Hace ya meses que analicé la situación de Brasil señalando sus numerosas debilidades (Brasil, una economía en riesgo (26 de febrero de 2015)). Desafortunádamente, ha sucedido lo que me temía, un gran deterioro de su economía. Ahora, tras meses de ignorar a este país en relación al impacto negativo en nuestras empresas, todos los medios se hacen eco de noticias catastrofistas sobre China y sobre su hermano pequeño, Brasil. Digo hermano pequeño porque el primero ha sido el gran "mecenas" del segundo al beneficiarse este último del impulso en el precio de las materias primas que su hermano mayor adquiría con denodado tesón provocando el incremento exacerbado del precio de petróleo, metales o alimentos.
Reconozco, no obstante, que me ha sorprendido la fuerza con la que el petroleo se ha desplomado, superando mis peores previsiones. Así es el mercado y no podemos ignorar los movimientos y evolución de las materias primas, por más que nos empeñemos,
Ahora, la mayor parte de los economistas hablan de China debatiendo sobre la caída o no de su economía. Hace ya más de un año que vengo señalando los cambios que se están operando en su modelo económico desde una economía de exportación a una economía de valor añadido y demanda interna. La única duda al respecto, desde mi punto de vista, es si esta transición llevará aparejado un doloroso ajuste, debido a la muerte o transformación del modelo antiguo y sus representantes, las empresas basadas en ese modelo, o si esa transformación es posible sin realizar ajustes drásticos y de un modo progresivo y poco traumático.
Desde luego, las medidas adoptadas por el Gobierno de China parecen un ¿vano? (el tiempo lo dirá) intento de sortear la dureza que un cambio así podría operar en una sociedad como la china, acostumbrada en los últimos tiempos al crecimiento, la abundancia y a libar, año tras año, de las mieles del éxito. Sin embargo, las medidas adoptadas también pudieran verse como un paso atrás y un engañoso avance hacía una situación potencialmente peligrosa.
Vamos por partes,
Medidas adoptadas por el Gobierno de China
1) Devaluación de moneda
La devaluación de la moneda intensifica una guerra de divisas que parecía haberse relajado. Esta devaluación busca la mejora de las exportaciones para impulsar el antiguo y todavía vigente modelo de exportación y demanda externa.
2) Bajada de tipos y provisiones
La otra gran medida adoptada por un Gobierno atenazado por una economía al borde del abismo es la bajada de tipos y la reducción de provisiones. Esta otra medida busca aumentar el crédito como una manera de impulsar la inversión y el crecimiento. Es un hecho que "a menos provisiones más dinero disponible para prestar". Sin embargo, la cara menos amable de esta medida es favorecer el crecimiento de una burbuja de dimensiones monstruosas que puede llevarse consigo todo lo construido hasta este momento como si fuera un gran tsunami. Me estoy refiriendo, como no, a la burbuja inmobiliaria y burbuja de activos con una mención especial a la burbuja bursátil que ha permitido revalorizaciones imposibles a base de prestamos para compra de acciones al modo de los años 20 en Estados Unidos.
¿Qué sucedería si finalmente la economía cae en una espiral de crisis y toda clase de activos caen? Probablemente que las ventas llamarían a más ventas dado que hay que pagar préstamos con los que se adquirieron los activos. Probablemente todo el sistema chino colapsaría al más puro estilo de la crisis subprime debido a unas provisiones insuficiente para el nivel de riesgo alcanzado tras años de excesos.
Quiebra o situación delicada de bancos => - Préstamos => - Inversión => - Empresas
Adicionalmente, podría haber un rescate parcial o total de las inversiones realizadas en el extranjero ya sea en forma de deuda pública, reservas de divisas, oro o inversión en otros activos públicos o privados. Ello podría trasladar parcialmente y temporalmente (o no) cierta presión a la economía mundial.
3) Eliminación de limitaciones en la inversión en mercados bursátiles de fondos, etc.
La inversión en cualquier activo que se revaloriza tiene un efecto riqueza que permite un aumento de la demanda y de la inversión. Es fácil de entender que si crees que posees mucho dinero serás menos austero tanto a la hora de invertir como a la hora de gastar. Por el contrario, una caída en la cotización de acciones que posees puede provocar la reducción en el gasto y la inversión. Este efecto no se aplica sólo a las acciones sino también a inmuebles u otros activos.
