Carmena, Carmona y los Gabilondos

 "Rajoy ha conseguido lo que nadie en la Historia de España: que ningún chorizo se sienta a salvo", comentaba hace poco por ahí. Y es que hay momentos en que no hacer nada es absolutamente revolucionario, ya que ese estarse quieto es todo lo contrario a lo que se venía haciendo con anterioridad. La consecuencia de tal inmovilismo ha sido que todo el mundo se queja de la inacción del Presidente...al mismo tiempo que ven a sus ídolos, familiares, correligionarios, cuando no compadres de la Hermandad del Trinque, llevados a los juzgados, devolviendo millones a espuertas, e, incluso, pisando trena como nunca antes en la Historia de nuestra piel de toro. Y es que la masa es así. No se entera de nada hasta mucho después. Y eso, en el mejor de los casos. Ahí están también el óleo ya casi terminado de Artur Mas y el esbozo grueso ya enmarcado de la última representante de la Escuela Andaluza, Susana Díaz. Es lo que hay.

     Estos días tras las autonómicas y municipales se están produciendo todo tipo de manifestaciones de alegría, de satisfacción y hasta de júbilo. Aunque ninguna, dicha sea la verdad, como la ya inolvidable de García-Page en directo y ante las cámaras en la misma noche electoral: fascismo pata negra sin bigotín. Impagable. Los medios de comunicación al unísono, todos sus presentadores y todos los tertulianos sin excepción regocijándose ante el espectador por el varapalo electoral sufrido por "el partido de los recortes y de la corrupción". En este ambiente burbujil de libro, en el que todo parece indicar esta vez que el cambio, la renovación y lo nuevo es Manuela Carmena, ha aparecido otra vez espada en mano Esperanza Aguirre. Es la misma espada con la que cortó la cabeza ipso facto a todos y cada uno de los chorizos y mangantes que a su alrededor se aprovecharon cual Pujoles, Bárcenas, Guerreros o Lanzas del ambiente de corrupción generalizada que todos hemos vivido durante años. Y como la función crea el órgano, no hay filo en España que brille más que el de la espada de la Espe. ( Por cierto, a este paso como el Supremo, como hizo con Pepiño Blanco, exculpe a Manuel Chaves hasta del "in vigilando", que tiene toda la pinta, a los socialistas andaluces se les pasa otra oportunidad para hacer ver como que la corrupción no va con ellos. Ya saben, aquello de "a mí nunca me han dado por el culo y no me volverán a dar". )

     Si Mariano creó el cambio con su quietud, el contínuo movimiento de la Espe corta el paso un día sí y otro también a todos los Carmonas que en el mundo son: una y otra vez va de cara, de frente, y una y otra vez corren como gallinas confirmando que están más podridos que el retrato de Dorian Grey. De momento ha conseguido que hasta las generales ya nadie quiera retratarse: todos quietos mientras Rajoy aprueba treinta o cuarenta Leyes y crea otros trescientos o cuatrocientomil empleos más. Hay tantos estilos "como pitilines", que decía mi padre, pero en política y en bolsa los momentos eligen a las personas. Y Esperanza Aguirre no rehuye ninguno. Con dos cojones.