Mario Draghi centraba los focos en una esperada intervención desde la última de diciembre, donde puso toda la carne en el asador con un despliegue de medidas que fortalecen el plan de medidas de QE.
El Banco Central Europeo (BCE) amplía la compra de activos con la inclusión de bonos corporativos no bancarios de alta calificación (Investment Grade), elevando hasta los 80.000 millones de euros mensuales las adquisiciones de activos con la ampliación de 20.000 millones en el programa de compra de deuda soberana.
A partir del mes de abril el BCE procederá con el cambio de incluir en su programa la compra de bonos de empresas.
Por tanto los productos Investment Grade se ven beneficiados de forma directa, mientras que los que presentan peor rating encontrarían el lado positivo en la rentabilidad de la deuda gubernamental y la evolución de los diferenciales de crédito con el nuevo programa de compras.
Se ve favorecido el crédito europeo y por tanto esperamos encontrar mayores rentabilidades en bonos emitidos en Europa, de igual manera que la renta variable europea encontraría impulsos respecto al resto del mundo.
Aumento de liquidez en el sistema y mejores condiciones a través de nuevas subastas bajo un nuevo mecanismo (TLRO II) con 4 subastas de forma trimestral desde junio con tipos progresivamente más interesantes a 4 años.
Esta medida beneficiaría a los bancos con dicha mejora de liquidez y condiciones monetarias, que pese a no tener un impacto inmediato fortalecerían la estructura bancaria.
Respecto a los tipos de interés realizó una rebaja del 0.05% al 0%, reduciendo la tasa de facilidad de depósito del -0.3% al -0.4%.
Las beneficiadas en primera instancia son las empresas al aumentar la liquidez disponible en el sistema de manera que puedan obtener financiación en mejores condiciones, de igual manera encontramos beneficiados a los gobiernos que podrán financiarse más barato.
Donde se presentó el comportamiento más confuso fue lo sucedido con la cotización del euro donde tras tener un movimiento negativo con el primer conocimiento de las medidas cayendo a 1.082, tuvo una reacción al alza tras las palabras del presidente que indicaban un cambio en la estrategia de reducción de tipos realizada hasta ahora a otras más innovadoras sin especificar. Seguiríamos apostando por posiciones largas en dólar.
Esta reacción de los mercados a las palabras de Mario Draghi fueron reflejadas en las cotizaciones de los bancos, que también reaccionaron de forma positiva por el mecanismo TLRO II pese que a priori deberían haber sido los principales perjudicados por las medidas tomadas por el BCE donde tienen más difícil sostener niveles de rentabilidad y se verán perjudicados aquellos que hayan dado créditos con bajos diferenciales sobre el Euribor. Las entidades bancarias se verán obligados a compensar esa pérdida de rentabilidad con reducción de costes de explotación o aumentando sus ingresos a través de comisiones.
Este paquete de medidas viene motivado por la lucha a la deflación, que “pese a no encontrarnos en ella hay que realizar dicha toma de medidas para no entrar en ella” afirmaba.
Atenderemos como podría actuar en próximas intervenciones, ya que solo le quedaría el paso de tipos negativos, a los que por ahora se encuentra receloso.
Es el turno ahora de la Fed que encuentra buenos datos macroeconómicos y se espera un discurso positivo pero veremos como responde a este movimiento del BCE.
Ya hay voces que alegan al buen camino en el que se encuentra la economía norteamericana cercana al objetivo de inflación, por lo que sabremos si se mantiene el programa de subidas de tipos.