Recuerdo que en una de las primeras clases de este curso académico (allá sobre Octubre) alertaba a mis alumnos de la Facultad de la excesiva modelización que sufre la ciencia económica. Y cuando hablo de modelización me estoy refiriendo a querer interpretar la realidad económica a base de modelos teóricos llenos de variables.
Como buen austriaco, no creo en los modelos. Al menos, no en Economía. No voy a ser yo quien niegue la Ley de la Gravedad; está ahí, pero en el campo de lo físico. Cuando hablamos de personas, los numeritos mejor dejarlos en casa. Y la cosa no acaba ahí, porque una vez que hemos decidimos a “jugar a los modelos”, hay que medir las variables que vamos a utilizar. ¿Y qué ocurre entonces? Pues que toca encontrar un numerito para una letra que representa un concepto: un numerito para el nivel de precios (letra P), otro para la producción (letra Y), otro para el consumo (letra C), otro para el capital (letra K), uno más para la fuerza laboral (letra L), etc. En fin, de locos.
Alguno, entonces, me dirá aquello de que los modelos no son más que un mapa, que, aún presentando defectos, nos permiten, grosso modo, interpretar la realidad y actuar en consecuencia. Para éstos, los siguientes dos gráficos extraídos de sendos informes del Banco de España. Si alguien tiene el equipo humano con los conocimientos teóricos y técnicos necesarios para llevar a cabo un estudio empírico del más alto nivel, ése es el Banco de España. La materia gris más exquisita de la piel de toro trabaja en el 48 de Alcalá.
El primer gráfico lo he extraído del Informe de Proyecciones de la Economía Española, emitido por el Banco de España en Marzo de 2011. En él, el Banco de España, apoyado en su ejército de modelos y con artillería matemática de última generación (la Econometría), trazaba la senda por la que discurriría, inexorablemente, el Producto Interior Bruto español. Siempre que me enfrento a estos informes, no puedo evitar preguntarme dos cosas. La primera, ¿cómo es posible que un estudio que pretende ser riguroso muestre un rango de posibles valores tan amplio? Se nos dice, por ejemplo, que en el 2012 el PIB se situará, con una probabilidad del 90%, ¡¡entre el 0% y el 3.3%!!. Ahí es nada. ¿Para este viaje, estas alforjas?
Y la segunda, ¿son fiables estas predicciones? La respuesta en el siguiente gráfico. Pero antes, repasemos la fecha del primer informe: Marzo de 2011. Sí, hace menos de un año. Pues bien, les muestro ahora un gráfico extraído de un nuevo Informe de Proyecciones de la Economía Española. Esta vez, recién salidito del horno: Enero 2012.
¡TACHÁN! Y no, no es un efecto óptico. Si en Marzo de 2011 el abanico de posibilidades para este año 2012 se situaba en el rango aprox. [0%, 3.3%], ahora, por arte de magia, le dan la vuelta al calcetín. Donde dije digo, digo la inversa: rango aprox. [0%, - 3.3%] para el tercer trimestre de este año.
Menos modelos, más sentido común y, sobre todo, mejor teoría económica. Por cierto, un manual de Economía de un tal Mises creo que tenía más 1.000 páginas sin un solo modelo…
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