Leí la semana pasada este post antiguo de Hugo, en el que traduce el capítulo del libro "Market Wizards" (magos del mercado) donde entrevistan a Paul Tudor Jones, y me gustó ver que todos los principios que explica son exactamente los que explico en mi curso de Análisis Técnico. Y muy en particular, me llamó la atención uno muy concreto: el enfoque defensivo, que choca frontalmente con el título del post: el arte del trading agresivo. ¿Cómo se puede ser agresivo y a la vez defensivo? En esta aparente contradicción está la clave del éxito a largo plazo, algo de máxima actualidad en la situación actual.
Como dije en mi último post sobre contradicciones inversoras, estoy fuera del mercado, a pesar de que no veo recesión inminente ni tendencia bajista en las bolsas (sobre todo USA). Es importante no obstante precisar que estoy fuera del mercado para la única cuenta que estoy gestionando ahora mismo, que es la familiar, y donde tengo un enfoque ultradefensivo. Mi objetivo es no perder, y en segundo lugar, si puedo batir a la rentabilidad que ofrecen los bonos y los depósitos, pues mejor. Por ahora ese es el objetivo para este año 2016, y lo estoy consiguiendo, a base de ser extremadamente prudente. De hecho creo que lo he sido demasiado... pero no me importa: sé que los mercados están ahí para seguir dando oportunidades, y no tengo prisa.
No sé si hubiera estado en mercado, o mejor dicho, en qué grado habría estado invertido en caso de estar moviendo alguna cuenta más especulativa. Pero lo que me parece relevante ahora mismo es la importancia de ser defensivo para ganar. Es algo casi inhumano, porque la mayoría de la gente que invierte en bolsa no lo hace "para no perder", sino "para ganar". Paradójicamente, la forma de ganar es "ir a no perder". Porque sólo centrándose en los riesgos, podremos apretar y ganar cuando el entorno de los mercados sea favorable. Dicho de otra manera, hay que saber cuándo atacar y cuándo defender, y en los mercados financieros, podemos estar largos períodos defendiendo. Sobre todo en fases de crisis seculares como las que vivimos desde el año 2000. Ya vendrán tiempos mejores, seguro, y entonces será momento de ser más agresivo.
Aprender del Brexit.
Os voy a contar una anécdota graciosa: justo el día 23-J, día del referéndum sobre el Brexit, nació mi segunda hija. La última vez que hubo un referéndum en Reino Unido para lo mismo (salir de la UE), fue en 1975, año en el que nací yo. No hay ninguna causalidad que ver, es simple casualidad, como la mayoría de las cosas que ocurren en la vida. Una casualidad graciosa ;)
Me preguntaban antes del 23-J, si había que cubrirse ante el riesgo, y si opinaba que ganaría el "Sí", y si había que cubrirse del riesgo divisa. Mi respuesta fue que, sobre todo después del asesinato de Jo Cox, apostaba claramente por que ganaría el no. Pero a la vez, cada cual tenía que ser responsable con su patrimonio y cubrirse del riesgo de "cisnes negros" (aunque en realidad esto no es un cisne negro, porque todos podíamos imaginar que ganara el sí, es decir, no es un evento "imprevisible"). Una cosa es la probabilidad (que para mí era muy baja), y otra cosa es la pérdida asociada a ese evento negativo (el "ponernos en el peor escenario").
No perder nunca de vista "el peor escenario" y las consecuencias asociadas, es una forma de ser defensivo, y centrarse en "no perder", en vez de "en ganar".
No me quiero enrollar sobre por qué ganó el Brexit: es la clase obrera y los jubilados los que votaron masivamente a favor de salir de la UE. Las grandes ciudades como Londres, votaron a favor, y los jóvenes también. Así es la democracia: unos grupos o sectores de la población se imponen a otros, y esto puede ir cambiando con el tiempo. Si pensamos bien sobre los referéndums, rápidamente veremos que están igual de plagados de contradicciones que todo el sistema en general (y el ser humano). Es absurdo por muchos lados, pero me voy a ahorrar disertaciones filosóficas para ir a lo práctico. La vida es como es, y la labor de un buen gestor es conocer cómo funciona el ser humano como individuo, y cómo funciona el ser humano como sociedad, sabiendo separar los hechos objetivos de los juicios de valor subjetivos. No somos perfectos, y no somos racionales. Tampoco vivimos en una era de sabiduría, al contrario. Lo demás es pura ilusión.
Perspectivas: ¿qué hacemos ahora?
Creo que el brexit no es tan malo como lo pintan, ni para el Reino Unido ni para la UE, aunque por supuesto, habrá que seguir siendo prudentes. El riesgo en UK es económico y político (¿referéndum Escocia?). El riesgo en la UE es sobre todo político.
En cuanto al Reino Unido, como bien dice Juan Ignacio Crespo, el carácter mercantil de los ingleses, y su dependencia de Europa, son cosas que no van a cambiar. Por tanto, los tratados de comercio se renegociarán, y a medio-largo, lo más probable es que el comerio UK-UE siga siendo importante.
