Artículo de Manuel Lagares en El Mundo sobre la ejecución presupuestaria en 2016. Destaco este párrafo por una razón que luego explicaré:
El segundo aspecto que hay que subrayar es que los ingresos públicos han tenido un papel positivo pero menos definido en la reducción del déficit. Después de la subida de tipos de gravamen de los impuestos directos en 2012, la reducción de esos tipos en 2014 y 2015 se ha traducido en una fuerte caída de sus recaudaciones en el primer trimestre de 2016 y una cierta recuperación en los tres siguientes, dando como resultado total del año una modesta subida del 1,9%. En los impuestos indirectos la desaceleración de las recaudaciones parece, sin embargo, bastante más importante pese a que experimentaron apreciables subidas de tipos de gravamen en 2012. En definitiva, el conjunto de los impuestos desaceleró sus recaudaciones desde un crecimiento del 5,2% en 2015 hasta un aumento de tan solo el 1,7% en 2016, mientras que el total de los ingresos públicos también redujo en 2016 su crecimiento al 1,6% pese a que el PIB creció un 3,6% en términos nominales. Esas desaceleraciones de los impuestos y del total de los ingresos públicos han supuesto mayores capacidades de compra en el bolsillo de los consumidores y han debido impulsar el aumento del consumo de los hogares en términos reales desde un 2,8% en 2015 hasta un 3,3% en 2016. Gastos públicos prácticamente congelados e ingresos crecientes en el año, aunque de forma desacelerada, han conducido a un nivel de déficit público que nos ha permitido en 2016 cumplir rigurosamente por primera vez nuestros compromisos con Europa.
Es decir, que el déficit público se ha conseguido contener y ha cumplido con Bruselas por La contención del gasto, sobre todo por la contracción de la inversión pública un 14,3%, pues los ingresos apenas han aumentado.
Y me pregunto: ¿cómo pueden haberse estancado los ingresos después de la subidas tarifarias y un crecimiento del PIB y de las rentas del 3,6%? Me parece imposible. Otra vez la sospecha sobre el verdadero crecimiento. Si la economía crece un 3,6%, a todo lo demás igual, los ingresos fiscales deben crecer al menos eso. Pero es que, además, han subido los impuestos una burrada. ¿Dónde está lo que falta?
Luego, otra cosa: la sospecha - no sería la primera vez - que han desplazado - adelantado - ingresos de 2017 y retrasados gastos para cuadrar. Lo que habrá que volver a hacer en 2018, y el Gobierno que venga detrás que arree. Como tuvo que hacer el PP en 2012, y tendrá que hacer el siguiente en... cosa que se reprocharán mutuamente diciendo que ellos encontraron España en la ruina y blablabla...
Dejá vu.