Continuando con la visión general de las empresas del IBEX Medium Cap a la luz de los resultados del 2015, contextualizados con la trayectoria de cada miembro de este ilustre índice desde el referencial ejercicio de 2007, pasamos hoy al penúltimo y más importante capítulo. Una vez depurado el índice de perdedores y novatos así como identificados los casos especiales y aquellas compañías que pertinazmente obtienen siempre beneficios, toca hablar del grupo más interesante de entidades para el pequeño y no tan chico inversor: “los crecedores.”
Cualquier empresa que desde el año 2007 hasta ahora haya logrado la proeza de incrementar su patrimonio neto, sus ventas y sus beneficios (con respaldo de la caja) merece nuestro respeto y, por supuesto, atención. El problema del crecimiento suele ser la referencia del mismo. La inflación nos parece, en este sentido, una buena manera de señalar lo mínimo que debemos exigir a una compañía en términos de crecimiento. Sin entrar en discusiones macroeconómicas y de qué parámetro es mejor o no, Quiet Investment ha elegido el Índice General de Precios al Consumo, el IPC. Y la cuestión no parece sencilla. Veamos por qué.
Desde que en 1999 se establece el cambio fijo entre peseta y euro esto es lo que la inflación medida a través del IPC le ha hecho a 10.000€ en los últimos 17 años:
A la chita callando y como quien no quiere la cosa el euro ha perdido una tercera parte de su valor depreciándose de media un -2.34% anual. Quizá por ello exigir un crecimiento mínimo en patrimonio, ventas y beneficio del 3% compuesto anual no parezca descabellado. Sin embargo, el mundo ha cambiado. En los años burbujiles que van desde el 2002 al 2007 el IPC medio en España fue del remarcable -3.4% anual. Tremendo. Y fue hace nada, como quien dice. Sin embargo, vivimos tiempos extraños. Tan extraños que desde el pinchazo burbujero hasta ahora, esto es, entre 2008-2015, la tasa media del IPC ha sido del -1.23% anual y entre el 2013-2015 hemos experimentado una deflación del 0.70%. Nos parece un error dar por finiquitada la inflación pero al mismo tiempo no creemos que haya que ignorar un nuevo escenario del cual nadie, absolutamente nadie, conoce sus efectos futuros en medio de un inusual entorno de tipos de interés 0 o incluso negativos. No sería la primera vez en la historia que se da por muerta a la inflación cuando lo cierto es que ésta ha estado casi siempre viva. Puede que ahora ande de parranda. Pero nadie sabe nada. Ni puede saberlo.
De ahí que nuestra referencia de crecimiento mínimo exigible a una empresa se quede en la tasa media de inflación del escenario más reciente de referencia, el período 2008-2015, redondeada para arriba. Es decir, que calificamos a una compañía como “crecedora” si ha logrado, al menos, aumentar su patrimonio neto, sus ventas y sus beneficios como mínimo un 2% compuesto anual. Poco parece pero casi nadie lo consigue. Tres empresas y media lo han logrado en el IBEX Medium Cap.
Estas son las cuatro princesas acerca de las cuales haremos un breve comentario pues estas crecedoras precisan de su correspondiente matiz:
Faes Farma, sin deuda se vive mejor
La farmacéutica comercializa una molécula denominada bilastina bajo la marca Bilaxtendesde el año 2010. Este antihistamínico ya se ha hecho con un 25% del mercado nacional y promete más alegrías para la entidad. La empresa, líder también en alimentación porcina a través de una entidad llamada Ingaso Farm, ha obtenido en 2015 su mejor cifra de ventas del período que comienza en 2007. Sin entrar en más detalles acerca de su actividad, pues no es el objeto de este post, nos gustaría comentar un par de cosas.
