El mercado laboral constituye un elemento clave de la economía, siendo uno de los objetivos de las políticas del nuevo gobierno, que ha incidido en modificar ciertos aspectos de la reforma laboral y ha elevado el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta 950 euros/mes, lo que supone un incremento del 29% en dos años (figura siguiente), afectando, según la ministra, a unos 2 millones de trabajadores.
Figura.- Evolución del SMI anual. En azul (escala izquierda importe en euros); en rojo (escala derecha) el incremento anual en porcentaje. Datos gobierno
Sin embargo, los incrementos del SMI probablemente no acaben aquí, ya que el programa del PSOEpretendía elevar el SMI hasta el 60% del índice de Kaitz (el porcentaje que supone el SMI con respecto al salario medio). Este, en el tercer trimestre de 2019, según datos del INE , se situaba en 1.876,95, por lo que el 60% del salario medio se correspondería con 1.126 euros, aunque parece ser que la intención es elevarlo hasta 1.200 euros a final de legislatura .
El umbral de 60% de la renta media (bruta) es una recomendación del Comité de Derechos Sociales del Consejo de Europa, pero no es vinculante, y no deja de ser un criterio arbitrario. En este sentido, la Comisión Europea sugiere varias alternativas menos ambiciosas, como por ejemplo fijar el SMI al nivel del umbral que marca la UE para el riesgo de pobreza, el 60% del salario mediano.
La elección de salario mediano como referencia cobra más sentido cuando además consideramos que la propia subida del SMI afecta al salario medio distorsionando el índice de Kaitz, cosa que no ocurre con el salario mediano, salvo que se produzca un efecto de deslizamiento sobre el resto de la estructura salarial.
Motivos por los que a nivel europeo se tiende al objetivo de un SMI con respecto al salario mediano nacional, siendo este inferior al salario medio.
Sin embargo, en España, las recientes subidas ya han dado lugar a superar en España ese nivel del 60% de la mediana , lo que, como indica M Jansen , no parece razonable que España se marque este objetivo cuando presentamos una tasa de desempleo cercana al 14%, que se corresponde aproximadamente con nuestro nivel de paro estructural . Definido este por la OCDE como aquella consistente con una tasa de inflación constante, ya sea la tasa de desempleo no aceleradora de salarios (NAWRU) como la tasa de desempleo no aceleradora de inflación (NAIRU).
Además del nivel de SMI alcanzado, es importante recordar que la subida del SMI no afecta a todos los trabajadores, sino a cierto segmento de los mismos, concretamente aquellos de menor cualificación, como sector agrícola y empleadas de hogar, y jóvenes; dependiendo los efectos de la subida de la velocidad a la que esta se produzca, pero sobre todo de la posición del ciclo económico en que nos encontremos, de tal forma que en la situación actual, con un crecimiento del 1,8% se puede seguir creando empleo. El problema surgirá si continúa y se agudiza la desaceleración económica que se viene produciendo los últimos años (figura siguiente), a lo cual puede contribuir tanto el entorno internacional como las medidas de índole económica que tome el gobierno.
Figura.-INE. Nota de prensa. Avance de Contabilidad Trimestral correspondiente al 4T de 2019
Y en este sentido, es necesario recordar que el desempleo juvenil en España, con datos estacionalmente ajustados, llegaba al 30% a final de 2019, el mayor de la UE-28 (no hay datos de Grecia para esa fecha), más que duplicando la tasa de esta y la tasa de desempleo total español.
El gobierno insiste en que la evolución reciente del desempleo no está relacionada con el SMI. Sin embargo, el análisis de los datos de evolución del número de ocupados entre 20-24 años en el último año en nuestro país parece desmentir, por lo menos parcialmente, estas afirmaciones, ya que parecen indicar que en determinadas CCAA si se puede establecer cierta correlación, tal como muestra la figura siguiente.
Figura.- Análisis de correlación entre el PIB per cápita y variación en el número de ocupados de edades comprendidas entre 20-24 años de cada CCAA. Datos INE ocupados (variación entre el 3T de 2018 y 3T de 2019) y PIB per cápita .
Los datos de la figura anterior muestran una correlación negativa de 0,55 (significativa con p<0,05), entre el PIB per cápita de cada CCAA y la variación del número de ocupados de la población cuya edad comprende los 20-24 años, encontrándose presumiblemente muchos trabajadores de esta edad sujetos al SMI. No siendo esta correlación observada cuando se analiza toda la población trabajadora en relación al PIB per cápita, sugiriendo que las CCAA con menor PIB per cápita son más susceptibles de sufrir, a través de una menor ocupación de los trabajadores jóvenes, los efectos de una subida del SMI.
La gráfica anterior muestra como en las CCAA de menor renta per cápita, indicativo de menor actividad económica, sufren en mayor medida los efectos de la subida del SMI efectuada desde comienzos del año 2019. Motivo por el que sería conveniente plantearse un SMI distinto por CCAA, que podría articularse a través de un SMI estatal bajo que podría ser modificado por las CCAA con mayor PIB per cápita, lo que daría además más capacidad de gestión a las CCAA, sin perjuicio de establecer otro SMI más reducido para jóvenes que podría elevarse progresivamente con la edad.
En esta situación, elevar el salario mínimo, por lo menos en las CCAA de menor PIB per cápita, solo incide en agravar la catástrofe del desempleo juvenil, que presenta muchas derivadas. Desde la mayor dificultad para formar hogares y contribuir a incrementar la tasa de natalidad y revertir el cambio demográfico, hasta asegurar el futuro del país. Ya que no debemos olvidar que el capital humano es un factor esencial de la productividad y crecimiento económico, y el capital humano aumenta con la experiencia laboral. Cuando además, si la situación económica de nuestros jóvenes empeora, no debemos descartar que emigren, lo que se denomina ahora “votar con los pies”, reduciendo la población activa joven.
En cualquier caso, la elevación del SMI elevará el porcentaje de trabajadores acogidos al mismo así como el porcentaje que supone el SMI con respecto al salario medio o mediano (figura siguiente), lo que redundará en el coste empresarial, que puede reaccionar frente a esta subida de distintas formas, ya que la evolución de la ocupación es solo uno de los mecanismos que tiene el sector empresarial de equilibrar los desajustes provocados por elevaciones del SMI, tal como veremos en posteriores artículos.
Figura.- Salario mínimo: más datos para el debate.