empleo que realizan las principales automovilísticas alemanas en EEUU (emplean a 116.500 personas en sus plantas de EEUU), y el embajador estadounidense les ha animado a continuar trabajando en esta dirección. En cualquier caso, no parece que vaya a ser una tarea corta ni sencilla. Así que los inversores tendremos que acostumbrarnos al ruido de fondo de la guerra comercial un tiempo más.
El mercado, hasta hace bien poco se había posicionado en modo "espera", confiando en la premisa de que la deriva hacia el proteccionismo hará daño a todos, y que la escalada en la guerra comercial finalmente no sería especialmente relevante. No obstante, la crudeza de la batalla en el frente China-EEUU está elevando el temor a que al final la guerra comercial termine siendo una realidad y los mercados así lo están acusando desde el viernes pasado.
Seguimos pensando que la Administración Trump lo que está buscando es "recolocarse" en el orden del comercio mundial y que no está persiguiendo una vuelta al proteccionismo económico, que ya ha demostrado en el pasado que es una batalla en la que finalmente nadie sale vencedor.
Así se lo están haciendo ver las propias asociaciones económicas e incluso los Senadores en EEUU a Trump. No obstante, es posible que nos quede un camino complicado por delante hasta que las "aguas comerciales vuelvan a su cauce" si tenemos en cuenta que Trump podría estar trabajando de cara a las elecciones de noviembre, donde espera llegar con resultados para el electorado que le votó siguiendo la voz de "America First". Como vemos en el siguiente gráfico, la aceptación de Trump no ha parado de crecer desde que lanzó el primer envite de los aranceles el 1 de marzo.
El gráfico que muestra la evolución de los mercados desde que Trump presentó la lista de productos que estarían sujetos a aranceles a China (fecha en la que el mercado empezó a tomar más en serio esta guerra) nos señala al S&P 500 como uno de los mejores refugios dentro de la renta variable en un entorno de guerra comercial, mientras que el DAX alemán sería uno de los más expuestos.
Aunque es dificil señalar hasta dónde y hasta cuándo se llegará con la guerra comercial, nos parece interesante señalar que Europa (guerra comercial aparte) podría recibir noticias positivas en el medio plazo, con las sorpresas económicas en mínimos históricos y con probables avances en el Consejo Europeo de final de mes. En las últimas semanas, las expectativas respecto a estas referencias se vienen rebajando muchísimo (el sentimiento de desánimo europeo ha crecido ante la crisis política italiana y de refugiados y por la guerra comercial y el índice de sorpresas económicas calculado por Citigroup está en mínimos históricos) y cualquier avance podría ser muy bien recibido por el mercado.
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