En términos de crecimiento la empresa pincha en el capítulo de las ventas, cierto. No obstante, las perspectivas de cara al futuro son halagüeñas dado la larga vida que le espera a su nueva patente. Pero es que, además, Faes es un ejemplo de la importancia que tiene la voluntad de los gestores de priorizar unas cosas sobre otras. Faes carece de deuda. Nunca ha tenido demasiada. Sin embargo, desde el 2012 hasta ahora la compañía ha optado por un desapalancamiento radical a costa del dividendo en metálico y actualmente es de las pocas entidades de nuestro mercado con caja neta, unos 32 millones.
Frente a la obsesión enfermiza del dividendo, presente en muchas de nuestras cotizadas, Faes ha elegido la salud financiera. Lo cierto es que no deber nada o casi nada significa una cuenta de resultados no torturada por los gastos financieros y la posibilidad de mejorar los márgenes. Así, en 2014-2015 el margen neto de la empresa ha sido del 14%-16% y los retornos obtenidos sobre el capital empleado del 15%-16%. Cifras magníficas que esperemos continúen.
Como la verdad es que las ventas no han aumentado ese mínimo del 2% anual no la consideramos aún como “crecedora pura” pero las perspectivas indican que probablemente entre en ese elitista grupo en 2016, ya a la luz de los resultados que nos ofrece una década de análisis.
Ebro Foods, locos por la pasta
El caso de Ebro ya entra en la categoría de “crecimiento puro” a pesar de que en el apartado de las ventas flojee un poco. La arrocera-pastera internacional ha experimentado una gran reordenación de su negocio desde el 2007 y basado su expansión internacional en el crecimiento inorgánico a través de adquisiciones. De hecho, el peso de su fondo de comercio en el total del activo es elevado, casi un 30%. Normalmente estas cosas acaban mal. Excepcionalmente no. Como en el mundo de la inversión no hay reglas generales de carácter matemático Ebro entra en la categoría de entidad gestionada prudentemente y con una deuda reducida en relación al motor económico de la entidad que ha logrado crecer de manera inorgánica sin liarla parda. Bien hecho.
Al contrario que Faes no se trata de una empresa de márgenes elevados, su margen neto se mueve entre el 6%-7%, ni de retornos sobre el capital grandes, que ciframos en el 6%-8%. Pero tiene un negocio sólido y defensivo que ha mejorado con el tiempo en gran parte fruto de acertadas decisiones corporativas y tras abandonar y vender negocios ajenos al mundo de la pasta y el arroz. Esto le ha permitido entre el 2007-2015 repartir en dividendos el 71% de su flujo de caja libre una vez atendidas sus necesidades de inversión.
Como matiz habría que señalar que si el beneficio ha mejorado se debe al cambio en el rumbo de la entidad desde el 2009, cuando se deshace de los negocios menos rentables y se centra ya en lo que le interesa. Sin embargo, también hay que añadir que la empresa no ha experimentado un aumento significativo de su beneficio y, de hecho, entre el 2009-2015 habría que decir que éste se ha estancado. Pero es que tampoco se puede pedir más a este negocio que depende de una buena gestión para mantener unos márgenes y retornos aceptables, que no elevados. No obstante, ahí está Ebro haciendo las cosas un poco mejor cada año aunque no se espere de ella tasas descomunales de crecimiento. Aquí se ofrece solidez y lenta mejora. Esperamos que así siga siendo.
Prosegur, vigilando el crecimiento
Hay variedad en el IBEX Medium Cap. Sector farmacéutico, sector alimentación y ahora, con Prosegur, sector servicios. Al igual que Ebro el beneficio de Prosegur también muestra estancamiento desde el 2009 y ese es el matiz que hay que hacer. Con márgenes netos aún más modestos, entre el 4%-5%, la multinacional de la seguridad privada ofrece retornos sobre el capital empleado del 12%-13%. Teniendo en cuenta que su principal partida de gasto en la cuenta de resultados son los gastos de personal, lógicamente, esto es de lo más normal.
