Conozcan la "Bajaflación": la tenebrosa amiga de la Deflación

28 de agosto, 2014 1
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En los últimos años buena parte del debate monetario se ha convertido en una simple guerra de palabras, con gran parte del conflicto enfocado en la definición de la palabra "inflación". Mientras que los economistas hasta la década de 1960 o 1970 en su mayoría definían la inflación como una expansión de la oferta monetaria, la gran mayoría ahora la ven como simplemente un aumento de precios. Desde entonces, los "expertos" han ido más allá y han diseñado variaciones de la palabra "inflación" (como "deflación", "desinflación", y "estanflación"). Y mientras que la política del banco central en el pasado usualmente se enfocaba en "luchar contra la inflación", ahora los banqueros hablan de "techos de inflación" y más recientemente "metas de inflación". El último frente en esta campaña llegó esta semana cuando Bloomberg News dio a conocer una nueva palabra: "Bajaflación" que define como una situación en la que los precios están subiendo, pero no lo suficientemente rápido como para ofrecer los beneficios económicos que al parecer proporcionan una mayor inflación. Aunque el artículo apareció el Día de los Inocentes, por desgracia, no creo que lo hicieron como una broma.

Hasta ahora, los defensores de la inflación han centrado sus argumentos casi exclusivamente en los aparentes peligros de la "deflación", que ellos definen como caída de precios. A pesar de cientos de hojas de evidencia que muestran cómo una economía puede prosperar cuando los precios caen, ahora existe una creencia casi universal de que la deflación es un veneno económico que causa perjuicios convenciendo a los consumidores a retrasar las compras. Por ejemplo, en un escenario de deflación del 1%, un consumidor que quiere un refrigerador de $1,000 pospondrá su compra si espera que cueste sólo $990 en un año. Supuestamente se quedará con su viejo refrigerador, o simplemente no comprará productos perecederos durante un año para asegurar esos $10 de ahorro. Si cree que el costo del refrigerador disminuirá otro 1% el año siguiente, la compra será aplazada de nuevo. Si la deflación persiste indefinidamente, ellos argumentan, se aplazará la compra de forma indefinida, tal vez viviendo exclusivamente en alimentos secos a la espera de que el precio del refrigerador sea cero.

Los economistas extrapolan esto y concluyen que la deflación destruirá la demanda agregada y forzará la economía a la recesión. A pesar de lo absurdo de este argumento (la gente en realidad tienden a comprar más cuando los precios bajan), por lo menos hay un cuco fantasma con quien asustar. Una inflación baja (por debajo del 2%) es más difícil de demonizar. Pocos han argumentado que tiene la misma dinámica de matar demanda como la deflación, pero muchos dicen que debe ser evitada, simplemente porque está demasiado cerca a la deflación. Dado el temor de que incluso un breve episodio de deflación menor podría conducir a una espiral negativa catastrófica, ellos abogan por una prudente de inflación de 2% o más. Pero el autor del artículo en Bloomberg, Simon Kennedy, desde Londres, cita a personas en altos cargos del establecimiento financiero que ofrecen nuevos argumentos de por qué la "Bajaflación" (como él la llama) es una "amenaza" en sí misma. Y aunque el artículo se refería principalmente a Europa, pueden estar seguros de que esos argumentos serán aplicados pronto a la situación en los Estados Unidos.

El artículo correctamente señala que los que tienen problemas de deuda elevada reciben de buen gusto las altas tasas de inflación. La matemática es simple. Al disminuir el valor del dinero, la inflación beneficia a los deudores a costa de los que otorgaron los préstamos. Al pagar la deuda con dinero de menor valor, los deudores parcialmente incumplen la deuda, incluso cuando pagan en su totalidad. Los que más préstamos piden en Europa (y en los Estados Unidos) son los gobiernos muy fuertemente endeudados y el sector financiero excesivamente apalancado. ¿Debería ser una sorpresa que ellos son los principales promotores de la inflación? El escritor admite que la mayor inflación ayuda a esos intereses a manejar sus cargas de la deuda y en el caso del sector financiero, el beneficio por aumento de préstamos que las bajas tasas de interés y la flexibilización cuantitativa promueven.

