Nos encontramos en la temporada de presentación de resultados del último trimestre de 2018, y este artículo de Vitaliy Katsenelson (Beats & Misses, Seen & Unseen) que traducimos a continuación nos ha parecido de especial interés. Puede ayudar a los inversores a relativizar el cortoplacismo de los medios y el mercado, enfocados en si la empresa ha batido o decepcionado al consenso de los analistas en el trimestre, poniendo la mirada en el largo plazo.
Wall Street glorifica a las compañías que superan las estimaciones trimestrales argumentando que el largo plazo se compone de muchos plazos cortos. Pero superar las estimaciones de beneficios durante algunos trimestres consecutivos no conduce necesariamente a grandes resultados en el largo plazo. Esta idea asume que los cambios significativos en el negocio son visibles en los números reportados.
Esto es probablemente lo que los ejecutivos de General Electric racionalizaron a medida que destruían el "moat" o foso que protegía a los accionistas de la compañía y su respetada cultura corporativa. Su pensamiento cortoplacista se centraba en "batir las estimaciones de beneficios" trimestralmente, asegurando así revisiones al alza de los analistas que parecían no tener fin. Con la salvedad de que el éxito a corto plazo de GE, que fue apreciado por el mercado, se produjo a expensas de un daño oculto a su foso (moat), su balance y su cultura corporativa.
Por el contrario, considere el caso de Apple, que publicó resultados que los analistas consideraron "decepcionantes" durante ocho trimestres consecutivos (tres vidas enteras para Wall Street) previos a 2007. Durante ese tiempo, Apple estaba invirtiendo cada dólar de sus recursos en I+D en el desarrollo del iPhone. No podía contratar a los ingenieros adecuados con la suficiente rapidez y, por lo tanto, debía atraer a los ingenieros que habían estado trabajando en el Macintosh (que entonces era el pan de cada día de Apple), lo que retrasó la introducción de los nuevos ordenadores unos pocos trimestres (esto ocurrió realmente). ¿Esos resultados negativos a corto plazo restaron del valor de la empresa, o fueron decisivos para sumar billones de dólares de ingresos a Apple?
Las decepciones (misses) y sorpresas positivas (beats) de estimaciones trimestrales muestran sólo lo que se ve a simple vista, pero los verdaderos inversores son capaces de ver lo que no se ve.
Con el lujo de la retrospectiva, elegí dos ejemplos, GE y Apple, que parecen demostrar que las decepciones de estimaciones son fantásticas y que las sorpresas positivas son malas, pero tampoco esto es cierto. Forman parte del vocabulario de reality show de la televisión financiera, en el que elijo no participar. Facebook, por ejemplo, fue acusado recientemente de utilizar la psicología de los juegos de casino para conseguir que sus usuarios vuelvan a entrar a la red social a ver si sus mensajes o fotos familiares tenían "like". Las "decepciones" (misses) y las "sorpresas positivas" (beats) trimestrales no son muy diferentes; añaden emoción a la inversión y convierten a los inversores desprevenidos en apostadores.
Esto no significa que un inversor deba ignorar por completo lo que sucede a corto plazo, sino que los resultados trimestrales deben considerarse siempre en el contexto adecuado: el contexto del largo plazo.
El pensamiento a largo plazo debe estar profundamente integrado en tu análisis de las acciones. Un modelo de análisis como el del descuento de flujos de caja (DCF) te obliga a valorar una compañía de la manera en que valorarías un negocio no cotizado, trayendo los flujos de caja que se encuentran décadas en el futuro, al presente.
Pero el análisis DCF, aunque bien fundamentado, es un modelo crudo que es más útil en los extremos de valoración de una empresa, cuando una empresa está salvajemente sobrevalorada o infravalorada. Por eso tiene sentido estimar el valor de una empresa en base a los múltiplos de beneficios. En mi proceso, miro los beneficios esperados de una compañía en los próximos 3-5 años y luego los descuento al presente (convirtiéndolos a dólares de hoy). Esta es la clave: al mirar los beneficios de una empresa tan lejos hacia el futuro, amortiguas el ruido de los beneficios trimestrales (la histeria de "¿qué has hecho por mí recientemente?") y te centras en el futuro.
Nota del autor:
Vitaliy Katsenelson es el CEO de Investment Management Associates, que tiene poco que ver con la empresa de inversiones al uso (de verdad, echa un vistazo.)
¿Cómo invertir en este mercado sobrevalorado? Nuestra estrategia se desarrolla en este detallado artículo.
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