Las
últimas declaraciones acontecidas por parte de Janet Yellen, Presidenta
de la Fed, provocaron grandes oscilaciones en el selectivo
norteamericano S&P500 y en la fortaleza del dólar.
Tras
las políticas laxas acometidas desde la crisis de 2008, que sin duda
han ayudado a que hoy Estados Unidos cuente con buena salud tanto en los
datos de empleo como en la inflación, promediando un aumento en el
empleo de 190.000 puestos mensuales durante los últimos tres meses.
Este
es el principal argumento que sostiene una subida de tipos, y que se
estaría viendo retrasada por la cercanía de las elecciones, aunque desde
luego no tiene nada que ver con las tres subidas de tipos de interés
que la propia Presidenta auguraba para este ejercicio en el pasado mes
de diciembre.
Evolución EUR/USD durante las declaraciones
Pero
todo esto ha generado dudas y sospechas de que se esté produciendo una
burbuja, y es ahí donde se encuentran los argumentos de los que
sostienen que la actuación llevada a cabo va a traer consecuencias, y
que la situación norteamericana tiene un trasfondo no tan positivo.
Hoy
conocíamos como el índice PMI del sector manufacturero del ISM volvía a
caer a 49.4 por debajo de las expectativas de 52, pero de una forma más
preocupante al caer por debajo de 50. Dicha medida nos indica el
comportamiento de la economía y la confianza, y un valor por debajo de
50 nos estaría indicando una disminución de la actividad, que volvía a
alzar las voces más críticas con la apertura a la baja de los
principales parqués.
Además
se encuentra insuficiente la inversión en negocios, acompañado de una
baja demanda extrajera que no se ha visto apoyada por la apreciación del
dólar.
Las
palabras de Janet Yellen apuntaban a la dirección de una subida de
tipos, y el vicepresidente de la Reserva Federal Stanley Fischer
matizaba que sería la evolución económica la que marcaría el “momentum”
de la toma de decisiones. Esta matización volvía a desestabilizar el
selectivo norteamericano S&P 500, que corregía tras las palabras de
la Presidenta. A todo esto se le añadía que los bonos del Tesoro
norteamericano registran el peor mes desde junio del año pasado, y es
que los bonos con vencimiento a corto plazo han sido más susceptibles a
la coyuntura económica.
Sin
duda caben tanto las opiniones a favor como en contra de la subida de
tipos, y aunque creemos que se producirá la gran pregunta es cuando,
teniendo en cuenta las alteraciones que se puedan producir tras las
elecciones y la ambigüedad de algunos datos macroeconómicos.