El decálogo del inversor inteligente (I)

1 de octubre, 2012 0
Trading Systems Developer - Equity & Derivatives Trader #LET
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Desde hace ya tiempo se puede encontrar en la red –por ejemplo aquí- una recopilación de las reglas que nos ofrece la escuela del Value Investing para salir triunfantes de nuestras inversiones. No creo que esté de más repasar y actualizar el sabio decálogo para que nos ilumine a la hora de poner nuestros ahorros en juego.

Los grandes referentes del Value Investing se han diferenciado de los gurús de otras corrientes de inversión por una patente preferencia por explicar y argumentar su entrada o salida de compañías con sencillez y utilizando un vocabulario carente de cualquier complicación técnica. En España, los adjetivaríamos como campechanos, sin embargo el primer campechano del reino ha arrastrado en su caída no sólo a una institución, sino lo que es más importante, ha manchado de tierra y lodo la connotación positiva de esta palabra. Por lo tanto el aforismo del Value Investing seguirá siendo: Keep it Simpley no Mantente campechano –como siempre lo he traducido en mi cabeza-. Ahora pasemos a repasar estos diez consejos:

1. INVIERTE
La solución más racional para protegernos de la inflación –en plena curva ascendente actualmente- o la expansión crediticia –la creación artificial de crédito por parte del BCE y sus planes de compra de deuda soberana o los Quantitative Easing de la Fed.- es poner nuestro dinero en movimiento.

La conclusión es clara, si mantenemos nuestro dinero –ya sea en billetes o en una cuenta corriente- el efecto perverso de la inflación se traducirá en la pérdida de poder adquisitivo. Guardando el dinero en el colchón no solo estaremos oportunidades de que nuestros ahorros sigan creciendo sino que además irán perdiendo valor con el paso del tiempo. Podemos hacernos una idea utilizando esta calculadorapara conocer la pérdida del valor adquisitivo del dólar; por ejemplo $1.000,00 del 2000 equivalen a $1253,30 del año 2010. El gráfico de Sean Malone –colaborador del Mises Institute- no deja lugar a ninguna duda:
Imagen

Por lo tanto si queremos evitar una erosión continúa de nuestros ahorros debemos invertirlo de alguna forma ya sea en un depósito a plazo, acciones, materias primas, futuros, bienes inmuebles, fondo de inversión, arte, deuda privada…

La Inversión en Valor nunca ha escondido su preferencia por las acciones –renta variable- ante cualquier otro tipo de activo financiero como por ejemplo la renta fija ya sea esta pública –los populares bonos a 10 años de España y Alemania- o privada –deuda emitida por las compañías para recabar financiación-. Siguiendo los cálculos del Profesor Karl B. Diether observamos la enorme diferencia entre invertir entre Renta Variable y Fija:

Take Two Interactive Software Inc. la compañía creadora de estos videojuegos y que cotiza en Nasdaq. Los amantes de los juegos más arcade pueden echar un vistazo al comportamiento de Electronic Arts en los mercados de capitales.

Así las cosas, debemos ponernos una serie de límites como por ejemplo geográficos o sectoriales y no tratar de engañarnos a nosotros mismos comprando acciones de un activo muy sofisticado que en el fondo de nuestros corazones sabemos que no llegamos a comprender, nuestra pulsión se reduce a irnos de guays pero debemos tener bien presente que si escuchar la última tontería del rock alternativo británico no tiene ninguna grave consecuencia para nuestros ahorros -salvo pagar una entrada para ver a un borderline golpear una pandereta-  invertir en algo que desconocemos traerá efectos ruinosos.

