Ya saben que Acerinox es uno de los valores que sigo habitualmente y sobre los que he escrito varios artículos a lo largo de estos meses. Es una empresa en la que tienen influencia directa y a la vez varios factores interconectados entre ellos, como en todas las empresas, pero que en este caso hacen que el valor se mueva con cierto recorrido arriba y abajo. Lo que en sí mismo constituye una buena definición de volatilidad.
Los factores a los que me refiero son el precio del níquel, del acero, la demanda del mismo y las divisas, en particular la relación euro/dolar. Como pueden imaginar, y teniendo en cuenta estos ingredientes, el tobogán lo es por definición, lo que desde mi punto de vista requiere en consecuencia de un cuidador de trazo fino.
En el gráfico diario que les adjunto he añadido en azul los desplazamientos que ha realizado el precio en la acerera española desde la apertura de esta mañana hasta prácticamente el momento en el que escribo. Como pueden ver, con el hueco de apertura ha quedado violada la linea de cuello de la figura de hombro, cabeza, hombro que había ido dibujando el precio durante los últimos cinco meses.
Sin embargo, hoy, y en un solo día, el precio ha roto la citada línea de cuello-soporte, ha cumplido todo el objetivo teórico de caída de la figura -- la línea de cuello era la zona por donde se encontraba doblada una hoja de papel, cuyos dos extremos se encontraban a la altura de la coronilla de la cabeza; hoy la hoja se ha desdoblado con rapidez y ha alcanzando de golpe la máxima distancia posible entre los dos extremos de la misma -- ; y seguidamente el artista ha girado de nuevo el precio con violencia hasta llevárselo en esta ocasión contra la línea de cuello, convertida ahora en zona de resistencia.
En definitiva, algo que podía haberse tardado en formar días, semanas o meses, dibujado en menos de la mitad de una sesión. Lo dicho, un artista.