Hace algo más de 20 que sigo los mercados. A fondo.
Y creo que en todo este tiempo no había percibido una "fiebre del oro" parecida a la actual.
Amigos, conocidos, todos contándote qué acción han comprado, o mejor, en qué acción acaban de forrarse.
¿Es esto malo per se para el "mercado"? No tiene porqué. Pero si es un dato que tendría que hacernos subir un par de grados el nivel de alerta.
Ya nos contó NIko hace poco como muchos de los pesimistas/prudentes habían sido "barridos" como pocas veces en las últimas décadas
https://inbestia.com/analisis/...
Y parece que en USA, un país mucho más familiarizado con la bolsa, el fenómeno de la persona dándolo todo en los mercados (bolsa, bitcoin etc) es aún mucho más masivo que aquí.
No sabemos si esto es anecdótico o relevante. Pero sabemos que combinado con muchas incógnitas a resolver aún forman un cóctel a seguir.
Estamos claramente en un momento de mercado de "expectativas" más que realidades. Y aunque sabemos que la bolsa siempre es expectativas , hay momentos más exagerados que otros. Y ahora mismo el extremo alcanzado es importante.
Todo depende de cómo salgamos psicológica y financieramente de esta "pandemia". De sí saldremos eufóricos y con ganas de comernos (y consumir) el mundo, o no. ¿Podemos salir también medio desconfiados y sin querer tirar la casa por la ventana? Pues también, por poder ser puede ser cualquiera de las dos.
El mercado ya ha decidido que será sin duda la primera y (+ los estímulos) ya hace tiempo que cotiza que tendremos unos años gloriosos por delante.
¿Y esto como lo vemos reflejado en las acciones? En las valoraciones a las que cotiza una buena parte del mercado. Vemos como la métrica por excelencia, el PER, está en niveles (altos) no vistos en muchos años.
Sabemos que el PER con el tiempo debería normalizarse y eso sólo sucede con una aumento de los beneficios por encima del crecimiento de la acción, o con una caída del precio de la acción.
Y esto último es lo que podría llegar a suceder si no salimos con la inercia esperada y los beneficios empresariales no llegan dónde sí lo han hecho las expectativas.