3. CONÓCETE A TI MISMO: ¿Cuánto riesgo puedes soportar?
La subjetividad es, como en la Escuela Austriaca, un pilar fundamental para el Value Investing. Por lo tanto no existe la inversión perfecta sino que es perfecta cuanto más se adecua a tus necesidades. Al hablar del riesgo que estamos dispuestos a soportar no queremos insinuar que aquellos que opten por operaciones con riesgos elevados sean más viriles -los Übermensch de las finanzas- sino que las personas invierten sus ahorros con unas metas más o menos delimitadas como por ejemplo:
  • Plan de jubilación
  • Financiación de estudios superiores 
  • Protección ante imprevistos -colchón financiero 
  • Compra de una vivienda
  • Beneficio en el corto plazo…

Deberemos preguntarnos previamente:
¿Cuándo y cuánto dinero necesitaré? Al dibujar con claridad nuestros objetivos será más sencillo poder medir y comparar la rentabilidad de nuestras inversiones en función de aquellos.
¿Tengo la capacidad financiera y la entereza para aguantar pérdidas? Debemos de ser conservadores a la hora de poner nuestro patrimonio en juego porque podríamos quedarnos sin ningún margen de maniobra ante una eventual necesidad acuciante –enfermedad, problema laboral…-.
¿Cuál es el peor escenario posible? Ayuda también a que seamos conscientes de las pérdidas que podríamos sufrir.
¿Tengo algún Plan B? En caso de que haya tomado la decisión errónea cómo podría enmendarla o sobreponerme a la misma
Todas estas preguntas se pueden reducir a la siguiente:
¿Cuánto dinero puedo perder?Responde a esta pregunta Mark Holowesko legendario Value Investor

5. LOS SENTIMIENTOS NO SON BUENOS CONSEJEROS

La presión a la que se ve sometida a día de hoy un inversor se ve multiplicada por la omnipresencia de las noticias bursátiles en los medios de comunicación. Si hemos decidido invertir a medio plazo –digamos a tres o cinco años- nuestra capacidad de análisis estará en serio peligro si seguimos al minuto el comportamiento del mercado. Debemos ser consecuentes con el plazo de inversión y objetivos que hemos decidido con anterioridad y mantenernos fieles a ellos. Una vez que comencemos a zozobrar por declaraciones de presidentes del gobierno, altos cargos de la Unión Europea, miembros de la Fed. no estaremos más que confundiendo las bases de nuestra inversión. Si basamos nuestra inversión en la salud financiera y las líneas de negocio de una empresa deberíamos estar pendientes de que las mismas no se deteriorasen pero no pretender abarcar y procesar todos los movimientos diarios de los mercados y sus motivaciones.

La esencia del análisis del inversor inteligente es puramente subjetivo pero esto también implica serestricto con las decisiones tomadas y mantenerlas siempre y cuando no varíen las condiciones que formaron parte del análisis como por ejemplo un agujero contable oculto o la entrada de competidores que reducen el margen de beneficios de nuestra compañía.

Peter Lynch en One Up on Wall Street recela de la idea de invertir con el sentimiento de mercado o hacer lo opuesto –defendido por los contrarian- y por medio de una reductio ad absurdum expone sus ideas:

"Some have fancied themselves contrarians, believing that they can profit by zigging when the rest of the world is zagging, but it didn't occur to them to become contrarian until that idea had already gotten so popular that contrarianism became the accepted view. The true contrarian is not the investor who takes the opposite side of a popular hot issue (i.e. shorting a stock that everyone else is buying). The true contrarian waits for things to cool down and buys stocks that nobody cares about, and especially those that make Wall Street yawn (bostezar)."
5. VIGILA LOS COSTES: Pueden convertir el éxito en fracaso
En España gracias al Sr. Montoro, ya estamos más que avisados que harán todo lo posible por llevarse nuestras ganancias en bolsa, sin embargo no actuará con los pequeños inversores como lo ha hecho con las cajas de ahorros, esto es, socializando las pérdidas tan solo vendrá a reclamar parte de los potenciales beneficios. Por estas razones debemos estar preparados mentalmente para los continuos rejones que recibiremos: comisiones, custodias, tasas, divisa, gastos de gestión y liquidación… siempre debemos trabajar en nuestra mente con ganancias netas ya que las brutas –sin deducir gastos corrientes- facilitan el autoengaño, el trastorno más común del inversor no inteligente.
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En el próximo post completaremos el decálogo con las cinco reglas restantes

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