Ayer salieron los datos semanales de empleo estadounidense que aparentemente resultaron ser muy negativos (APARENTEMENTE). El dato presentó un total de 1,416 millones de solicitudes de desempleo en la última semana, superior al nivel de la semana anterior (1,307 millones) y las estimaciones (1,300 millones). Los mercados se están tomando muy mal este dato y a mi me gustaría explicar por que no es realmente tan negativo.
En primer lugar es importante destacar que la crisis sanitaria en Estados Unidos está muy descontrolada y la incertidumbre que rodea a la economía americana es muy complicada. Además, las empresas ahí tienen mucha mayor flexibilidad a la hora de ajustar sus plantillas, contando con unos costes muy bajos y con una burocracia que apenas entorpece los procesos. Si juntamos estas dos cosas, es más que evidente que los empresarios ante esta situación corten con ese ritmo de contratación que tan buenos datos (relativamente) estaba dando semanas anteriores y comiencen a despedir de nuevo.
Sin embargo, hay esperanza y motivos como para pensar que la situación no es tan mala como los mercados están descontando. Hace unos días AstraZeneca, empresa encargada de producir la vacuna que está desarrollando la Universidad de Oxford, afirmó que podríamos tener (si todo va bien) una vacuna a finales de septiembre, que el precio de la vacuna podría rondar los 2,5 € (ya que inicialmente se produciría a precio de costo) y que podrían tener listas hasta 2.000 millones de unidades, una cantidad sin duda sorprendente y que permitiría frenar en seco esta pandemia.
Los datos de empleo de semanas anteriores ya han demostrado que las empresas americanas tienen la misma facilidad para destruir empleo como para contratar de nuevo, por lo que en el momento se esfume esa incertidumbre el país americano se recuperaría muy rápidamente. Habría que analizar más en profundidad las consecuencias a medio y largo plazo que están teniendo estos despidos y, en general, esta incertidumbre. Pero por ahora, considero que la situación es la misma que ayer y que la semana pasada y que la anterior (por que la pandemia no se ha descontrolado ahora, lleva descontrolada desde el principio).