Frances Coppola pone en su sitio a los alemanes. El ministro de finanzas alemán, Schaueble, se ha quejado a Draghi porque su política de bajos tipos de interés está desincentivando el ahorro de los alemanes.
Vana pretensión, que algo afecte a la ganas, ansias, de ahorrar de los alemanes. Si hay una prueba viviente de que la virtud de ahorrar se convierte en vicio horrendo, es en Alemania.
Alemania tiene un Ahorro Neto igual al 8% del PIB, es decir, que tiene un superávit exterior de ese volumen, puesto que por definición, Ahorro-Inversión = -(necesidades financieras netas exteriores).
Pero antes de seguir con Alemania, quisiera desmontar el mito de que el ahorro siempre es bueno. El ahorro es bueno cuando se deposita en un instrumento de valor estable. ¿Qué quiero decir con esto? Primero, que el ahorro siempre se deposita en un instrumento financiero, sea dinero líquido, sea ladrillo, sea acciones o bonos, sean éstos privados o públicos. El ahorro es aplazar el consumo, y necesariamente pasa por mantenerlo en dinero o colocarlo en otro instrumento.
El ahorro es bueno cuando sirve a los intereses del que lo hace. Si quiero hacer una hucha para cuando mis hijos estudien una carrera, lo que es un buen fin, necesito una serie de condiciones para alcanzar razonablemente el objetivo.
Primero, necesito una cierta, probable, seguridad de que mi renta va a ser estable, y que la rentabilidad real se va a mantener, y que los impuestos no van a interferir con mis planes; además, necesito que el instrumento en el que deposite el ahorro -bonos, pisos, acciones, etc- no sufran caídas de precios ruinosas.
Un ahorro depositado en un solo instrumento, que luego cae inesperadamente de precio y hace que pierda la mitad del esfuerzo (el no consumo), es un ahorro despilfarrado, tirado a la basura. Mejor no haberlo hecho. Ejemplo, el ahorro/inversión de los españoles en ladrillo, o en acciones de Bankia. Cuántos no han llorado amargamente haberse hipotecado o haber comprado dichas preferentes.
Por eso, Cullen Roche, en su "Pragmatic Capitalism" recomienda separar nuestra cartera en dos partes bien diferenciadas: una, conservadora, para conservar el valor de nuestro ahorro, y otra, más especulativa, pero bien separada, con la que uno puede dar rienda suelta a sus ambiciones. Esta segunda no debe alimentarse del capital de la primera.
Obviamente, un piso nunca debe ser considerado parte de la primera cartera. Ni unas acciones. Es más, un piso, como de muestra el autor citado, nunca es un bien negocio, a menos que uno se meta al principio de la burbuja y salga un minuto antes de su estallido: aún así, si se tienen en cuenta los impuestos, su iliquidez, y los tipos de interés, no es un negocio interesante.
En suma, no hay una forma de ahorro cien por cien estable salvo el dinero... Pero este tiene el inconveniente de la inflación (o rendimiento negativo), y la posible quiebra del banco depositante... Lo que nos lleva a que el ahorro, por sí mismo, no es un bien absoluto, ni siquiera a nivel colectivo.
Los (neo)clásicos suponían que todo ahorro crea inversión productiva. De la rentabilidad de esta se retribuía el ahorro, una vez deducido el margen del intermediario. Pero esto es rotundamente falso: el ahorro no produce inversión, como demuestra Coppola para Alemania:
En Alemania, pese a lo que dice el ministro Schaueble de los bajos tipos de interés, tiene un ahorro que excede en un 8% la inversión productiva. ¿Es bueno eso? Primero, es más bien una tradición alemana, agudizada por el envejecimiento de la población. La gente, cuanto más vieja y menos hijos tiene para apoyarse en ellos, más ahorra. Y, además, no lo hace por que el tipo de interés sea más o menos alto. En la gráfica siguiente, se ve que los alemanes cada vez más ahorran en liquidez... Lógico, puesto que la inflación es cero o negativa.
El "no consumo" de los alemanes del 8% del PIB es además, un detracción del consumo global de la Zona Euro. U es una prueba d falta de confianza de los alemanes en el futuro. Como dice Coppola,
Saving in "currency and transferable deposits" (physical cash and demand deposit accounts) has more than doubled since 2001, at the expense of more risky, higher-yielding investments. German households are accepting lower returns on savings in return for lower risk and greater liquidity - a clear sign of risk aversion. They are more concerned about the return OF their money than the returns ON it.
Esta falta de confianza, o aversión al riesgo, es la causa principal de la prolongación de la crisis. No es solo Alemania, es mundial, y en todos los sectores. Es lo que hace que el ahorro mundial sea mayor que la inversionista un mundial. Es lo que frena el crecimiento. Algunos se sienten tentados de pensar que como las bolsas están altas, no hay aversión al riesgo. No tiene nada que ver. La inversión no se mide por el nivel de valoración bursátil, que no es más que manifestación de fuerte demanda de activos de segunda mano, es decir, no a la emisión. Eso no es inversión. Inversión es cuando se adquieren acciones a la emisión primaria para financiar una inversión. El simple cambio de manos de acciones en el mercado secundario no es inversión. Es un ahorro sin transición a la inversión. Su único efecto es revalorizar las acciones para beneficio del poseedor -si las vende con ganancias. De hecho, por eso no computa en el PIB. En el PIB computa como ahorro la renta no consumida.
Si en un ejercicio una persona ahorra y compra acciones en el mercado secundario, no hay ahorro neto. El ahorro con que ha comprado esas acciones es igual al desarrollo del que las ha vendido (si compr otras q un tercero, se repite último neto). A medida que pasa de manos el dinero y las acciones, el ahorro de una persona es desahorro de otra. La suma neta es cero.
¿Por qué las bolsas se mantiene altas? La política de dinero barato no se ha traducen en más inversión. No se ha roto el cortocircuito entre las diversas formas de ahorro y la inversión final. Por una parte, el coste del dinero es cero, por otra, no hay apetito de riesgo a largo plazo. Esto ha desencadenado el apetito por especular a corto plazo. La escasa rentabilidad de los bonos incita a buscarla en la especulación. Mientras haya deflación, la inversión real será baja. No es fácil invertir con volúmenes de ventas esperados negativos. A su vez, la baja inflación mantiene bajos los tipos nominales de interés... Lo cual alimenta la búsqueda de rentabilidades en la especulación bursátil.
No sé cuánto tiempo puede durar, pero puede durar mientras los bancos centrales mantengan sus tipos de interés bajos, y no se produzca un "evento" inesperado. Un cisne negro que haga dudar de la sostenibilidad del apalancamiento/capitalización... (Gráfico proporcionado por Leandro García Núñez)
Con todo, no creo que dure indefinidamente. El crecimiento cero produce malestar social creciente, y con ello partidos extremistas, como vemos en toda Europa. Además, produce caídas de los beneficios reales, lo que es sumamente negativo para la inversión, el empleo... Y las bolsas.
El mito del ahorro es un mito. Consumir o ahorrar es bueno o malo, depende. Todo tiene su medida. Pero eso, sí, los gobiernos deberían ser neutrales fiscalmente, no como ahora, que penalizan cruelmente el ahorro sobre el consumo. Con los impuestos que pagamos, ¿no es mejor gastárselo a que te carguen en renta por renta, y luego por renta del ahorro, y luego por plusvalías, y luego por herencias...? La actitud racional ante la alta carga impositiva para pagar gastos sociales redistributibos, es consumir y ahorrar lo menos posible, ya que parece que el estado se hará cargo de ti y de los tuyos...