El contra-ataque chino del viernes incluía imponer un arancel del 5% a las importaciones de petróleo crudo provenientes de EEUU. ¿Hasta qué punto esta medida puede dañar a la industria petrolera estadounidense? La respuesta a esta pregunta, además de poder interesar a aquellos que estén invertidos en esta industria, puede dar algo de luz acerca de la cuestión más amplia de la balanza de fuerzas en esta “guerra comercial”.
Según el análisis de S&P Global Platts, el impacto será muy limitado. Básicamente porque la demanda del petróleo crudo estadounidense por parte de las refinerías de Asia se mantiene sólida, y si éste no se dirige hacia China por los aranceles, fácilmente puede cambiar de destino hacia otros países de la región.
Esto es de hecho lo que ha ocurrido en el último año, como ilustra el siguiente gráfico. El desplome en las importaciones de petróleo estadounidense de China en el primer semestre de 2019 respecto al mismo periodo del año anterior, ha sido más que compensado por el notable aumento de las importaciones de Corea del Sur y Taiwan, entre otros países asiáticos. Incluso puede suceder que las refinerías de estos países vendan luego el petróleo refinado a China, saltándose así la medida arancelaria.
Fuente: S&P Global Platts
Como se señala en el artículo de Platts citando a un operador de la mesa de trading de una refinería del sudeste asiático, “el petróleo estadounidense es muy popular para muchos refinerías asiáticas, así que hay abundancia de compradores capaces de absorber el volumen que China dejaría de comprar”. Esto en parte se debe a su precio competitivo frente a otras referencias de petróleo ligero que se producen más cerca de la región asiática.
No obstante lo anterior, la escalada de las tensiones comerciales no favorece a la industria petrolera estadounidense, en tanto en cuanto puede impactar negativamente sobre el crecimiento económico, y en consecuencia, en la demanda de petróleo global.
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