La eliminación de limitaciones busca evitar que pare la fiesta, un parón con efectos muy negativos para la economía china basadas en dinámicas negativas de miedo y desconfianza en la inversión tanto local como foránea.
Existen numerosos economistas que afirman que las valoraciones de las empresas en el mercado bursátil chino son baratas. Y siempre llego a la misma conclusión, no importa si ahora las acciones están baratas en relación a los ingresos sino si estos ingresos se van a mantener en el tiempo o van a disminuir. Es la tendencia y las expectativas las que marcan si hay que adquirir una empresas o no, no si la rentabilidad actual es muy elevada. Entender esto resulta fundamental.
Por poner un ejemplo de lo que digo,
Si el precio de mercado de la leche es de 1€/litro y llegamos a un acuerdo con un proveedor para que nos suministre durante un año toda la leche que vamos a consumir a razón de 0,90€/litro, la leche que se está comprando es barata. Sin embargo, si un mes más tarde el precio de mercado es de 0,70€/litro, la leche que adquirimos es cara.
Brasil, el hermano "pequeño"
Brasil vende fundamentalmente materias primas como petroleo o metales así como soja a sus socios chinos. El aumento de la demanda china impulsó sus ventas y crecimiento durante años. Ahora que la fábrica del mundo, China, vende menos sus necesidades han menguado y, por tanto, requiere menos suministro de materia prima de su hermano pequeño. En un país con poca diversificación en su economía tanto en clientes como en tejido productivo y una competitividad e infraestructuras limitadas, Brasil sólo tiene dos salidas (1) confiar en la recuperación de precios en materias primas mientras capea el temporal (2) adoptar medidas que permita diversificar sus fuentes de riqueza lanzándose a una carrera por la competitividad y buscando otros mercados alternativos.
Juegos Olímpicos
Puede parecer que Brasil lo tiene todo perdido pero no es así. Un escaparate al mundo como los JJOO es algo difícil de comprar y, si supiera aprovecharlo, podría salir reforzado del particular via crucis en el que se encuentra.
Entre las ventajas para Brasil derivadas de organizar unos JJOO podemos destacar:
* Publicidad a escala mundial de productos y servicios a través de eventos deportivos.
* Ingresos que proporcionen una prórroga y un tiempo adicional para remontar la situación.
* Construcción de infraestructuras que logren aumentar la competitividad.
* Nuevo ánimo, gracias al posible cambio de situación y a su exposición al exterior por ser el organizador de los JJOO, para acometer una serie de medidas tanto a nivel político y social como empresarial y económico que permitan un relanzamiento de su economía.
En un informe sobre el impacto económico de la celebración de los JJOO en Madrid (candidatura Madrid 2020) elaborado por PwC se estimaba un turismo de 800.000 visitantes que se traducía en unos 600 millones de euros. Asimismo, se calculaban unos ingresos tributarios adicionales de 1.100 millones de euros derivados de impuestos de los contribuyentes e IVA por consumo. Probablemente estas cifras se quedarían un poco cortas para las dimensiones de Brasil, siendo sensiblemente superiores en su caso. De todos modos, son cifras algo ridídulas, lo reconozco, comparadas con el PIB del país que en 2013 alcanzaba alrededor de los 2000 billones de euros pero el impacto real sobre el PIB más allá de ingresos tributarios o gasto de turismo es difícil de evaluar y, en cualquier caso, sabemos que va a ser positivo.
La oportunidad
Si los cambios que exige la economía brasileña no se acometen con la contundencia necesaria, los JJOO sólo seríán un alto en el camino de la crisis en el mejor de los casos con una posible recuperación en falso gracias a los ingresos y el turismo fruto de este gran evento, y que conducirán inevitablemente a unos años de recesión tras un espejismo que políticos sin escrúpulos venderían como una recuperación que avala la bondad de sus políticas. Y perderán, de nuevo, la oportunidad que les brinda el mundo, tal y como hicieron en el Mundial de 2014. ¡Claro está, siempre y cuando no se recuperen los precios de las materias primas como consecuencia de una demanda mundial al alza, resultado de un crecimiento económico mundial más vigoroso!
En resumen, el desempeño económico de Brasil podría experimentar una mejoría en 2016 pero no nos equivoquemos ya que está mejora podría ser la consecuencia de la organización de los JJOO y para que esta mejoría continuara deberían operarse cambios económicos o, por contra, confiar en una revalorización significativa de los precios de las materias primas debido a una recuperación más enérgica.