Grecia cayó en una crisis económica en el año 2.010 propiciada por los eventos en la bolsa de Wall Street dos años atrás. Desde entonces, el país heleno ha recibido ayudas económicas por más de 240 mil millones de euros, pero le ha sido imposible recuperarse, tal como lo están haciendo otros países de la zona como España o Portugal.
En la actualidad la crisis se ha recrudecido debido al resultado de un referendo popular en el que los griegos rechazaron más paquetes de ayuda y la implementación de políticas de austeridad financiera. Este evento abre la ventana a una posible salida de Grecia de la Unión Europea. Sin embargo, existen alternativas para considerar:
Acuerdo con la troika europea
Una de las posibles salidas a esta crisis (y la más probable) es que Atenas acepte las condiciones de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) para recibir paquetes de ayuda económica a cambio de la promesa de realizar reformas estructurales que subsanen sus problemas económicos subyacentes, tales como la corrupción y el déficit fiscal.
El miércoles pasado, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, hizo el pedido de un paquete de rescate de 3 años a las autoridades europeas y prometió implementar reformas en el corto plazo para mejorar la economía del país. La propuesta de Grecia se analizará este fin de semana, lo cual posiblemente signifique el final de la crisis.
Optar por un Grexit
Otra opción es que los líderes griegos opten por no realizar un acuerdo y terminen renunciando a la Unión Europea, posibilidad que en la actualidad se conoce como Grexit. De darse esta situación, Grecia renunciaría al euro y regresaría al dracma (teóricamente), lo que causaría inestabilidad económica y política en la región. Sin embargo, esta opción resulta viable y benéfica, tanto para la Unión Europea como para Grecia, en el caso de que a este último le sea imposible sanear su deuda pública.