Lo que sí puede provocar es un deslizamiento de tierras temporal (meses, quizá años), hasta que se alcance un nuevo punto de equilibrio. Una recesión (pasajera) en UK sería un escenario razonable. Quizá esto arrastre a Europa, y en ese caso se retrasará la recuperación, sobre todo si EEUU también corrige (por fin), y esa temida recesión mundial se materializa. Todo esto son conjeturas, y no debemos adelantar acontecimientos (porque tener razón con dos años de adelanto no sirve de nada). El carácter pragmático anglosajón se impondrá, porque para ellos no hay nada más sagrado que el comercio y el capitalismo.
Para la UE, aunque ahora solo se habla de quiebra del proyecto europeo, podría ocurrir el efecto contrario: que se fortalezca la zona euro, con una buena reacción a nivel político y social. Muchas veces el ser humano solo reacciona en situaciones límite. El rechazo del UK podría funcionar como detonante que relance el espíritu europeo. Piensen que las masas son cobardes y traicioneras: cuando las cosas van bien, se apuntan al carro ganador, y cuando van mal, buscan culpables. Tras 16 años de crisis (desde el año 2000), es normal que el proyecto europa pase por horas bajas. Pero hay riqueza de sobra en Europa para que esto funcione. Cuando vengan vacas gordas (que tarde o temprano llegarán, porque los ciclos existen), ese proyecto recuperará fuerza, con todos sus defectos y contradicciones. Una recuperación cíclica en Europa podría tener por efecto una recuperación del proyecto europeo. Aunque sin grandes alardes ni excesos de optimismo, por supuesto.
Estando en liquidez, esta crisis me parece una oportunidad. No creo que esto sea el principio de una tendencia bajista, y por eso a nivel operativo, sigo interpretando las sobreventas como oportunidades de compra, aunque siempre me gusta esperar a ver alguna señal técnica de agotamiento bajista y/o giro al alza. En los mercados bajistas, los dientes de sierra a la baja son del -15% aproximadamente, es decir, se cae por tramos medios del 15%, antes de asistir a una fase de rebote (que posteriormente puede dar paso a un nuevo diente de sierra a la baja). Esta información es muy interesante para los vendedores de opciones. Por eso, no debería quedarnos mucho margen bajista a corto plazo. Veremos hasta dónde se puede afinar el timing, considerando que no estamos en tendencia bajista.
Situación técnica.
Muchos hablan de crack en las bolsas, pero eso no es exacto. Con todo, el Eurostoxx300 simplemente ha vuelto a mínimos de febrero, es decir, mínimos del año. Y apenas está un 4% por debajo de los mínimos de junio, que marcó unas semanas antes del referéndum, antes de que las encuestas (malditas encuestas que no dan una...), mostraran un repunte del "Remain".
En el gráfico anterior podemos ver que a pesar del crecimiento de la volatilidad y del ruido, el precio sigue dentro del canal bajista de referencia. En un crack, no hay canal bajista que valga, todas las referencias técnicas se pierden. El Brexit simplemente se ha comido en un día todo el rebote de las seis sesiones previas al referéndum, que fueron de subidas fuertes, en un alarde de bravuconería que nos recuerda que los mercados no son racionales (las masas no lo son, y cuando el mercado actúa en "modo masas", se convierte en un ente bárbaro y bruto, sin inteligencia).
En cuanto a nuestro Ibex, apenas han caído los mínimos de febrero. Es decir, estamos en niveles de mínimos del año, lo cual tampoco es un crack. En realidad hay cracks particulares: por ejemplo, IAG ha caído un 40% en dos días, volviendo a niveles de 2012. Y por supuesto, el dolorido sector bancario.
SP500: Velón negro en gráfico de velas diarias a tomar en serio, aunque el brexit no tenga impacto real en EEUU, quizá podría ser el detonante que (por fin) consiga desencadenar esa temida corrección...o un simple bandazo lateral más (para seguir con la dinámica desde 2015).
Ya veremos, porque por otro lado, sigo pensando que este gráfico de velas semanales es alcista, y el SP500 debería marcar claramente nuevos máximos históricos (¿objetivo 2300?) antes de eventualmente entrar en recesión y asistir a esa gran corrección.
Técnicamente, no se debe poner la mano mientras el cuchillo está cayendo. Tan sólo la operativa de venta de PUTs OTM nos permite explotar escenarios de pánico como el actual, a mi juicio exagerados. La volatilidad no se ha disparado, porque ya había subido a lo largo del mes de junio, y tampoco debemos exigir niveles de crisis como en 2008. Una PUT DAX 7000 de vencimiento diciembre por ejemplo, cotiza con un 35% de volatilidad implícita (cuando la volatilidad real del DAX es del 22% aprox), así que me parece más que suficiente.
En cualquier caso, me gusta que se produzca al menos una señal de suelo y principio de giro antes de actuar, así que por ahora sigo sin tener prisa. Observar y revisar cada día el escenario.