Al igual que Ebro, curiosamente, también ha repartido en dividendos el 71% de su flujo de caja libre entre 2007-2015. Ambas entidades han primado el reparto manteniendo unos ratios de deuda/Ebit moderados, no mayores de 3. La verdad es que no se puede decir que ambas compañías se hayan comportado de manera irresponsable en este aspecto porque la fortaleza de sus respectivos negocios así se lo permite. Pero es bueno que el inversor sepa que el efectivo sobrante de las actividades de explotación menos las de inversión se dedican a repartir pasta.
Si una empresa considera que no tiene mejores alternativas de inversión puede hacer dos cosas con el dinero sobrante una vez atendidos los gastos de capital: librarse de la deuda o repartir el dinero entre los accionistas. O ambas cosas. En Prosegur más bien repartir el dinero manteniendo unos ratios de endeudamiento limitados. Tanto para este caso como para Ebro el inversor debe saber que ambas compañías tienen margen para invertir más o bien para desapalancarse. También sabe que la solidez de sus negocios permite un reparto generoso pero no extraordinario así como un crecimiento moderado, que ya es bastante visto el panorama.
Viscofán, envoltorio de calidad
Probablemente la mejor compañía del mundo en el sector de los envoltorios cárnicos. Desde luego, una de las mejores de España. En términos de ventas sus cifras de crecimiento no son espectaculares pero su gradual desapalancamiento y la mejora de la eficiencia de la entidad acompañada de su posición dominante en el mercado le han permitido crecer de manera continua y progresiva, sin los golpes por etapas que muestran por ejemplo Prosegur o Ebro y sin que nada parezca, además, amenazar su reinado.
Viscofán es generosa con el accionista, a quien le ha regalado el 70% de su flujo de caja libre vía dividendos, cada año mayores. De todo el IBEX Medium Cap la entidad “tripera” es la que ofrece más elementos de calidad y un foso competitivo más amplio. Con márgenes brutos de casi el 47% en un negocio no regulado y márgenes netos del 15%-16% genera retornos sobre el capital empleado del orden del 16%-17% y mejorando. Parafraseando a Buffett tampoco parece que Internet vaya a cambiar la manera que tiene la gente de comer salchichas.
En términos de crecimiento es la compañía del IBEX Medium Cap que ofrece unos parámetros más regulares, continuados y estables. Sin deuda relevante y la más baja de los últimos nueve años es el elemento más sobresaliente de la mediana capitalización española y todo un ejemplo de buena gestión y práctica corporativa virtuosa. Buen negocio, bien gestionado y creciendo cada año un poco más. ¡A comer!
Los crecedores del IBEX Medium Cap
Esta cuatro empresas, con negocio diferentes que poco se parecen unos a otros, constituyen un ejemplo prolongado en el tiempo de crecimiento virtuoso. En los cuatro casos destaca la poca querencia por los recursos ajenos o el mantenimiento de bajos niveles de deuda haga lo que haga la inflación y esté como esté el panorama de los tipos de interés. Faes tiene muy buenas perspectivas y probablemente se convierta en el futuro en miembro de pleno derecho de los crecedores natos. Ebro y Prosegur mantienen perspectivas estables y gran solidez con una buena diversificación internacional de las ventas y con vistas a seguir mejorando. Viscofán juega en otra liga y por el momento no se ven nubarrones en el horizonte. Es la mejor de las cuatro y una de las mejores de nuestro mercado continuo.
El inversor tiene la opción de mantener en el tiempo una cartera o mini-cartera de entidades de este tipo acerca de las cuales no se perciban cambios disruptivos de envergadura que hagan peligrar sus negocios. La solidez de los cuatro negocios es diferente en cada caso, cierto, pero la gestión es buena en todos ellos y cabe aún la mejora. Son compañías que sí pueden permitirse la generosidad con el accionista y que además tienen margen de caja para emprender otras actividades o mejorar sus estados financieros.
No las pierda de vista.