En el otro lado de la balanza están los consumidores, los ahorradores y los jubilados. Estos grupos quieren precios más bajos y altas tasas de interés para su capital acumulado. Tal combinación dará mejores niveles de vida a los que han trabajado y ahorrado durante muchos años para disfrutar los frutos de sus esfuerzos. Pero este tipo de personas simplemente no están en la lista de "importante llamar" de nuestros mejores y más brillantes periodistas económicos. Como resultado, sólo tenemos un lado de la historia.

El artículo señala también que una mayor inflación proporciona a las empresas una mayor flexibilidad para retener a los trabajadores en períodos de crecimiento débil. El argumento es que si los ingresos por ventas disminuyen, las empresas no serán capaces de bajar los salarios, y en lugar de eso recurrirán a los despidos para mantener su rentabilidad. Sin embargo, eso sólo es cierto en los casos de contratos sindicales o trabajadores con salario mínimo. En todos los demás casos, la empresa puede reducir los salarios en lugar de despedir. Además, si los precios de bienes de consumo también están cayendo, los salarios reales pueden incluso no disminuir.

En circunstancias en que los salarios no pueden ser legalmente reducidos, como en el caso de los trabajadores sindicalizados o con salarios mínimos, los despidos son a menudo la única opción que tiene el empleador para mantener los costos en línea con los ingresos. Sin embargo, la inflación permite a los empleadores tratar de esquivar esos obstáculos. En un entorno inflacionario, el aumento de precios compensa la caída de las ventas. El ingreso adicional permite a los empleadores mantener los salarios nominales constantes, incluso cuando la cantidad bruta de los bienes o servicios que venden disminuye. Cuando la inflación se desata, los trabajadores más calificados a menudo exigirán y recibirán aumentos de sueldo. Pero los trabajadores poco calificados, que carecen de influencia, generalmente se llevan la peor parte.

En otras palabras, los políticos pueden imponer un salario mínimo alto para complacer a los votantes, pero luego tienen a la inflación para reducir los costos laborales reales, limitando así el desempleo que de otro modo resultaría. Así que lo que el gobierno da abiertamente con una mano, lo quita en secreto con la otra mano. Los trabajadores votan por políticos que prometen mejores salarios, pero esos mismos políticos también crean la inflación que reduce el valor real del incremento. Pero mientras el gobierno recibe crédito por el primero, nunca asume su responsabilidad por lo segundo. El mismo análisis se aplica a los sindicatos. Basándose en la protección política que les ofrecen algunos de sus amigos funcionarios, los sindicatos pueden conseguir aumentos salariales poco realistas para sus miembros. Sin embargo, los mismos gobiernos luego reducen el valor real de dichos aumentos para mantener a sus empleadores en los negocios.

Por supuesto, lo que el escritor de Bloomberg realmente estaba argumentando es que los gobiernos tienen la inflación para rescatarse a ellos mismos de los errores de política que cometen para asegurar los votos. Pero dos errores no hacen un acierto. La política correcta sería la de mantener presupuestos equilibrados en vez de incurrir en deudas que sólo pueden ser pagadas con ayuda de la inflación. En el ámbito laboral, la mejor política sería la abolición del salario mínimo y las protecciones legales especiales que se ofrecen a los sindicatos, en lugar de tratar de empapelar las consecuencias adversas de las malas políticas con inflación.

Así que estén atentos para más escritos sobre los supuestos peligros de la bajaflación. Simplemente tratarán de convencerlo de que lo que es malo para usted es realmente bueno. Y aunque es un audaz intento de propaganda, la falta de conciencia crítica en los medios de comunicación le da una oportunidad de éxito.

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Este artículo tiene 1 comentario
antiguo usuario
En España toda la vida nos hemos quejado de la inflacion y tipos altos,pero el capital era bajo a la hora de pedir un credito sobre todo para los pisos), baja la inflacion y los tipos,pero sube el capital, y nos endeudamos como nunca, con mucho capital y poco de intereses,y como estamos endeudados hasta las" trancas", entramos en deflacion y ahora no se puede pagar, que casualidad, aquello que se publicito hasta la saciedad con los tipos bajos. El capital era carisimo y de eso nadie hablaba, yo no tengo estudios pero a mi me parece todo esto una tomadura de pelo, Debe de existir un Ser Superior que haya organizado esta porqueria. S2.
29/08/2014 14:42
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