Hola a tod@s.
Antes de nada pedirles disculpas por no estar cumplienddo con mi compromiso de publicar todos los viernes. Prometo que perseveraré. Creo que fue en mi primer artículo aquí en Imbestia.com donde les hablaba de aquello de que en los mercados financieros se trata primero de conseguir alcanzar en algún momento una cima, por pequeña que esta sea. Pero una cima alcanzada con vivencias propias. Porque la diminuta nueva altura de esa "cima inicial" es la llave de acceso a una nueva forma y lugar de y desde donde mirar. Desde esa nueva perspectiva y desde ese mismo momento ya nada vuelve a ser lo mismo.
Y fuera de la vida real de los mercados financieros sucede exactamente lo mismo. Sucede incluso que en ocasiones este proceso puede ser vivido por alguna persona buena que con la ilusión de un niño corre a los suyos a contar su hazaña. Y puede ocurrir que le vuelva a pasar lo mismo que le ocurrió por vez primera hace muchos años, y que vuelva a vivir, a revivir, un sentimiento desagradable, muy alejado de algún tipo de reconocimiento de cualquier clase que probablemente anhela-ba en su interior, lo que a su vez desencadena de nuevo una situación de ansiedad ya conocida y vivida desde hace tiempo. Ansiedad de nuevo reconocida otra vez, pero convertida en esta ocasión en oportunidad.
Y en esas estaba yo: dando vueltas y más vueltas como un tigre en una jaula, incapaz de dar forma por escrito al torrente de ideas, sueños, similitudes, metáforas, conexiones... que me genera una nueva perspectiva de realidad, y a las consecuencias que empezar a vivir desde esa nueva perspectiva genera tanto en uno mismo como en la nueva relación nacida con su entorno más próximo, cuando esta noche he visto lo que he visto en una de las cadenas de televisión de Silvio Berlusconi en España: la primera entrega de la nueva etapa de "Viajando con Chester".
Ya saben que después de más de veinte años al frente del programa radiofónico "Hoy por Hoy", de la Cadena Ser, Iñaki Gabilondo cuenta y recuenta a quien quiera escuchar sus batallitas -- y algunos quedan por ahí, dicha sea la verdad -- que a él nunca le llamó ni Polanco, ni Cebrián, ni nadie para decirle de qué tenía que hablar o qué tenía que decir. La casualidad, no los intereses comunes de unos y otros junto al Psoe para conservar sus privilegios, ha querido que los de Juan Luis Cebrián y los de Berlusconi -- los del Grupo Prisa (El País y la Ser) y los de Mediaset ( Telecinco y Cuatro ) -- se hayan interesado por una misma persona para un mismo público y para un mismo período electoral. Así que ha sido la casualidad, qué si no, la que nos ha deparado esta noche la publicitada charla* entre el prócer socialista Felipe González -- gagá total, me ha recordado al Dalí más final -- y la última selección de los de Cebrián para su universo MundoBambi, sector "Hoy por Hoy" en la Cadena Ser.
Pueden Vds. estar seguros de que desde que D. Juan Luis le hizo la segunda llamada para jubilarle, Gabilondo ha dicho siempre la verdad y toda la verdad a pies juntillas a todos aquellos que han querido seguir escuchándole su batallita una vez mas. Tan seguros como de que la seleccionada de turno, la de ahora, contará en su momento exactamente lo mismo que Iñaki Gabilondo a los mismos que van a estar encantados de seguir escuchando entonces su batallita.
Los Cebrianes y Berlusconis que en el mundo son tienen siempre decenas, cientos, miles y miles de periodistas a su disposición; miles y miles de periodistas con los que en teoría equivocarse; miles y miles de periodistas entre los que realizar la selección. Pero son infalibles y con una única llamada, la primera, la clavan.
* Tengo dudas, porque creo que luego con el segundo invitado ha sido diferente, pero en la campaña publicitaria de lanzamiento de esta nueva etapa del programa la seleccionada por Cebrián con un único objetivo hablaba de "charla". Sin embargo, a mí me ha quedado la sensación de que con Felipe González lo anunciado no ha llegado a charla, sino que se ha quedado en "charla precox". Una charla precox devenida en entrevista por ausencia de interlocutora. Es como si la seleccionada por los de Cebrián con un único objetivo, y cada vez que le llegaba su turno, tuviera la boca ocupada con algo.
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