Desplazamiento del foco de riesgos desde las economías avanzadas a las emergentes. Último informe sobre estabilidad financiera del FMI

16 de abril, 2015 0
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Se acaba de publicar el último informe de estabilidad financiera del FMI, apuntando a un desplazamiento del foco de riesgos desde las economías avanzadas a las emergentes, del sector bancario tradicional a la banca en la sombra y de la solvencia a los riesgos de liquidez. La continua asunción de riesgos financieros, los cambios estructurales en los mercados de crédito y la divergencia en políticas monetarias, ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas de carácter prioritario para hacer frente a episodios de estrés y reducir el riesgo de estabilidad financiera a nivel global.

Desde hace nueve meses, estamos asistiendo a un período de caída de los precios de la energía y materias primas, que están afectando de manera diversa a los países emergentes. Los Estados y empresas exportadoras de estas “commodities”, se han visto muy afectados, viendo cómo se reducía el valor de sus activos y aumentaba el riesgo de crédito.

La capacidad de reembolso de la deuda del sector petrolífero ha disminuido de manera alarmante en Argentina, Brasil, Nigeria y Sudáfrica, así como para los gobiernos venezolano y ruso. La rápida depreciación de las divisas de estos países está provocando salidas muy importantes de capital como respuesta a la presión para hacer frente al pago de la deuda en divisa extranjera.

La volatilidad de los principales tipos de cambio ha aumentado como nunca se había visto durante los años de crisis y la liquidez en los mercados de renta fija ha disminuido como consecuencia de un menor retorno esperado a causa de las políticas monetarias de los principales países desarrollados. Para Emergentes, la fortaleza del dólar está mejorando su competitividad internacional y sus perspectivas de crecimiento, no obstante, la mayor volatilidad de sus principales exportaciones y cruces cambiarios, han disminuido la valoración de sus empresas.

En este informe, se hace especial mención a China, que está sufriendo presiones desinflacionistas que podrían complicar la transición hacia un modelo de crecimiento más lento, mientras que la reducción de sobrecapacidad del sector inmobiliario y la banca en la sombra son los principales focos que hay atacar para evitar una pérdida de estabilidad financiera que ocasionaría tensiones a nivel no sólo regional.

Como decíamos, la presión bajista en los precios, unida a un ajuste entre la oferta y demanda en el sector inmobiliario, puede dañar la capacidad de pago de la deuda de las empresas, lo que implicaría un incremento de los spreads crediticios, principalmente en bonos high yield. También veríamos cómo las compañías más endeudadas y menos productivas desaparecen del mapa, lo cual es bueno para el sistema financiero, pero habría que asumir pérdidas y/o reestructuraciones de deuda por parte de muchos tenedores de bonos. Otros sectores que más podrían sufrir son el químico, minería y materiales de construcción, que han estado apalancándose desde el año 2009.

No obstante, debemos decir que China, a diferencia de otros países emergentes, tiene todavía espacio para aplicar políticas monetarias de carácter expansivo, punto que ha permitido la revalorización de sus principales índices bursátiles en el último mes, dado que los inversores descuentan la implantación de nuevas medias o ampliación de las actuales.

Uno de los retos más importantes de aquí a los próximos meses, es la capacidad de las empresas de países emergentes de hacer frente a la apreciación del dólar. Desde 2007 a 2014, el crecimiento de la deuda ha sido superior al crecimiento del PIB, destacando sobre todo los centros financieros más importantes de la región como son Hong Kong y Singapore.

La proporción de divisa extranjera y tenedores no residentes de deuda en moneda local se ha incrementado principalmente en Indonesia, México, Polonia, Rumanía y Sudáfrica. Para los mercados emergentes, en general, una mayor volatilidad y pérdida de confianza puede causar una reducción de liquidez importante en el mercado secundario y una rápida depreciación de sus divisas, ocasionando a su vez que inversores externos reduzcan sus posiciones en deuda local, provocando un roll-over de deuda pública.

Otro de los factores de riesgo mencionado, es la gran exposición de los bancos a deuda de empresas con dificultades para hacer frente a su pago. Los países que presentan más riesgo en este sentido son Argentina, Brasil, China, India, Nigeria y Turquía. Un impacto repentino en la salud financiera de estas empresas dependen directamente de la capacidad de los bancos de absorber las pérdidas y continuar proveyendo liquidez, ya que el mercado primario sigue jugando un importante papel en las economías emergentes.

El colchón para absorber pérdidas es particularmente bajo en Chile (aunque en menor medida), Hungría, India y Rusia, y un deterioro en los préstamos puede amenazar sus niveles de capital. El ratio de capital TIER 1 para la mayoría de emergentes está por encima de 10, sin embargo los menores ratios los encontramos en China, India y Rusia.

Los mercados emergentes deberían tratar de mitigar el impacto de los vaivenes internacionales y las presiones desinfacionistas cuando sea posible, por ejemplo permitiendo ajustes en los tipos de cambio (si no amenaza el funcionamiento de su mercado), incrementando reservas o aplicando políticas para incrementar en margen de maniobra en momentos de estrés. Se debe desincentivar la financiación de los prestatarios no viables, lo que implicará admitir “defaults”, incluso en la deuda pública. Otra de las medidas propuestas es incrementar los requerimientos de capital para empresas con gran exposición a divisas extranjeras y límites para los bancos en cuanto a este tipo de riesgo. Para asegurar el adecuado funcionamiento de los mercados, las autoridades necesitan adoptar medidas para protegerse de episodios de baja liquidez en los mercados de deuda local. Usar la liquidez para aumentar o disminuir la oferta de crédito a largo plazo y ayudar a reducir los spreads crediticios.

En Aspain 11 seguimos manteniendo posiciones en renta variable de China e India, por mayor margen en cuanto a política monetaria se refiere y el impacto positivo de los bajos precios del petróleo. Lo mismo con la deuda emergente denominada en dólares, pero estaremos muy atentos para reducir posiciones cuando comencemos a ver incrementos significativos de la volatilidad de sus divisas por la próxima subida de tipos de interés en EEUU. Evitamos de este modo la exposición a deuda emergente en moneda local y a renta variable de economías exportadoras netas de petróleo, mientras no se produzca un mayor ajuste entre oferta y demanda.

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