Leo este artículo sobre los cinco sabios y las lecciones del caso griego., y veo que, fieles a su intención de contarnos el mundo como debería ser en vez de simplemente tal como es, los de El País evitan con toda la cara denominar a los cinco sabios alemanes como los denomina todo el mundo, y no solo en el económico. Ya saben, aquella enfermedad de no recuerdo quién, ¿aquello de Humpty Dumpty, quizás? que también padeció papá Felipe González, y por la cual las palabras no significan sino lo que desea quien las pronuncia. Y lógicamente, a gusto del orate, cada vez una cosa distinta. Para los que sufren esa patología la palabra "mesa" no significa lo que Vd. cree, y nunca lo significará. Dependerá siempre de ellos, y de cómo evolucione lo suyo. El asunto es que mientras algunos, generalmente autodenominados "progresistas", nadie sabe porqué, pasan su vida intentando proyectar en cabeza ajena el cristo vital que tienen en la propia, hay otros que disfrutan de aquella encarando la realidad desde la realidad, y la utopía también desde la realidad. Hay gente adulta, se lo juro.
Pero vayamos por partes. Estos autodenominados "progresistas", nadie sabe porqué, parten de la base, se supone que fundada, de que los griegos llevan más de cincuenta años siendo un grupo de personas de lo más lúcidos, inteligentes y respetables. Y a partir de ahí se montan una peli progre e intentan vendérnosla a los demás de la misma manera que aquel chalado de "El Show de Truman", Ed Harris, le enmarcaba la vida con la intención de protegerle a Jim Carrey. Y una vez su pedrada encuadra y dirige el punto de vista de la masa, resulta que quienes observan la realidad de los hechos sin permitir que nadie les enmarque su vida, y concluyen sencillamente que los griegos contemporáneos no son sino una banda desafinada con la que mejor no cruzarte en la escalera, son para aquellos de la pedrada unos nosequé, unos pascuál y unos nosecuál; y los juntan y se se juntan, los de la pedrada, en la mayoría de las radios, de los periódicos y en todas y cada una de las televisiones españolas a fin de fijar ese bla, bla, blá, y bla, bla, blá constante, machacón e interminable con el que día a día se desayuna el Jaime Carrey . (Por cierto, donde pone griegos puede Vd. poner catalanes, venezolanos, andaluces, argentinos...). Todos ellos, con el micrófono que les ponen a su disposición todos los días, desde la mañana hasta la noche, hablan, hablan y hablan de lo suyo, y citan, citan y recitan una y otra vez a Krugman, a Stigliz, y ahora ¡¡ lo más chic, lo último Thomas Piketty, y regresan luego a casa con esa supongo satisfacción que imagino debe producir ese mix de mamada hecha, alma henchida y bolsillo lleno.
El asunto es que hay personas, se lo juro, a los que eso de la genuflexión cotidiana no les hace ni puta gracia. Y además pasan olímpicamente de que cada dos por tres venga un mindundi a tocarles los cojones. Y resulta que esas personas, como consecuencia del caso griego, se han dado cuenta de que de la misma manera que a los españoles de la Transición no se nos pasó por la cabeza que las Comunidades Autónomas, los partidos políticos y los sindicatos pudieran llegar a convertirse en lo que se han convertido, a ellos tampoco se les pasó por la cabeza que pudiera existir gente en Europa capaz de hacer cosas como las que han hecho, hacen y siguen haciendo los griegos, los andaluces y los catalanes. Y como a esas personas no les gusta que ningún mindundi venga a tocarles los cojones, ni solo ni acompañado, y tampoco les gusta que ningún mindundi venga a tocarles algo tan importante como la divisa, pues resulta que ya se han puesto a legislar las condiciones de salida. Sin esperar a ver qué dice la línea avance/descenso. Unos raros.
Hola Ricardo, hace años que no veo la televisión (sólo series, a poder ser de la HBO) y por poner un ejemplo, me enteré de lo del león de Zimbabwe y su dentista de Minnesota por la BBC
En tiempos de Franco las noticias españolas eran casi mentira, y en eso seguimos
Un abrazo
Así es. Ahora no es que las noticias sean mentira o no, sino que con una simple selección de las mismas por parte de Berlusconi, el de A3 y los de Prisa, y su repetición a todas horas y por todos los canales a la vez - antiguos y nuevos - se produce una realidad virtual creada a través de un único punto de vista.
El gran hermano en su versión original, la de 1984, las burocráticas mentes de la vanguardia más rancia (nada que ver con el periódico en catalán, o sí) tratando de hacer más único el pensamiento único, que diría el Sr. R B
Nunca mejor dicho, Enrique. Una maravilla tu reflexión.
Además es que van los tíos de eso: de la vanguardia -efectivamente, de la catalana también -, el progresismo, y la excelencia guay. Pero todos los atributos supuestos, sobreentendidos y autoregalados por ellos mismos y que no han separado una mínima prueba del algodón: tras la adolescencia de cuarenta años contra el franquismo, de camino a otros cuarenta de infantilismo a lo Bejamin Button.
"...que no han superado la mínina prueba del algodón..."