Mauricio Macri no ha tardado en ver lo evidente: ha pedido ayuda oficial al FMI. Ayer el peso/$ se devaluó un 5%, lo que es una animalada. Los patrimonios nacionales y extranjeros han perdido toda la confianza en la gobernabilidad económica, y huyen despavoridos con grandes pérdidas, dada la depreciación acumulada por el peso. La subida del tipo de interés oficial hasta el 40% no ha servido, pues para dar credibilidad. Como siempre, cuando todo el mundo vende, vende, lo que es una perogrullada pero que se suele olvidar. Véase mi artículo.
Macri quiere un crédito de 30 mm $. Supongo que su entrega al FMI es lo menos malo que podía pasar, veremos el coste en contracción económica, salarial, y consecuentes protestas sociales, en un paises dominado por el peronismo.
Un dejà vu a lo largo de la historia argentina. Veremos si el anuncio sirve para parar la sangría. Temporalmente claro, porque lo importante es lo que viene después, las condiciones impuestas por el FMI, que suelen ser una devaluación, una política mometaria y fiscal restrictiva, y un control salarial doloroso.
Uno se puede preguntar, ¿por qué el FMI? El Fono cumple el papel del “primo de Zumosol”. Viene cuando el gobierno es débil incapaz de imponer soluciones duras - aparte de la financiación, que endulza las medidas.
No descarto ver a España en una situación así si no endereza el rumbo de la deuda.