Tras las caídas de 2018 ha aumentado el interés por saber qué ha pasado históricamente después de que la bolsa estadounidense caiga con fuerza.
Nick Maggiulli en un reciente artículo nos habla de la capacidad de las personas de levantarse tras un suceso traumático, como un grave accidente. A veces, el sufrimiento asociado a ello tiene efectos beneficiosos sobre las personas, que las transforma por dentro y las ayuda a ver la vida de manera diferente, recuperándose mucho más fuertes de como estaban antes de sufrir ese suceso traumático.
Hace el paralelismo con las fuertes caídas en los mercados bursátiles: ¿tienen también un efecto "purificador"? En el siguiente gráfico, para el caso de la bolsa estadounidense, muestra cómo las dos caídas más grandes de la historia, la asociada con la Gran Depresión y la más reciente con la Gran Crisis Financiera, han precedido a las recuperaciones más intensas en los 5 años siguientes.
Fuente: Nick Maggiulli.
Maggiulli traza paralelismos con la situación actual en los datos históricos y los retornos siguientes (en concreto, qué pasa 6-12 meses después de empezar el año nuevo con una caída desde los máximos del 14,75% o más hasta el 31 de diciembre), pero el resultado no es muy interesante. No es una caída de intensidad suficiente para ser muy significativa (¿quizá refleje el efecto momentum?).
Pero si en vez de considerar el umbral de casi el 15% de caída, usas el -30%, la cosa cambia. Ahí sí que vemos cómo caídas más abultadas suelen venir seguidas de fuertes recuperaciones, al menos en la historia de la bolsa americana. Así, cuando el año finaliza con un drawdown del 30% o más, el año siguiente presenta una rentabilidad en promedio bastante superior que cuando el drawdown ha sido de menos del 30%, como muestra la siguiente tabla:
Fuente: Nick Maggiulli.