Crecimiento Económico y Mercado de Trabajo en España

13 de abril, 2019 0
Inversor particular. Autor del libro: "El Camino hacia el Sol: Economía, Energía, Medio Ambiente y Sociedad"
Inversor particular. Autor del libro: "El Camino hacia... [+ info]

Los últimos años se han caracterizado por un crecimiento del PIB, presentando este una tendencia descendente desde finales de 2015 .

Como se puede apreciar en la figura siguiente, el PIB presenta un pico en el año 2008, año a partir del cual la tasa de paro comienza a aumentar hasta un máximo de 26,94% en el 1T del año 2013. Al mismo tiempo que el número de ocupados alcanza un máximo en el 3T de 2007 de 20,75 mill, para ir disminuyendo hasta alcanzar un mínimo de 16,95 mill ocupados en el 1T de 2014. Lo que ha supuesto en términos intertrimestrales una pérdida máxima de 3,8 mill de ocupados, que en términos interanuales se maquilla ligeramente hasta una pérdida de 3,44 mill de ocupados. 
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Figura.- Datos de tasa de paro en porcentaje y número de ocupados en millones (escala izquierda), y evolución del PIB en datos encadenados (base 100 año 2010). Datos INE : PIB , ocupación , tasa de paro . 

La crisis dio lugar a una caída del PIB de hasta el 8,9% en 2013, que coincide en términos anuales con el mínimo de ocupados y máxima tasa de desempleo. A partir de este momento el PIB se recupera sobrepasando en 2017 en un 1,7% el nivel del PIB del año 2008; mientras que la tasa de paro en 2017 se mantiene en más del doble de la de los años precedentes a la crisis, y el número de ocupados permanece un 8% inferior a la del año 2008.

El crecimiento se acompaña normalmente del incremento del número de ocupados y reducción de la tasa de desempleo, lo que se corrobora en el caso español. Sin embargo, el hecho de que se haya recuperado el PIB pero no se haya reducido la tasa de paro ni alcanzado el número de ocupados anterior a la crisis parece indicar que algo falla en nuestra economía. 

Indudablemente existe una relación entre crecimiento económico y reducción de la tasa de desempleo, que viene dada por la ley de Okun, sobre la cual escribí uno de mis primeros post en el año 2012. 

En el post mencionado indicaba que era más fiable analizar la relación del crecimiento económico con la creación de empleo que con la reducción de la tasa de paro. Ahora he llevado a cabo el mismo análisis entre los años 2007 y 2018, observando una clara correlación inversa entre incremento del PIB y tasa de desempleo (-0,72), pero aun mayor entre incremento de PIB e incremento de número de ocupados (0,98), que se puede apreciar en la figura siguiente.

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Figura.- Estudio de correlación entre incremento de PIB e incremento del número de ocupados en términos anuales. Elaboración propia partir de datos del INE.

De la gráfica se deduce que a partir de un crecimiento del PIB del 1% el número de ocupados aumenta, y que por cada 1% de incremento de PIB adicional, el número de ocupados se incrementa un 1,24%, lo que se ha demostrado insuficiente de momento para recuperar los niveles precrisis.

Pero el análisis del mercado de trabajo español requiere una mayor profundidad, no quedando restringido a la evolución del número de ocupados y desempleados, sino que hay que considerar también la evolución del número de personas activas (aquellas de entre 16 y 64 años incorporadas al mercado de trabajo: ocupados+desempleados), que aunque es ligeramente superior al del año 2007, se ha reducido desde los máximos del 3T 2012 en 623.000 personas.

Este hecho es importante, ya que el volumen de población activa contribuye a condicionar el PIB potencial, es decir, la capacidad de crecimiento de la economía, por lo que su reducción lastra el PIB. Los motivos de esta tendencia pueden ser varios, como el envejecimiento de la población, que saca por edad personas de la población activa hacia el sector de los jubilados, el saldo migratorio, y la confianza en la economía, ya que la desconfianza desincentiva la incorporación al mercado de trabajo.

Pero, aunque es importante la evolución del número de ocupados y lo que representan con respecto a la población en edad activa (tasa de actividad: personas activas/personas en edad activa), también es importante determinar el número de horas que trabajan los ocupados y su tendencia.

En este sentido, en la figura siguiente se puede apreciar como el número total de horas efectivas trabajadas se reduce desde el comienzo de la crisis hasta el año 2013, en el que comienza a aumentar pero sin llegar a los niveles precrisis, quedándose un 7,5% por debajo de los niveles del último trimestre de 2018. Y simultáneamente, el número de horas efectivas trabajadas por trabajador se reduce a lo largo de todo el periodo mostrado, indicando que el incremento del número de horas trabajadas los últimos años es debido al incremento del número de ocupados.

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Figura.- Evolución del número de horas efectivas trabajadas en la economía española y el número de horas efectivas por ocupado. Datos en media móvil de cuatro trimestres para suavizar las series y desestacionalizar. Elaboración propia a partir de datos del INE ( aquí y aquí ).

Pueden existir distintas explicaciones a la evolución del número de horas trabajadas, entre ellas la automatización, que reduce la importancia del factor trabajo en los procesos productivos, y la globalización. Siendo estos factores globales y no específicos de la economía española, no suponiendo ambos tampoco en principio un elemento negativo si implica menos horas de trabajo sin reducciones salariales, lo que permitiría una mayor conciliación familiar y calidad de vida.

Lo que ocurre es que, adicionalmente a los factores globales, se suman factores domésticos que afectan al nivel de empleo y remuneración, derivados de la competitividad del país y función de su modelo económico centrado en la competencia en costes, afectando por tanto a la remuneración salarial , lo que permitía reducir los costes laborales unitarios e incrementar la competitividad.

En la gráfica siguiente se muestra el incremento de costes que se produjo previamente a la crisis y el posterior ajuste, llevándose a cabo el máximo ajuste en el 4T de 2012, para posteriormente, a partir de 2017, comenzar a incrementarse los salarios y con ellos los costes laborales unitarios , lo que no implica que no se produzca simultáneamente una pérdida de poder adquisitivo como resultado de mayores incrementos de inflación.

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Figura.- Tasa de variación de costes laborales por trabajador y por hora en términos en datos trimestrales de variación interanual. Elaboración propia a partir de datos del INE (aquí aquí ).

Es evidente que la evolución de las economías depende de su productividad y competitividad, siendo esta última un parámetro relativo que depende de cómo evolucionen nuestros competidores. 

En este sentido, y como hemos visto en el último post, la productividad se ha reducido en los últimos trimestres afectando a la competitividad, aunque en la competitividad influyen numerosos factores además de los costes. 

Para incrementar la competitividad es fundamental el desarrollo de instituciones independientes que velen por la competencia, además de unas políticas económicas que permitan desarrollar todo el potencial que posee el país dibujando un entorno que facilite el emprendimiento, la formación de capital humano, la innovación y un modelo productivo que no se base en la competencia en costes.

Es decir, un entorno más “amigable” con la economía contribuiría a que la pendiente correspondiente a la ley de Okun fuera más pronunciada dando lugar a un mayor incremento de ocupación por unidad de incremento de PIB, ya que es necesario considerar que esta ley, es decir su correlación y pendiente, puede cambiar en el tiempo en función del entorno económico. 

Y en este sentido, es necesario indicar que se debe facilitar el crecimiento empresarial, ya que las empresas de mayor tamaño invierten más en I+D , exportan más , generan mayores economías de escala, son más productivas , y remuneran mejor a sus trabajadores, según muestra la encuesta de estructura salarial del INE correspondiente al año 2014 (tabla siguiente), donde se indica como los salarios son más altos cuanto más global sea el destino de la producción empresarial, de tal forma que si este es el mundo en su conjunto, los salarios son un 41,4% superiores que la media, y si la producción se limitaba al mercado local o regional era un 12,9% menor.

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